Su viaje seguía su rumbo, habían achicado bastante la distancia que los separaba de la capital, aún así, les quedaba un largo camino por recorrer.
Gracias a la confianza que ganaron en aquel enfrentamiento pudieron llenar los silencio que quedaba en el grupo, pudieron unirse más y confiar en aquel muchacho que encontraron por sorpresa.
Mientras caminaban logran ver cajas rotas y ropa esparcidas por el lugar, al llegar al punto del desastre ven un carruaje destrozado, examinan el lugar para entender un poco la situación de aquel desastre.
Mientras observaban el lugar escuchan quejidos de una persona, Hastel siente en su nuca el frío acero de un arma.
—Identificate.
Loren al ver la situación invoca su arma y trata de golpearlo, pero es frenado con el ante brazo de aquel sujeto, Hastel logra ver una ventana para contraatacar y golpea el brazo para hacerlo soltar el arma.
Aquel sujeto queda asombrado por la velocidad de reacción de esos dos muchachos y se ríe al verle los rostros, ya que así pudo deducir su corta edad, larga una carcajada al verse arrinconado, ya que se había confiado en la situación, no quiso analizar con la suficiente seriedad que implicaba esta situación.
—Son niños, lo lamento, creí que eran parte de aquel grupo.
—¿Que grupo?.
Loren pregunta mientras sostiene su arma enfrente de su rostro.
—No creo que sea necesario que estemos tensos, soy de los suyos.
—Acabas de apuntarme con un arma.
Hastel recitaba esta oración mientras tomaba el arma que se hallaba en el suelo.
—Entiendan la situación, estoy malherido y ustedes aparecieron, así que temí por mi vida.
—Entiende la situación, no te conocemos e intentaste matarnos.
Hastel apunta a aquel hombre con su propia arma.
Maron y Melcifer hacen acto de presencia al oír las voces, al ver esta situación se alarman y su adrenalina comenzaba a subir.
—Hastel baja el arma.
Maron dedicaba estas palabras a su hermano mientras lo miraba fijo a los ojos.
—¿Bajarla? No, si lo hago la situación volverá a estar a su favor.
—Vamos chico, hazle caso a tu amiga, no mereces seguir tu vida con un cargo de conciencia así.
—Nadie sabrá que fuimos nosotros, estás a varios kilómetros de Rag.
Aquel sujeto suspira para poder calmar esa sensación de peligro.
Cuando abre los ojos Hastel gatilla mientras decía una oración.
—Obviamente no tienes balas.
La cara de aquel sujeto había cambiado de color, al igual que sus facciones, reflejaban lo desentendido que estaba y haber sobrevivido.
—Intentaste matarme.
—En el estado que estas ya lo podríamos haber hecho, simplemente quería sacarme la duda de quien eras, era obvio que no tenías balas.
—¿Como sabias?.
—Simple, por el peso.
Loren baja su arma y suspira mientras se aleja del lugar, se sienta mientras se saca un pañuelo para limpiarse su rostro.
—No voy a creer lo que dice un niño.
Hastel le lanza una bolsa que aquel hombre atrapa con dificultad.
Al abrirlo queda asombrado y larga una pequeña sonrisa al ver que es comida.
—No debería recibir esto.
—Seguramente tenga hambre, además que esta golpeado.
Melcifer se acerca hasta él con su bolso en la mano.
—Ella va a tratar sus heridas.
—No tengo como pagar semejante voluntad.
—No se preocupe, no hay nada que agradecer.
Mientras comía una paloma vuela hasta sus hombros, el sonríe al verla, en su pata se podía ver un papel, deja lo que estaba haciendo para abrir, al verlo nota que es un mapa, saca una pluma y escribe sobre aquel papel, lo coloca en su animal que posteriormente se aleja de lugar.
—Ya se, vengan conmigo, les pagaré este enorme favor que han hecho por mi.
—No hace falta, no se preocupe.
Hastel trataba de sonreír al recitar esta oración.
—Por favor insisto.
Los cuatros se miran entre sí para saciar sus dudas.
—Esta decidido. Vienen conmigo.
Algo en Hastel le decía que no estaba bien aceptar su invitación, pero debido a la presión de la situación junto con la felicidad de Maron y Melcifer de aún que sea tomarse un baño con agua caliente las alentaba a seguirlo.
—Dentro de poco vendrán a buscarme.
Ambas se acercan hasta él para reanudar su conversación, aquel hombre desbordaba sinpatia, su forma de hablar acompañado de sus gesticulaciónes hacían que cualquier tema de conversación sea interesante.
Loren se acerca hasta Hastel preocupado por la situación que había surgido.
—No se si sea lo correcto ir con él, no me da buena espina.
—A mi igual, no tengo buen presentimiento, será por la situación en que lo encontramos, no lo se.
Luego de varios minutos llega un nuevo carruaje, dos personas se bajan de aquel vehículo para abrirle las puertas.
—Por favor, primero la señoritas.
Ambas le sonríen amablemente al escuchar sus palabras.
Loren cuando sube nota que las personas que le abrieron las puertas tenían uniforme gurnamental, su expresión cambia por completo reflejando el temor, trata de ocultarlo, pero es evidente que algo le pasaba.
—¿Te encuentras bien?.
Aquel hombre se dirigía a Loren, ya que lo notaba preocupado, el quería que todo fuera grato para todos y verlo así hacia que se preocupara.
Loren vuelve en si al sentir que Hastel le pega suavemente con su codo.
—Si, esta bien, no se preocupe, solo que se marea.
Hastel responde rápido para evitar cualquier sospecha, no sabía bien que le pasaba, pero era evidente que algo le preocupaba, no podía saciar su duda ya que donde se encontraban el lugar era pequeño, así que no podían tener una conversación aparte sin quedar irrespetuosos.
El carruaje comienza a moverse y Loren trata de calmarse y pensar más con tranquilidad.