CAPÍTULO 21 - La preparación de la mente, al ser -
Julian, aun se había quedado observando a aquella joven, la cual lo había salvado. En aquel momento el atardecer parecía haber llegado repentinamente.
- Tú eres Julian, ¿no es asi?
- Em…si...Si soy yo.
- Soy...
- ¿Eres Teresa? Dijo Julian rápidamente.
- Em...Si... ¿Como sabes quien soy?
Julian intento recordarlo todo, sus ojos aun seguían algo perdidos en ella, de pronto la imagen de Emilia llego a El.
- Te recuerdo solo un poco, pero… ¿Sabes como volver al Este?
- Si, pero aun no me has respondido.
- Te lo dire muy pronto, primero llévame a el Este.
Ella, lo cogio de la mano e inmediatamente desaparecieron, para asi aparecer en las montañas del este.
Julian quedo atonito, se había llevado sin duda alguna, una gran sorpresa. Nunca se le había pasado por la cabeza que aquellas habilidades podían ser desarrolladas por seres evolucionados de la tierra.
- No te sorprendas, esto es solo una parte de lo que podemos hacer… El reyno Celestial, esta al borde del Colapso, la guerra que se llevo acabo en el universo, hace millones y trimillones de millones de años, esta apunto de volver a comenzar.
- Portal necesitamos tu ayuda.
- ¿Es lógico que la nececiten?, respondio Julian.
- Pues claro, no esta escrito en tu destino, pero tú mismo lo has moldeado a tu gusto con tus respectivas acciones impredecibles…Nadies los sabía más que tú y el universo.
Julian miro alrededor, mientras todo resplandecia, era muy claro lo que veía, todo era una maravilla en toda su abundancia.
Teresa solo lo observaba esperando su respuesta.
- Es lógico que los Mortales no vean claramente lo más bello del universo y de la vida en toda su plenitud.
- Eso…eso no es cierto, los seres humanos también somos capaces de ver las maravillas, los que estén dispuestos a verlo, tendrán la oportunidad de hacerlo.
- Por supuesto… El problema, es ¿cuando lo haran? ¿Cuanto tiempo, durara su despertar? ¿Qué es lo que ellos ven exactamente, si no tienen un conocimiento avanzado o mera mente básica de la existencia?
A Julian aun le impresionaba tal claridad del conocimiento, sin duda era algo sorprente.
La miro nuevamente a los ojos, y la beso instantáneamente, ella solo opto por quedarse quieta sin hacer un movimiento alguno. Segundos después Julian se aparto de ella.
- ¿Dime que fuiste capaz de sentir o entender de lo que hice?
- Yo…Yo no sabría decirlo con exactitud. Es algo a lo que no estoy nada acostumbrada.
- ¡¿Entonces, como puedes criticarnos, si ustedes tampoco saben lo que es tener una vida de Mortalidad?! ¡¿Cómo son capaces de hecharnos la culpa por todo esto a nosotros, si ustedes ni han sido nisiquiera capaces de reprimir nada por nosotros, si ustedes no han sido capaces de aprender nuestra cultura y nuestra forma de coexistir entre todos nosotros y todo?!
- Yo…
- ¡¿Como tratan de ayudar, si jamas han tenido la certeza, de lo que es caer en este Hoyo repugante de soledad y desconocimiento?! Ustedes los Inmortales, son solo simples seres que entienden las culturas como algo universal, pero claro nisiquiero toman en cuenta nuestros juicios debido a nuestra falta de conocimientos. Dijo Julian entre ira y tristesa.
- Yo… No sabría que decirte. Dijo Teresa mientras miraba a Julian directamente a los Ojos.
Julian guardo silencio y se dirijio a la parte más alta de la montaña. Ella lo acompaño sin mencionar nada.
Apenas llegaron a la cima de este, lograron observar los valles que habían quedado totalemente intactos a pesar de la caída cósmica de la Torre Oscura,
Julian buscaba con la mirada señales de vida, miro por todos lados, hasta que al fin encontró un pequeño punto de luz entre las lejanías.
- Llevame hay. Dijo seriamente.
Ella lo cogio de la mano y rápidamente aparecieron en aquel lugar, todo era muy claro y varias personas parecían estar acampando hay.
Julian los observo a todos, y noto que eran los de la ciudad de donde el y Emilia habían salido.
Pronto se hacerco a cada uno de ellos, mientras buscaba por todas partes a Emilia. Teresa lo miraba, mientras varias ideas se le pasaban por la cabeza.
Julian seguía buscando, y parecía estar dispuesto a no descansar hasta encontrarla.
- ¡! Emilia!! Gritaba por todas partes.
Hasta que repentinamente, la voz de una anciana lo cayo.
- ¡Joven!, ella no nunca llego con nosotros. Dijo la anciana.
Teresa los miraba muy penzativa. Parecia estar ideando un plan en aquellos momentos.
- Eso…no puede ser. Se que ella debe estar por aquí. Dijo Julian.
- Lo lamento joven, pero ella, no esta aquí, quisas ella…
- ¡No señora!... Se que ella aun esta viva. Por favor le pido que guarde silencion si no sabe donde esta. Dijo Julian preocupado e impaciente.
Julian se había sentado en una esquina alejado de todos, mirando al suelo. Pasado los minutos Teresa se acerco a Julian y lo cogio por el hombro, este no reacciono en lo absoluto.
- ¿Realmente es ella importante para ti?.
- Julian con una mano quito la mano de ella de su hombro.
- Usted no lo entendería, yo la conoci desde que eramos niños, ella es mucho para mi.
Ella, se acerco y puso su cabeza sobre su hombro, mientras que con la otra mano, le cogia el otro.
- No te preocupes, yo te ayudare a encontrala…
- ¿Estas segura que podras? Pregunto el.
- Pues claro, para eso estoy aquí, para ayudarte. Dijo mientras le sonreía.
El rápidamente la abrazo, dejando congelada, sin entender al principio. Pero luego opto por hacer lo mismo.
En ese momento entendio, que el ser humano era muy suseptible a sus propias reacciones, y que por lo mismo que era una Inmortal o un ser celestial, no recordaba, ni conocía claramente las emociones humanas.