Genesis

#19: Meissa

Oscuridad.

Había intentado de todo para poder salir de este pequeño agujero en el que Gabriel me había mantenido por días, en donde no podía saber si era de día o de noche puesto a que ningún rayo de vida alumbraba la oscura habitación y las cadenas que envolvían mis brazos y piernas comenzaban a lastimar mi piel, la cual se mantenía abierta a falta de la poca energía que había podido guardar después del ataque.

No había ni una pizca de algo de lo que pudiera alimentarme, ni un rayo de sol, ni un poco de agua, ni aire, ni ninguna planta o animal que pudiera ayudarme a cargar energía, solo estaba yo dentro de una pocilga de la que justo en este estado me era imposible salir.

—¡Bienvenidos al paraíso, donde los sueños se hacen realidad! —La voz irritable de Gabriel retumba por las cuatro paredes del lugar, informándome una mas de sus visitas innecesarias —¿No lo crees Meissa? —Me pregunta antes de encender las luces, cegándome por un par de segundos en los que mis ojos intentan acostumbrarse a la nueva iluminación —Pero por lo que veo te la estas pasando de maravilla —Me cuesta abrir los ojos pero aun así me obligo a hacerlo, me obligo a encarar al Arcángel que se mueven por la habitación con arrogancia y seguridad, una que no tendría si yo estuviera al cien por ciento de mi capacidad.

—No tienes ni idea —La ironía de mi voz hace flaquear su personalidad, aquella que ha sido una mentira desde el momento en que lo conocí —¿Quieres unirte? —Lo disfruto como nunca lo he hecho con nada —Siempre has querido hacer lo que yo hago, ¿Por qué no te unes a la fiesta? —Un fuerte golpe sobre mi rostro me hace cerrar lo ojos antes de volver a encararlo.

—No creas que estas al mismo nivel que yo —Su verdadera personalidad sale a flote —No olvides el lugar en el que estas —Intento contenerme, después de todo, claramente yo era la que estaba en una enorme desventaja —Sigues creyéndote demasiado a causa de los poderes que el Creador te dio —Camina hasta una de las esquinas de una habitación, donde un par de botellas de agua, relucen con intensidad —Pero ¿Dónde esta esos poderes ahora? —Toma una de ellas y regresa sobre sus propios pasos, hincándose un poco para estar a mi altura —¿Dónde esta ese Creador tuyo cuando mas lo necesitas? —No hay ni una pizca de arrepentimiento en sus palabras pero aun así le da un gran sorbo a la botella para tentarme —¿Dónde estas esos hermanos tuyos? —Sus recuerdos son aun mejores de los que hace algunos días lo eran —Eh Meissa —El frio y refrescante contenido cae sobre mi sin vergüenza alguna, demostrando en donde mierdas me encontraba.

—Púdrete Gabriel —Dejo salir con enfado antes de alejarme un par de centímetro de su estúpido rostro.

—Lo pensare un poco —Se pone de pie con un porte victorioso —Así que por lo mientras ocupa mi lugar un poco mas, es posible que cuando yo decida tu ya estés pudriéndote en el infierno, donde deberías de haber estado desde hace mucho tiempo —La puerta de la habitación se abre de golpe, revelando una cabellera bastante conocida.

—¿Enid? —Pregunto con sorpresa al ver la figura familiar de la quinta, quien me da una mirada fría antes de regresar la mirada al Arcángel, quien sonríe con bastante alegría en su dirección —¿Qué haces aquí? ¿Dónde están los demás? ¿Cómo lograron salir de la barrera? —Las preguntas me abandonas con rapidez una tras otra, mientras un sentimiento raro se instala en mi pecho.

— ¿Por qué tardas mucho? — Le pregunta al Arcángel con quien intercambia un par de caricias que me hacen alertarme — Has dicho que solo vendrías a dejar algo y regresarías — Se acerca para darle un beso, uno de eso apasionados y sin vergüenzas que logran revolver mi estomago a pesar de no tener absolutamente nada en el.

— Lo siento — Se disculpa como si verdaderamente pudiera lamentar algo — Me estaba divirtiendo un poco — Se que se refiere a mi pero mi sorpresa es tanta que me es imposible apartar la mirada de la castaña.

— ¿Qué mierda es todo esto? — No logro asimilar todo lo que esta pasando pero aun así intento conseguir las respuestas que necesito — ¡¿Que mierda significa esto Enid?! — Grito en busca de una explicación consiguiendo ponerme de pie después de varios días sin poder hacerlo —¡Te estoy hablando Enid! —Una ola de energía que ignoraba que existía hace templar el suelo sobre mis pies, alertando al Arcángel, quien se aleja de la castaña para acercarse de nuevo a mi.

—¿Cómo mierda has podido hace eso? —Me pregunta en cuando esta frente a mi, pregunta que ignoro, pues lo único que lo que puedo concentrarme es en la presencia de ella en este maldito lugar —¡Te he preguntado, ¿Cómo mierda has hecho eso?! —Me toma del cabello con agresividad para obtener mi atencion —¡Dime! —Sentencia con autoridad al ver que no tengo intenciones de hablar.

—En verdad pensaste que habías ganado —Mi ira va dirigida hacia Gabriel que parece perder aun mas la paciencia con cada palabra que sale de mi —Soy la séptima Genesis, la elegida entre todos para salvar o destruir el mundo —Las palabras que me fueron dichas por el mismo creador las repito frente a el —Crees que podrá ser vencida por un simple e insignificado Arcángel —La furia dentro de mi se retuerce con poder, uno que no es suficiente para liberarme de estas cadenas.

—¡Perra! —Su puño se instala sobre una de mis mejillas que me hace tambalear un poco antes de enfrentarlo de nuevo —¡No eres mejor que yo! —Se que he ganado cuando lo observo perder los cabales, tal y como lo había planeado mucho antes de que ella llegara —¡Nunca lo has sido y nunca lo serás! —Vuelve a asentar un puñetazo sobre mi rostro que me hace tambalearme y caer sobre el suelo con brusquedad, escupiendo sangre sobre el suelo.

—¡Gabriel! —La voz de Enid retumba con potencia dentro del lugar —No caegas en sus provocaciones —Camina con paso decidido hacia nosotros, tomando al Arcángel sobre los hombros —Es lo que ella quiere conseguir —La forma en la que se refiere a mi, me hace desconfiar de una de las personas que mas adore en mi vida con quien no solo compartía un clan, sino una linea que nos mantenía unidas pero que justo ahora parecía rota hasta cierta manera.



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En el texto hay: angeles, demonios, seres sobrenaturales

Editado: 19.07.2021

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