Get Backers - ¡descontrolados!

Capítulo 6: "Esto se va a descontrolarrrr"

Nuestros héroes ahora seguían con su profunda búsqueda, y aunque se habían encontrado con travestismos, viejas chancludas, e incluso, insectos de horroroso aspecto, eso no les había impedido seguir con su función, la cual era la recuperación del objeto que se les había encomendado: el Arca de la Alianza. Si bien los objetivos estaban claros, así como también lo que deberían hacer a continuación, los caminos eran escasos; en conclusión: se arriesgarían.

—Aquí vamos —dijo Ban tragando algo de saliva, y entonces, abrió la puerta, de este modo la dichosa rechinó al ser desbloqueada, para lentamente, mostrar su contenido. Es aquí que los muchachos se asomaron todos dentro de lo que podían, apreciando así el repetido paisaje, el cual les traía consigo un decorado elegante como en el comienzo de su aventura. Al dar un paso hacia adentro con cautela, revisaron por arriba (de nueva cuenta) a sus alrededores, notando que nada se salía de lo normal.

—Parece que todo aquí está en orden —informó con cierta duda en su voz el de lentes, mientras se llevaba su par de manos a la cintura enarcando también una ceja.

—¿Estás seguro de eso Ban? —preguntó casi por lo bajo el rubio, quien se deslizó por un lado para hacerse un lugar en el sendero del vagón.

—Pues yo no veo nada —declaró.

—Es verdad… tampoco puedo olfatear nada raro —indicó el ciego.

—No estoy seguro si fiarme de tus sentidos ahora Jubei, especialmente cuando no detectaste a esas ancianas allá arriba antes —hizo saber Kazuki, deslizándose del otro lado de Mido.

—Lamento no ser tan útil ahora señorita —se disculpó el mencionado.

—Ahora además de estar chicato te has convertido en un bueno para nada; vaya enemigo que venimos a encontrarnos —se quejó Ban.

—No debes preocuparte por ello Jubei —al poco de decir eso, la chica saltó por el comentario de Mido—. ¡Oye! —Kazuki entonces lo reprochó—. Deberías cuidar esa lengua larga que tienes —amenazó.

—¿Y eso qué? ¿Acaso estoy equivocado? —se dirigió el de lentes a la femenina—, además, hace un momento también lo desestimaste.

—Chicos, chicos, por favor… ¡guh! —al principio Ginji se dirigió a ellos con cansancio, pero luego algo lo hizo soltar un grito ahogado—. ¡Miren eso; ha salido de la nada! —señaló un libro que no estaba ahí antes en el medio del pasillo.

—¿En qué momento apareció eso ahí? —preguntó Shido asomándose entre los demás.

—No lo sé, me vi distraído por culpa de Mido —avisó la muchacha.

—En cualquier caso… —levantó un dedo el de lentes señalando esa cosa—. ¿Quién va a ir a revisar? —miró a sus compañeros, pero nadie decía nada; obviamente que no se ofrecerían para ello—. ¿Qué tal tú Ginji?

—¿Yo por qué? —dijo exaltado.

—Fuiste el que lo descubrió, así que deberías tener los honores. Recuerda que eres también parte de este equipo, ¿sabes? —le hizo entender con una atrevida sonrisa en su cara, la cual le produjo una mueca al rubio.

—Bien, iré —expresó de mala gana alejándose de los demás para encontrarse con ese objeto.

—Tenga cuidado señor Ginji —le comentó Kazuki.

—Sí —el rubio hizo un movimiento de mano haciendo saber que lo había escuchado, y en tan solo un momento estuvo delante de aquella pieza. Muy pronto vieron cómo Amano se agachó estirando sus manos sobre el libro, y lo tomó sin ningún tipo de problema, lo cual hizo suspirar de alivio a sus compañeros—. ¿Por qué reaccionan así? —el muchacho volteó hacia ellos al escucharlos, pues ahora eso le había dado una mala sensación.

—No te preocupes por nosotros y sigue en lo tuyo Ginji —lo animó el de lentes para que así lo hiciera.

—Bien —dijo con simpleza y volvió a lo suyo mientras se sentaba en el suelo debajo de las miradas curiosas de sus compañeros, e inmediatamente después, abrió el libro. La apertura del objeto no trajo nada nuevo a la trama, pero sí una expresión de confusión a Ginji, quien no parecía entender del todo lo que estaba leyendo, es por eso, que mientras lo hacía, se podía ver cómo movía el libro de aquí para allá intentando descifrar el enigma que lo envolvía.

—Chicos, no puedo entender esto —informó el rubio señalando con un dedo el interior del libro, el cual le fue arrebatado por un impaciente Ban.

—¡Dame eso! —gritó, y entonces comenzó a ojearlo—. Pero que rayos… esto está casi lleno de hojas en blanco —comentó mientras pasaba las páginas, hasta que por fin dio con una que contenía algunos párrafos—. Aquí hay algo —avisó, e inmediatamente comenzó a leer en voz alta—. “El Arca de la Alianza: un objeto divino que fue creado en un comienzo por mano del hombre, para más tarde, recibir la bendición de Dios. Se dice que el que posea el tabernáculo, tendrá la riqueza de su reino asegurada, y el favor del supremo consigo.” —Mido levantó una ceja, y sus allegados se miraron entre ellos con algo de confusión, pues éste no seguía con su lectura.

—¿Qué pasa Ban? ¿No vas a seguir leyendo? —interrogó Kazuki.

—No tiene nada más —comunicó cerrando el libro, pero apenas lo hizo, el escenario en el que estaban entrometidos, cambió abruptamente, dejando a más de uno con el ojo cuadrado. Ahora, a sus alrededores se respiraba un ambiente que tenía que ver con oficinas.

—¿Dónde rayos estamos? —dijo el de lentes mirando a sus alrededores.

—Parece que es algún tipo de agencia o algo así —mencionó Ginji sin estar seguro.

—Muy buenas tardes, ¿necesitan ayuda con algo? —una mujer se paró justo delante de ellos, y les brindó un servicio que nunca pidieron—. Si su deber es quejarse sobre los viajes dimensionales dentro de esta historia, nuestra secretaría que está justo al lado de la puerta de entrada, les brindará la atención que precisan —señaló con su mano a su compañera, la cual saludó con amabilidad a los recién llegados.

—¿Historia? —dijo sin entender Ginji.

—¿Dimensiones? —repitió también Shido tan descolocado como el rubio.



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En el texto hay: fanfic, aventura, get backers

Editado: 07.12.2020

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