En una tierra lejana, en un lugar totalmente escondido del mundo, arriba de una gran montaña vivía un gran pueblo, pacífico y lleno de tranquilidad, el nombre de este era Bélenn, asi era conocido este asombroso lugar por muy pocos viajeros, no todos tenían ese hermoso privilegio de entrar en esta ciudad.
En este pueblo la paz sólo era conocida como una simple palabra, ya que acá vivían tres personas que pareciera que les pagaran por hacer travesuras, un niño y dos niñas para ser más especifico, sus nombres eran bien conocido en todo Belén, no eran malos, solo traviesos.
Todo era tranquilidad, era cerca del medio día y era muy extraño que aún no se sabía nada de este pequeño grupo, siempre había desorden desde bien temprano, pero esta vez pareciera que les había ganado el sueño o eso querían creer, ya que al fondo se escuchaba el grito de una niña mientras la tierra temblaba levemente.
-Abran paso, todos quítese del medio.
La gente tuvo que levantar la vista para ver a una bestia llegando al pueblo, sobre ella se encontraba Máron, delante de ambos se hallaba Melcifer que corría desesperada para no ser alcanzada, todos los que se encontraban en la entrada del pueblo salen corriendo del miedo mientras esta bestia pasaba, el único que no logró escapar fue Hastel, hermano de Máron.
-Buenos días.
Le gritaba Máron mientras se reía encima de la bestia, al verlos se asusta como toda persona normal y comienza a correr a la par de Melcifer.
-¿Como hicieron para subir la montaña con esta cosa gigante?.
-¡Ah! Buenos días Hastel.
-¿Te parece que sean buenos?.
-No tengo idea, yo solo corri cuando Máron subió encina de esa cosa.
-¡¿Que?!. ¿Subiste tu sola la montaña?
-¡¡¡AH!!! ¡¡¡VAMOS A MORIR!!!.
-Máron, deten a esa bestia, estas rompiendo el pueblo.
-No la va a frenar, hace como una hora que lo estuvimos intentando.
-¿Estuviste corriendo por una hora? Me impresiona tu resistencia.
-Muy bien Orlando ya basta.
Con estas simples palabras la bestia de cuatro metros de alto se frena en seco y Maron se cae desde esa altura, pero gracias a su agilidad cae de pie con mucha gracia.
-¡¿QUE?!.
Melcifer se acerca enfurecida y le toma con ambas manos de la remera mientras su respiración no se establecía, le costaba horrores respirar.
-Pudiste frenarlo cuando querías, pero me tuviste haciendo correr por una hora.
-Pero superaste tus límites, lograste subir la montaña tu sola, ayer me habías dicho que no podías hacerlo y creías que nunca lo lograrias.
-Ah, es verdad, gracias Máron.
-No puedes dejar de estar enojada así de simple.
Máron se acerca a Orlando para hacerle cariños.
-Muy bien, eres un muy buen chico.
Melcifer se sienta sobre unas rosas que había en el lugar.
-Estoy muertisima. Las piernas no dejan de temblar.
Hastel se acerca a Máron enfurecido.
-Me dijiste que ibas a comprar las verduras y yo me encargaba de la carne.
-Si, ya se, solo pasaron cosas.
-¿Pasaron cosas? Te hiciste amiga de una bestia gigante, bajaste toda la montaña. ¿Como terminaste así? Solo tenias que comprar verduras, solo eso.
-Lo siento.
-Por lo menos compraste las verduras.
Máron mete sus manos en los bolsillos con rapidez y con una sonrisa deslumbrante le muestra lo que había encontrado.
-Si tengo una papa.
-¿Una papa? Compraste solo eso, te di una maldita lista.
-No, tambien tengo una zanahoria.
-Genial, tienes una zanahoria, menos mal, ahora podremos comer tres días con eso.
-¿Acaso eres idiota? No se puede comer tres días con esto.
-YA LO SE.
-Y si ya lo sabias porque me dijiste eso.
-Fue sarcasmo, es obvio que no podemos comer tanto con esas dos simples cosas.
-Tan obvio no es porque acabas de deci...-
-Si Máron, como quieras.
En ese instante aparece Anhari, tía de Hastel y Máron, su rostro demostraba sin vergüenza lo furiosa que estaba.
-Bueno, yo me iré a comprar.
Hastel recitaba estas palabras mientras se daba media vuelta para alejarse del lugar con la tenue esperanza que su tía no lo metiera a la misma bolsa que ellas dos.
-¿A donde crees que vas?.
Hastel se da media vuelta despacio y ve el rostro furioso de su tía y detrás de ella el desorden que habían hecho en el pueblo.
-Buenos di...-
Anhari le pega suave en la cabeza a Máron antes de terminar de hablar.
-¿Que? ¿Acaso quieren pelear? Me falta un brazo, pero aun así les puedo ganar hasta con los ojos cerrados.
Anhari le pega en el estómago a Máron haciéndola volar unos metros y estampadose contra la pared.
-¿Que le pasa? Yo nunca le dije que si.
-Muy bien, pero si ganamos usted limpiara el desorden.
-Me parece justo.
Mientras ellos hablaban Melcifer entra a correr desesperada y así poder salvarse, no de limpiar, si no más bien de Anhari, ya que era muy buena peleando, su cuerpo le recordaba a gritos lo que pasaría si se quedaba pero todo su plan fue en vano ya que ella se dio cuenta de sus intenciones y en un parpadeo estaba detrás, con un movimiento corto y simple le pega a sus pies para que se crucen y la gravedad hizo el resto del trabajo haciendo que se golpee todo su rostro contra el piso.
-Muy bien, solo queda uno.
Hastel se abalanza sobre ella mientras hablaba para aprovechar su pequeña distracción, pero Anhari lo esquiva con demasiada facilidad y salta hacia atrás.
-Eres muy predecible Hastel. Vamos, otra oportunidad.
Hastel comienza a dar golpes bastantes rápidos, pero no dio si quiera uno, ella los esquivaba con toda la tranquilidad, él se aleja unos segundos para tomar aire y observar la situación.
-¿Eso fue todo sobrino?.
Hastel salta hacia ella y está vez no solo usa sus puños, si no tambien sus piernas, pero ella trababa su golpes tan solo con su brazo, se notaba que no hacía tanto esfuerzo, mientras que él daba todo, tan solo un golpe quería atinar, pero no había forma, ella era demasiada rápida, sus puñetazos y patadas eran frenadas con mucha facilidad, en ningún momento uso otra parte de su cuerpo que no sea su parte superior.