El viaje hacia Fáttima había iniciado, estaban llenos de energía e ilusiones por lo que le deparaba el futuro, sus mentes vacías listas para absorber todo lo relacionado con la magia.
El único que no se sentía de esta forma era Hastel, que seguía el paso de ambas a un ritmo más lento, quedando atrás, su rostro no podía ocultar su malestar, su enojo e impotencia que sentía, su mente se estaba preparando para lo que vivirá ahí, sabe con lo que se va a enfrentar y el costo de vivir ocultando su raza, tiene todo en contra, sabía que vivir de esta manera no era lo más factible, será un gasto mental atroz.
El silencio se había hecho presente en el viaje debido al cansancio, estar caminando por horas y hablar no les hacía mucha gracia, no podían cambiar regularmente la respiración para aliviar la fatiga que estaban cargando.
—No quiero caminar más.
Máron rompía el silencio con su queja, al entender las palabras de su hermana larga un suspiro.
—Y aún tenemos como seis días hasta llegar.
Máron ignora las palabras de su hermano para, ya que había puesto su concentración en Azul, mientras aún seguían caminando ella intenta subir al lomo de esa bestia, pero los gruñidos de aquel animal le advertían que no era lo indicado.
—No te subas Máron, no es transporte, ya es suficiente con que lleve nuestras cosas.
Hastel mira hacia atrás mientras acariciaba a esa bestia para calmar su malestar provocado por ella.
—Pero estoy cansada.
—Todos estamos cansados, aguántate.
—No puedo más, tengo hambre.
Máron se apoya en los hombros de Melcifer que había bajado la velocidad de sus bolsillos para estar al lado de ella.
—Soy tu hermana, acaso no me reconoces Hastel.
Tiraba sus brazos hacia los hombros de él haciendo que su velocidad disminuyera.
—Está bien, descansaremos.
Melcifer se pone al lado de Hastel para que sus palabras sean indicadas a él.
—Hay que buscar un lugar para acampar, ya se hará de noche, nos deben quedar como dos horas de luz.
Llegan al sitio que los hacía sentir cómodos y quitan todo el peso que estaba cargando Azul.
—Vamos a comer.
La felicidad de Máron se expande en el pequeño grupo, siendo contagiados por aquella gracia que tanto la caracteriza.
—Ustedes chicas vayan a buscar ramas para hacer fuego y yo armare el campamento.
Ambas asientan la cabeza para dar su confirmación.
Hastel se acerca hasta el bolso donde se encontraba la carne que había cargado, pero al abrirlo estaba totalmente vacío, que irá gira en busca de Máron que había sido la encargada de guardar la comida, pero algo llamó su atención dentro del bolso, se agacha para agarrarlo con comodidad.
Melcifer y Máron frenan sus pasos al sentir que Hastel estaba furioso.
—Maldita vieja bruja.
Ambas se acercan hasta él para saciar su instinto de curiosidad, toman el papel que había llamado la atención de él y lo leen en hoz alta.
—¿Pensaron que su entrenamiento había terminado? Pues no, cazen su comida.
Ambas se llenan de tristeza al sentir que se habían confiado con lo que debería haber en ese bolso.
—Estamos muertos.
Máron se tira al suelo.
—Cambio de planes, ustedes vayan a cazar y yo iré a buscar ramas.
Máron se sienta al oír a Hastel hablar.
—¿Nosotras iremos a cazar?.
—Sí, busquen lo que sea, algo tenemos que comer.
Máron se pone de pie y se retira del lugar tomando distancia de Melcifer, ella estaba observando a Hastel confundida, su rostro estaba raro y algo le indicaba que no era por la comida, se da vuelta y se acerca corriendo hasta Máron.
—¿Sucede algo que Hastel no quiere ir a cazar?.
—Es un tema muy delicado, nunca quiere hablar de eso, es mejor que lo dejemos así.
—Está bien.
Hastel se aleja del campamento en busca de ramas para hacer fuego, se adentra unos metros en el bosque, llega hasta un árbol y comienza a juntar.
—Yo que tú me llevo las que están allá, esas están húmedas, créeme.
Hastel se pone en alerta al oír la voz de un muchacho, levanta su cabeza y ve al dueño de su susto colgado de una pierna.
—Que hay.
—¿Quién eres? ¿Por qué estás colgado?.
—Es una larga historia, caí en mi propia trampa.
—No fue larga.
—Si no quiero quedar como idiota es larga.
Hastel se da media vuelta y se dirige a buscar las ramas.
—¡Hey! Espera, bájame de aquí.
—No, puede ser una trampa.
—¿En serio? Estoy violeta por el tiempo que llevo aquí.
Hastel tira su cuchillo a la soga que sostenía su pierna y cae al suelo gracias a la gravedad.
—Gracias por avisarme.
Trata de levantarse, pero Hastel se lo impide apoyando una rama sobre su hombro.
—Un segundo. ¿Quién eres?.
—Lo siento, me llamo Loren y pertenezco al linaje Firewhale.
—Mi nombre es Hastel del linaje Livermore.
—Estoy agradecido contigo, si no me hubieras salvado hubiera muerto ahí, este camino hasta Fáttima nadie lo recorre, es muy complicado.
Hastel se aleja de él para seguir recogiendo leña.
—Entonces quiere decir que serás estudiante de Melisma, ¿De dónde vienes Loren?.
—De un pequeño pueblo llamado Romina, por eso decidí tomar esta ruta.
—Nosotros decidimos tomar esta ruta como parte de nuestro entrenamiento.
—¿Nosotros? Quieres decir que no viajas solo.
Hastel toma distancia para de él para volver al campamento.
—Vamos, debes tener hambre.
—¿En serio puedo ir contigo?.
—No lo repetiré, vamos.
Loren se pone de pie y se abalanza sobre el cómo muestra de agradecimiento.
Al llegar encuentran a Máron y Melcifer que ya había terminó de cazar, estaban a la espera de Hastel para empezar el fuego.
—Que lindas chichas, ¿Ellas son más que te acompañan?.
Se acerca a ellas con bastante velocidad, no quería perder el tiempo, quería conocerlas lo antes posible.
—Hola bellas damas, mi nombre es Loren, es un placer conocerlas.