Get Me Out Of Hell (sácame del infierno)

Fifteen: Te amo y, te amo.

La verdad es que Abaddon realmente no sabía cómo hacer para que Clary y él compartieran su alma.

Estuvo tanto tiempo buscando respuestas, ayudas... algo que le diera la mínima esperanza. Lastimosamente no fue así, y en cambio en el proceso no sabe cómo, pero se enamoró de esa hermosa rubia que no dejaba de soltar malas palabras a toda hora, esa mujer que era odiosa e insufrible, sin embargo tenía algo que lo atraía como una luciérnaga a la luz.

No quería hacerla sufrir al decirle que finalmente tendría que regresar al infierno porque su poder se estaba descontrolando, y no sabía en qué momento finalmente perdería su consciencia y quizás haría algo de lo que siempre se arrepentirá.

Amaba a esa chica, no sabe cuándo, cómo, ni por qué, lo único que tiene muy claro es que le prometió que los dos ganarían en ese trato que hicieron desde un principio, y viendo que él no tenía otra opción, tampoco elegiría la que la lastimaría a ella.

Se sentía aliviado de haberla conocido, de haber pasado tanto tiempo con ella, aunque la mayoría hubieran sido por peleas estúpidas. Pero esas mismas peleas fueron las que lo fueron atrayendo, y finalmente, enamorando.

Lo único en lo que podía pensar es que estos pocos momentos que le quedan con ella no los iba a desperdiciar. Por eso mismo le ocultó la verdad.

Quería vivir sus últimos días de felicidad, la primera vez y última que se siente así.

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Clarisa

 

Mierda.

¡Mierda, mierda, mierda!

Mi rostro no ha dejado de estar como un tomate desde que Dereck me besó de esa forma y luego se fue como si nada.

¡Ahhhhhh!

¡Dios mío! ¡Necesito besarlo otra vez!

Jodidamente no sé lo que me pasa. Al principio estuve cautivada por él, pero era porque no lo conocía. Ahora estoy plenamente consciente de todas sus virtudes y defectos, por lo que simplemente comenzó a molestarme.

¿Y cómo no?

Si todo este maldito trato se basó en puras manipulaciones de su parte y pendejadas de la mía.

Pero... aún así... cosas le sucedían a mi corazón.

Al comienzo no era tan notable, apenas podía soportarlo, pero después solo quise evitar esos extraños latidos estando cerca de él, no quería ponerme a pensar por qué me sentía así a pesar de lo mucho que se suponía, lo odiaba.

Y ahora...

Ahora... después de esos besos que me han dejado más confundida que antes, con el corazón latiéndome de placer, anhelo, y miedo.

Porque sí.

Estaba enamorada del demonio.

No había que ser muy inteligente para darse cuenta. No sé en qué jodido momento sucedió, mucho menos cómo. Él es todo lo que no me gusta en un hombre, además de que ni siquiera es humano para empezar.

Pero eso era lo de menos.

Lo único que quería hacer ahora era celebrar porque finalmente ambos vamos a poder vivir en paz compartiendo mi alma (lo cual ya asimilé), y besarlo otra vez... o quizás algo más...

Sólo quería hacerle saber este idiota sentimiento tan repentino que hizo surgir en mí.

Ese maldito...

Lo odio tanto...

—¡Clary! ¿Qué haces? —Emily se sienta a mi lado en el sofá, entonces ella nota mi sonrojo provocando que su sonrisa crezca y empujándome con su codo—. ¿Pasó algo aquí cuando no estuve?

Negué sin mirarla a los ojos, yo era casi como un libro abierto para ella en las ocasiones que me volvía tímida (la mayoría de esas sucedían cuando pasaba vergüenzas, así que eran pocas). Pero esta es la primera vez me sucede al haberme dado cuenta que después de casi 20 años, al fin me enamoré.

Y mi amado es un jodido demonio.

El jodido demonio que me irrita, y que sólo se la pasó divirtiéndose a costa mía... pero que también me ayudaba de vez en cuando.

Ah, mierda. Realmente no entiendo cómo llegué hasta aquí.

»Clarisa... ¿tú... me estás mintiendo?

Volví a negar, esta vez levantándome del sofá y yendo hacia Copito para servirle agua y comida. Agradezco que sea un glotón y su tazón ya esté vacío.

Lastimosamente eso no evita que Emily me siga con insistencia.

»Es obvio que algo pasó, las veces que te pones así es porque te encuentras abochornada.

¡Maldición!

¿Por qué tiene que saber tanto de mí?

—Bah, sólo dices puras bobadas —me excusé sirviendo el alimento de Copito—. Mejor cuéntame de ti ¿qué has hecho estos días?

Emily rodó los ojos, se acercó a mí con pasos agigantados y me tomó de los hombros para ponerme frente suyo y que la viera.

—No señorita —negó—. No vas a evadirme con tu falsa charla, dime qué te sucede —frunció el ceño pareciendo más preocupado que curiosa—, has estado demasiado extraña estos últimos días.

Tiene razón.

Mordí mi labio con nerviosismo tratando de buscar una forma de decírselo sin que pase mucha vergüenza. Sé que a ella no le va a gustar escuchar que estoy enamorada del jodido de Dereck, así que esa es otra razón para que me encuentre tan alarmada porque ella se entere.

Pero mi amiga una vez más demuestra lo suspicaz que es luego de mirarme unos minutos.

»¿Es por Dereck?

La observo con atención.

Esta situación es por demás graciosa. Yo soy un poco más alta que Emily, y aún así ella fácilmente me mantuvo en mi posición sólo tomándome de los hombros.

Además me siento pequeña debido a su fiera mirada.

Oh, maldita sea, cómo odio sentirme así.

Me hace volverme blandita.

—Ehh... uh... —balbuceo sin sentido, Emily me pellizca suave en el brazo, pero lo suficiente para ser irritante. Ruedo finalmente mis ojos y tomo una gran respiración para después exhalar profundamente—. Sí, es por Dereck.

Emily gruñó y no dudó en despotricar del nombre de Dereck, además también me pidió su verdadero nombre para seguir maldiciéndolo, según ella "de forma más efectiva".

Reí al escuchar todo el satisfactorio repertorio que tenía contra el demonio. Pero finalmente volví a ponerme seria para poder decirle todo de una vez.



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En el texto hay: comedia, romance, demonio

Editado: 06.01.2022

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