Titanic —Kany García ft. Camilo.
Su mirada estaba puesta en la laguna de sus ojos, estaba fijada en él. En momentos como esos no sabía que era lo mejor que podías hacer, vivir el momento o simplemente seguir el camino que sabe que debía ser tuyo.
—Suéltala ya, Eros— Habló enojado Gray, su voz salió enojada. Tenía ganas de arrancarle la cabeza.
—¿Por qué estás tan molesto? —Lo miró con burla Eros, había malicia en su tono, en su mirada, en la manera en la que tocó a Gea en ese momento, ella lo sintió, sintió que él la estaba usando en ese momento. Se había percatado de sus ojos, ¿En serio ese era Eros?
—Suéltame, no quiero nada contigo—Expresó Gea alejándose de su cuerpo, sus ojitos lo miraban con desprecio. No hagas eso quiso gritarle, aquella mirada nunca la había visto y tampoco la deseaba ver, pero al parecer las personas tenían razón al decir que había una primera vez para todo.
—No me mires así Gea, aun estas en mi territorio y tengo poder sobre ti. —Eso no era cien por ciento cierto, quedaba poco camino para salir.
—Ella no te debe respetos Eros, no es ni de tu raza ni parte de tu manada —Jake habló en ese momento y su hermana solo le dió una mirada de negación.
—No te desgastes Jaki—Dijo —Yo no soy un lobo, ustedes sí. Solo debemos alejarnos —Sus palabras habían salido bajas, se alejó de la cercanía de Eros, ¿Acaso si ella lo aceptaba él sería así? El simple pensamiento hacia que su pecho se oprimiera. —Eros, déjanos ir. —Rogó esta.
—No, ustedes no pueden irse a ningún lado. No pueden dejarme aquí, ustedes son... —La voz de Clarisse se escuchó, su aparecer repentino alertó a Gea. No, no.
—Risse, lo superarás — habló Gea, sus ojos estaban abierto a lo máximo con lágrimas en ellos.
—No, no, ustedes no se irán de aquí —Dijo fuera de sí —Eros ella es...
—No, no —Dijo repetidas veces Gea.
—Gea Luna es tu mate, hermano —Las palabras de Risse cayeron como un balde de agua fría sobre Jake, Eros la miraba como si fuese loca mientas que Gray, Xel y los demás se mostraban sorprendidos.
—¡Eso no es cierto! —Soltó Jake —Deja de inventar tonterías.
—¿¡Cómo lo niegas tú!? —Explotó Risse —Vivías solo con ella Jake, tú ni sabes las cosas que ella sentía.
—Dejemos de ser hipócritas, los lobos son tan... Dramáticos —La voz de Xel sonó, se zafó de las manos de los guardias y se puso en el centro ganando todas las atenciones. —Aquí hay una verdad más y será descubierta... La verdad es que Gea...
—¿Que carajos estás haciendo? —Dijo Gray en su dirección.
—Diciendo la verdad —Gea lo miró estupefacta, ¿La iba a traicionar verdad?
Clarisse miró la escena con una sonrisa en sus labios, había obtenido lo que quería pensó Gea era su amiga, sí, pero su mate era todo para ella. Sabía que había cometido errores pero no tenía la culpa de ello, sus celos le habían ganado, el enojo había hablado por ella en una situación tan delicada.
—Xel no —Susurró bajito Gea, él la miró a los ojos pronunciando con sus labios un lo siento.
—Como les decía... Gea me salvó hace unos pocos años, la conocí a ella y luego a su mejor amiga... Clarisse —Este miró a la mencionada con una sonrisa y vió que esta también tenía una sobre sus labios. —Una mujer perfecta de la cuál fuí mate pero lastimosamente estaba Gea, ella... Ella era mi alma.
Para, para ya el carro.
—¿Que? —Dijo Gea en sorpresa. Todas las personas se quedaron estupefactas.
—Para ya, Xel, por favor —Expresó Gea con sorpresa, ¿Cómo se suponía que lo vería ahora? ¿Acaso era cierto?
—No puedo seguir negando esto Gea... No eres la mate del alfa, eres mi alma, solo mía —Lo siguiente que ocurrió dejó a todos estupefactos. El vampiro tomó camino hasta ella tomándola de la cintura —Serás mía de todas maneras —Susurró frotando suavemente su nariz contra la de ella, esta se maldijo internamente por cerrar los ojos ante las caricias, se sentía bien...
—¡No Xel, tú eres mío! —Gritó Risse siendo contenida por los guardias.
Gea seguía sumida mientras que Xel apretaba su cintura suavemente, esta se movía inquieta entre sus brazos queriendo alejarse, pensando en que era una verdadera zorra—Quedate quieta Gea —Los ojos de esta se abrieron rápidamente, pero ante la abrupta posesión de los labios de Xel a los de ella cerró sus ojos fuertemente.
Los jadeos de sorpresa de las personas a su alrededor llegaron a los oídos de los dos, pero, eso no importaba, aquel era su primer beso, ¡Joder! Su jodido primer beso. Los labios del vampiro eran tan suaves y delicados, junto a los de ella estos parecían hechos los unos para los otros. Ella le había seguido el beso y él estaba más que fascinado por ello pero... no era más que eso, actuación.
Horas más tarde.
Los pasos de Analí eran suaves, estar en una universidad se le hacía bien... Suponía. Ella era la última esperanza para su madre junto a su hermana. Era portadora de cáncer, cuando se lo diagnosticaron la tristeza se había adueñado de sus corazones pero al ver que su madre tenía las esperanzas de que sanaría la tristeza de ellas también se iba curando.
El pitido de su celular la detuvo y sus manos fueron al bolsillo trasero de su pantalón, un mensaje de su hermana adornaba la bandeja de entrada. Le preguntaba que a qué hora saldría de la universidad y esta respondió diciéndole que tenía que ir a trabajar a la biblioteca, su hermana pequeña le había respondido con un emoticón. La chica Isa aún estaba en el bachiller, cursaba el último año y por ende pronto podría entrar con su hermana. La chica era despreocupada, pero, bajo todo ese desinterés había demasiada preocupación.
—¡Ey Analí! —Gritó uno de sus compañeros de salón, esta lo miró extrañada —¿Hiciste la tesis? —Esta asintió y la persona sonrió como un niño al que le dejan comer helado por las noches.