Capítulo 2

Alianzas
 

Murmuros se escuchaban en cada rincón del castillo, verdades y mentiras era lo que se decía, pero nadie se atrevió a comentar alguna palabra al respecto, desde lo sucedido con los lobos, nadie opina; al menos nadie lo dice en voz alta, Había tensión en el aire, nadie sabía quiénes son los traidores y dónde se encuentran. Aunque las especies dicen que el rey Ray puede saber, la verdad es que ni él lo sabe y eso le molestaba mucho.

Pero mientras que algunos de sus hombres estaban en la busqqueda de los traidores, el resto estuvo con los ataques constantes que dan los strigoi; pero para poder sobrevivir, las hadas necesitan un aliado que los ayude en la batalla, por eso Ray, el rey de las hadas, se contactó para hablar con Jack, el Rey de los vampiros. Los vampiros (por asi decirlo) eran su salvación, ya que por ser sus creadores tenían más poder a la hora de entrar en guerra.

Cuando Jack apareció en el despacho de Ray sin ni siguiera tocar la puerta, Ray no se sorprendió que Jack no era conocido por ser amable con las demás personas, por eso solo rodeó sus ojos y le insistió que se sentará.

-Espero que me hayas llamado para algo bueno.-recita Jack al sentarse.

-Los lobos no dicen la verdad, varios de ellos mienten y no quieren hablar con nosotros porque ocultan algo, tenemos que engañarlos y hacer que hablen. -dice Ray soltando todo de nada vez, ya que sabe que Jack no se va por las ramas.

-¿Qué esperabas? Son unos perros que se arrastran por la vida, de seguro son aliados de Damián y por eso no quieren hablar de nada, ni con nadie, aunque creo que tenemos que aliarnos todos los mundos para enfrentarlos y terminar con todo esto de una buena vez.

-Estoy muy de acuerdo, pero hay un... -Rayan fue interrumpido por el sonido de la puerta, alguien la abrió y aquel momento apareció Bruce, el consejero del rey Rayan.

-Disculpe mí señor, pero acaban de avisar que atacaron los cambiantes y parece que se llevaron a diez adultos y cinco niños, investigue personalmente si la información es real.

-Gracias por informarme Bruce, puedes retirarte

-Con permiso. -dice Bruce antes salir de la sala.

-Damián trata de crear una nueva raza de "strigoi", y la creación de esos fenómenos es culpa de los vampiros Jack. Si ustedes no se hubieran mezclado con brujas y humanas, esas bestias no existieran.- retomó la conversación Rayan

-No puedes culparnos por algo que no sabíamos que pasaría Rayan, además no vine a discutir contigo sobre eso si es culpa de los vampiros o no de la creación de los strigoi.

-Sé por qué viniste Jack, recuerda que lo sé todo; sé que quieres una alianza. Pues la tendrás, pero a la hora de que los strigoi ataquen tus hombres tienen que ayudarnos.

-Entonces es un trato, pero traeré los papeles para que los firmes. Puedes saber todo Rayan, pero sé que tu palabra siempre va a tener doble sentido.

-Trae lo que quieras; lo firmaré, no tengo problema con eso.

-Sabes que lo mío no es de firmar un papel que puede ser quemado, yo hago cosas más haya de eso

-Si quieres un pacto de sangre lo tendrás... mira Jack, no creas que te quiero engañar, ni nada por el estilo.

-No quiero sorpresas, eso es lo único que diré.

Para Rayan hacer una alianza con Jack, era muy benéfico, no solo por la protección, sino por la riqueza que yacía en su territorio. Aunque el reino de las hadas no era atacado muchas veces, siempre el número de muertos era demasiado, casi hasta llegar a la extensión, pero Rayan creía que con un poco de estrategia podían no llegar a esa etapa.

Cuando Rayan y Jack terminaron la reunión Bruce, entró con una sonrisa pícara que al Rayan le emocionó verla.

-¿Se dio cuenta?

-No señor, todo está en orden.

-Puedes retirarte.

Cuando Bruce salió del despacho, no se dio cuenta que en él las sombras lo estaban rodeando. Rayan sabía que un ser oscuro lo visitaría, pero nunca se imagino que esa oscuridad provenía de Damián. Aunque el rey tenía miedo no se lo daba a relucir, porque los años le habían enseñado que el miedo puede no considerarse una debilidad, pero demostrarlo a quien no es debido puede llegar a ser la destrucción.
Aunque el Rey trató de no mostrar miedo, Damián lo olió de inmediato, ya que nada se le escapaba. El demonio no pudo evitar mostrar una sonrisita de lado a Ray, haciendo que este se incomodara de inmediato.

-¿Me temes?- le preguntó mientras que se sentaba en el asiento del rey, al ver que no le respondía prosiguió-. Claro que lo haces, disculpa la pregunta tonta, siéntate por favor.
-¿En qué lo puedo ayudar señor?- dice Rayan con la voz un poco temblorosa

-Por lo que veo quieres ir al punto, bueno ¿Hiciste lo que te pedí?

-Señor el consejo no lo permitiría, muchas personas pueden morir las raz..

-Si te di el trabajo a ti, era porque supuestamente serías el mejor de todos.- lo interrumpe-. Dime si vas hacelo o le doy el trabajo a alguien más capacitado, y le dirás adiós a tu alma en el proceso. - dice Damián mientras que Alan, "su mano derecha", atraviesa la oscuridad que está en la esquina del despacho. Al Rayan ver que era de verdad lo que le decía, se arrodilló de inmediato, mientras que pedia clemencia.

-¡Señor! ¡Por favor deme otra oportunidad! ¡Piedad! ¡Por favor! Mi pueblo no puede perder a más personas. - decía al instante que caían sus lágrimas como cascada.

Cualquiera que viera la forma en la que se humilla el rey Ray no lo creería, ya que era un altanero de primera, aunque nadie sabía cómo era Damián físicamente, cuando el rey lo descubrió... bueno, en realidad él se le apareció, pero igual nunca pensó que su vida se volviera una pesadilla en el proceso.

Alan se coloca a la izquierda de su señor, mientras que Damián solo le regala una sonrisa de lado. Él estaba presenciando la escena en primera fila.

Aunque Damián sabía que él podía destruir el consejo de un solo chasquido. Pero ¿En donde estaría la diversión? Pues en ninguna parte, ya que todo terminaria de un abrir y cerrar de ojos, por eso inició un juego a ajedrez, donde muchos no sabían en que consistía el juego, y de paso tambien estaban perdiendo, y él tenía la delantera.