Talking to the moon —Bruno Mars
Los ojos de Eros se posaron sobre el cuerpo de su mate, de su Gea. Se había preguntado el porqué Xel salió de la habitación tan de prisa. Parecía enojado.
Cuando los encontró a ambos abrazados en su corazón se había hecho un hueco, ella y él tenían algo que él nunca pudo tener con Gea, pero que aspiraba a tener. La quería solo para él aunque eso implicaba tener que aguantar sus reproches.
Vió en la habitación a dos extrañas y a Gray quien antes era su delta. Gray Hawking era una de las mejores personas que había conocido, muy avivado, pero que solía mantenerse siempre en silencio. Su cabeza, corazón y alma cargaban muchas cosas, no era necesario ser cercano a él para saber que era una persona leal. Lo demostraba.
—Gray, explícame qué le pasó a mi luna. —El mencionado miró con atención al alfa asintiendo.
—Pareció colapsar, se tensó más de la cuenta y cayó al piso dándose un golpe en la cabeza.
—¿Disculpa? ¿Y dónde estaban ustedes? —Expresó furioso Eros.
—Él no debe cuidar todo el tiempo de ella —La voz de una de las chicas llegó hasta sus oídos. Eros la miró de arriba abajo, sus ojos se vieron dorados llameantes haciéndola sentir pequeña en su lugar.
—¿Quienes son ellas Gray?
—Alfa, le presento a Analí, mi mate. —Eros miró a la chica y luego miró a la que estaba a su lado, la cual era dueña de las palabras que habían salido antiguamente.—Y ella es Isa, la alma de Xel.
Los ojos de Eros aún estando dorados miraron a Isa, fulminandola. Haciéndola sentir una hormiga insignificante.
—Escucha algo Isa, —Los labios de Eros parecieron saborear su nombre —Esa mujer que ves en esa cama es la responsabilidad de Xel y Gray cuando yo no estoy, ¿Sabes por qué? —Los pies del alfa se movieron caminando hasta ella, Gray se puso en alerta rápidamente —Porque por ellos ella se alejó de mi unos largos días, estando junto a ellos, estando lejos de mi.
—¿Y en qué tiene que ver lo uno con lo otro? —Isa retadora respondió.
—Que mientras yo no la tenga en mis brazos ellos deben cuidarla como si su vida dependiera su vida, porque sino, les corto la cabeza. —Isa lo miró mal.
—Sigo sin entender. —La mirada de Eros fue hasta ella. Una adolescente irritante.
—Vas entender cuando veas que Xel haría cualquier cosa por ella, aunque eso implique que tú mueras.
Los ojos de ella miraron el cuerpo de Gea y luego a él, se había quedado congela en su lugar. Decir aquellas palabras no eran muy reconfortante para Eros, ya que, la mayoría de la vida de Gea él no estaba. Pero agradecía, agradecía que tenía a hombres aparte de él que la cuidaban.
Le había sorprendido el gran cambio que había tenido al ella ser parte completa de su vida.
—Eros —Un murmullo llegó al oído de todos y sus ojos fueron inmediatamente hasta el cuerpo de Gea.
—Cielo —La mirada de Eros cambió al instante y caminó hasta. Llegando depositó un beso sobre su frente haciendo que ella sonriera ligeramente.
—¿Me traen agua? Por favor. —Al escucharse esas palabras una mujer entró a la habitación. Aquellas cosas ya no le sorprendían, se había acostumbrado a pedir cosas pequeñas y que en la puerta ya hubiese alguien con ello.
Tomó un poco de agua y mantuvo el vaso de cristal en sus manos.
—¿Cómo te sientes? —Gray la miró y esta le dió una pequeña sonrisa. Instintivamente él también sonrió.
—Me siento muy bien, me duele un poco la cabeza, pero nada grave —Expresó.
Sus ojos fueron hasta las dos chicas morenas, les sonrió. —Gracias por preocuparse. Pueden irse —Su voz no salió dura si no qué, comprensiva. Entendía el hecho de que ellas tal vez estuviesen cansadas de esperar. No debía preguntar si se habían quedado, tenían la misma ropa y estaban destruidas.
—No, tenemos que hablar. —Isa dijo. Analí por su parte puso los ojos en blanco.
—Pienso que debemos irnos, buscar la forma de salir de aquí —Analí habló por primera vez y toda la atención fué hacia ella.
—No me iré de aquí, entiéndelo de una vez —Isa había dicho cansada. Agotada. Aburrida. Harta.
—No dejaré que te vayas, tú ya eres mía. —La sorpresa de todos al escuchar las palabras de Gray hicieron que un pequeño sonrojo se desplazara por sus mejillas.
Caminó hasta Analí tomando su mano.
—¿Dónde está Xel? —Preguntó Gea.
—¿Te refieres a mi Xel? —Aquellas palabras hicieron que un suspiro cansado saliera de los labios de Gea.
—Sí, tu Xel, ¿Sabes dónde estás? —La voz de ella había salido amable, pero con un ápice de hipocresía.
—No, no lo sé.
—Y así dices que es tuyo —Gea se burló, Eros a su lado se carcajeó jugando con sus manos. Otro beso fue hasta su frente. Ella levantó la cabeza poniendo sus labios en pico recibiendo un beso de parte de él.
—Vamos.
La voz de Isa salió borde tomando de la mano de su hermana, Gray caminó tras ella, pero se detuvo para mirar a Gea.
—Tenemos que hablar, guapa —Ella asintió. No pasó por alto el gruñido de Eros, pero ambos lo ignoraron.
—Eres tan mía —Luego de Gray salir Eros hundió su rostro en el cuello de ella besándolo.
—Tan tuya, como tan de Gray y Xel.—Pinchó ella.
Los colmillos de Eros salieron clavándose en su cuello, esta jadeó en sorpresa y sintió como una de las manos de su alfa bajaba por su abdomen. Acariciándolo.
Sus ojos se volvieron agua ligeramente, en su mente se reproducían una y otra vez las palabras que habían salido de los labios de Eros.
«Vas entender cuando veas que Xel haría cualquier cosa por ella, aunque eso implique que tú mueras»
No era cierto. Eros exageraba, solo exageraba.
~~
—¿Te duele mucho? —La voz de Xel salió una vez más. Era la octava vez que lo preguntaba.
—Xel, tranquilo —Gea le dijo sonriendo, se acercó a él pasando la mano por su cabello haciéndolo sentir como un niño pequeño.