Capítulo 7: Una verdad incierta…
Ahora que estamos solos Mat, por favor cuéntame, necesito saber más de mí, él se sonrojo, me miro a los ojos y me dijo,
- Te falle y no pude cumplir mi promesa
- ¿a qué te refieres?, pregunte
- Elena cuando trabajamos en el Centro de Genética, estudiábamos la cura contra el Cáncer, teníamos buenos avances hasta que Carlos se fijó en ti y no podía soportar que tu estuvieras cerca de mí, así que poco a poco te absorbía más de trabajo y responsabilidades, comenzamos las peleas por mis celos y nos alejamos, Carlos me boto del centro, así que me fui a la competencia a industrias Diamond, ahí empecé hacer un virus molecular que fuera capaz de contrarrestar enfermedades crónicas, nos alejamos mucho tiempo y por mi orgullo de demostrarle a Carlos que podía ser mejor y que no dependía de él, me aboque a trabajar día y noche en el virus molecular, te descuide y te perdí, te deje ir y no luche por ti, Carlos me había arrebatado todo lo que quería, cuando me entere que estabas con Carlos, fui a reclamarle, esa era la verdadera razón del por qué me saco del centro de genética, esa noche discutimos, hasta que tu llegaste a defenderlo y me pediste que me vaya, Salí muy molesto, pensé que tu estarías de mi parte, pero que más podía esperar al parecer estabas enamorada de Carlos y yo ya no era parte de tu vida, a la mañana siguiente me pediste vernos y conversar, nos vimos en el parque que está a dos cuadras del centro de genética; conversamos de la mejor forma y me pediste una muestra del virus molecular que venía trabajando, yo accedí pues me ayudarías a perfeccionarla, industrias Diamond se dio cuenta y me mandaron a silenciar acabe colgado en la azotea del edificio de Diamond, cuando te enteraste mantuviste mi cuerpo en una capsula de frio, con Carlos mejoraste el virus molecular y resulto el virus Cell y aquí estamos llevo 6 años en este lugar atrapado y no hay forma de salir, sé que Carlos sabía muy bien a donde me enviaba
- Si Carlos te odiaba tanto como dices ¿porque te inyecto el virus entonces?, le replique.. Mat se levantó me miro y dijo, quizá fuiste tú quien me dio esa oportunidad, no sabiendo a donde me enviaban.
Me había quedado pensativa, una tristeza enorme me embargaba, el saber que Mat me amaba y yo no podía corresponderle, el saber que lo había de dejado por Carlos, quizá eso explicaría mis sentimientos, pero no era justo para el y me dolía haberle hecho daño, aún más que no recordaba nada concreto..
En un arrebato Mat limpio su rosto por las lágrimas traicioneras que salían de sus ojos negros, me tomó de la cintura con brusquedad y me beso…fue un beso suave, lento tierno, yo había correspondido a sus labios suaves como el algodón… y de alguna extraña manera, me sentía tranquila, con paz… pero mi corazón no latía con esa furia como lo hacía con Carlos, entonces entendí lo que debía hacer, sabia de quien me estaba enamorando y quien saldría herido en todo esto y no podía seguir dándole alas a algo que no podría corresponder, pero ¿cómo hacerlo sin lastimarlo?.
Un fuerte sonido interrumpió nuestro beso, los mutantes habían entrado a nuestra guarida,
- ¡quédate aquí y cuida de Becky!, dijo Mat y salió corriendo, se escuchaba sonidos escalofriantes era una batalla sangrienta, tenía que hacer algo para ayudarlos, comencé a ver en sus fórmulas de Steven, había compuestos que reconocía, así que comencé a preparar una formula y ponerla en varios tubos sellados
Los sonidos despertaron a Becky, su rostro estaba normal, -¿como te sientes Becky, mejor? – sí, ¿qué ocurre afuera?
- No pasa nada Becky todo estará bien, necesito que te ocultes debajo de esta escalera, tapate con esta sabana, pondré esta mesa y cajas por aquí, mantente quieta y no salgas hasta que yo llegue ¿de acuerdo?, algo asustada solo asentó la cabeza, subí despacio por las escaleras, abrí la puerta con cuidado en el piso estaba Tomas con el cuerpo carcomido ya sin vida, tome el arma de sus manos y una espada que estaba tirada más adelante, una criatura se lanzó hacia mí, un certero tiro en la cabeza termino con la amenaza, todo estaba muy silencioso y oscuro, Salí al pasillo central y vi como todos luchaban con más de uno, no tenían municiones, empecé a dispararles en la cabeza,1,2,3, tiros y ya no me quedaban más balas, por la puerta principal un gran número de mutantes se acercaban, apártense de la puerta grite, no sabía si funcionaria mi invento dentro de mi rogaba que funcione, Mat, Ursula, Laura, Steven y Randy se me acercaron mientras seguían peleando con espadas, hachas y sables, ¡que estás haciendo!, me grito Randy
- solo confía en mi le replique,
Tome uno de los tubos lo agite enérgicamente y lo lance frente a la puerta donde ingresaban cerca de 20 mutantes, sin embargo no ocurría nada, estábamos siendo rodeados y en mi desesperación agite y lance dos tubos más, sentíamos que todo estaba perdido, seguíamos luchando por nuestras vidas, Mat iba abriendo paso y nosotros retrocediendo, de pronto un fuerte estallido hicieron zumbar mis oídos, toda la puerta principal y fachada del refugio había volado en mil pedazos con varios mutantes, al parecer el sonido de la explosión también les afecto y enseguida comenzaron a retroceder preparando su huida, un segundo tubo estallo volando la otra esquina de la casa, mientras nosotros salimos expulsados a una habitación de adentro cayendo por donde estaba en cuerpo de Tomas, todos estábamos aturdidos por la explosión, nos preparábamos a levantarnos del suelo cuando el tercer tubo estallo volando la mitad del cuarto en el que estábamos, no había soltado más tubos aun me quedaban 8 pero la caída hizo romper uno, todo había acabado las bestias habían huido y nosotros estábamos a salvo eso creía, sentía un pitido en los oídos que no me permitía escuchar, me levante algo adolorida, vi a Mat y a Laura ayudando a Ursula sacándola de los escombros, mientras Steven auxiliaba a Randy que parecía mal herido, solo atine a ir rápidamente como pude al laboratorio, baje las escaleras y desesperadamente saque las cosas debajo de la escalera,
- ¿Becky estas bien?, vi que lloraba y me hablaba, no podía escucharla solo le revisaba el cuerpo para saber si estaba lastimada, finalmente la abrace fuertemente y le dije; Ya estoy aquí, tranquila, ya estoy aquí.