♊PRÓLOGO♊

GÉNESIS 💋

— Génesis ya baja, el camión de la mudanza ya está aquí — gritó mi padre desde la planta baja.

— ¡Ya voy! — di una última mirada a mi habitación con nostalgia.

— ¡No te pediré que bajes de nuevo! — volvió a gritar.

— ¡Ya estoy bajando! — cerré la puerta de un portazo y bajé con pisada fuerte por la escalera.

— Que lenta niña por Dios — la esposa de mi padre me dio una mala mirada que respondí de igual manera.

— Cambia esa cara — me advirtió Vincent, mi padre.

— ¿No irás vestida así... O sí? — me miro de arriba hacia abajo y de vuelta con una mirada despectiva aquella mujer.

— Sí — contesté tajante y caminé hasta afuera de la gran casa que había sido mi hogar desde que nací.

Iba vestida con un vestido negro tupido a mi cuerpo, una boina roja y una chaqueta de mezclilla azul. Mis labios iban pintados de un color rojizo y me había puesto rimel en las pestañas haciendo resaltar así mis grandes ojos cafés; mi cabello castaño que me llegaba hasta la espalda media lo traía suelto bajo la boina y como toque final, decidí añadir unos hermosos lentes rojos en forma de corazón que me había regalado mi mejor amigo el año pasado.

— Hey — me voltee al escuchar esa voz familiar que tanto adoraba.

— Archiwi~ — salté a sus brazos y este me atajó rodeando mi cintura.

— No creas que te librarás de mi — nos separamos para mirarnos a los ojos.

— Tampoco esperaba eso, nos veremos en la academia idiota — sonreí juguetona.

— Te gustará, verás que tan poco es tan malo como se ve... Es mejor que estar aquí viviendo con la bruja — dijo lo último bajito, lo que me causó una risita traviesa.

— I know, I know... Pero nadie me quitará de la cabeza que me envía a la academia para librarse de mi — me crucé de brazos.

— Viendo el lado bueno... allí podemos usar nuestro Ram sin problemas. Ya deja de pensar tanto, es hora de que te vayas — dijo mirando como los de la mudanza acababan de subir todas mis cosas al camión y al ponerse en marcha.

— Tienes razón — suspiré cansada.

— Siempre tengo razón — se cruzó de brazos con una sonrisa burlesca en el rostro.

— si claro... será mejor que me vaya o se ma hará de noche. Me aburriré sin ti esta semana esperando a que inicien las clases — hice un puchero.

— ¿Enana, para que crees que soy tu mejor amigo? — levanté una ceja divertida.

— Tienes algo para mi ¿Cierto? —

— Tan inteligente como siempre, saltamonte — se acercó a unos arbustos y sacó un bolso de entre ellos.

— Que es eso, demente — reí.

— Me voy contigo — caminó hasta donde estaba estacionado mi auto.

— ¿Bromeas? — tomé mi bolso y mis llaves de la entrada y corrí hasta estar cerca del chico pelirrojo y de mi carro.

— De todos modos tenía que viajar hasta allá la otra semana, y pensé... "Oye estúpido, deja que la umpalumpa te dé un aventón", y aquí estoy — se subió del lado del copiloto.

— Eres increíble — reí a carcajadas.

— Lo sé, saltamonte — me guiñó el ojo — ya súbete que me hago viejo.

— Génesis, espera — me detuvo mi padre.

— Descuida, no mancharé tu imágen... — acomodé mi bolso en mi hombro y rodee el auto hasta quedar en el lado del conductor.

— ¿Siempre tienes que ser tan hostil?.. Como sea, te quería decir que te cuidaras... Y que me llames cuando estés allá — sus ojos se pusieron tristes.

— Lo sé, papá ... Yo te aviso. Nos vemos — me subí al auto y lo hice arrancar.

— El tío sonaba sincero — dijo mi mejor amigo mientras se colocaba el cinturón.

— Ella es el problema y lo sabes... — asintió.

— Pues arranca mujer, que nos queda un largo camino —

Y así fue como comenzaba mi nueva vida, mi nuevo destino y quizás mi final.