Josué miro su celular comprobando el sitio, en maleta comenzó a contar en dinero pagando al taxista sus mil dólares. El taxista los tomo dio media vuelta retirándose del lugar. Josué volvió a casa a culminar su propósito, bajo al río y lo siguió corriente arriba el roció de lluvia y el agua que chocaba contra las piedras del río lo empapaba. Eran cerca de las seis visualizo su pueblo, pero lo rodeó, subió una pequeña colina y atrás de ella una gran montaña, como punto de apoyo, pero no le daba visión de su rancho. Fue a la siguiente donde entrenaba velocidad y le otorgaba una vista perfecta. Saco sus binoculares observando la situación, en la colina donde practicaba con los troncos localizó a uno vestido de negro y armado, siguió buscando de la casa salía otro al que identificó rápidamente, ese era su objetivo detrás suyo dos más dándoles instrucciones.
Uno fue hacia la colina y el otro se ocultó en el pasto crecido cuatro en total. Josué identificó los puestos de observa de sus enemigos era hora de actuar, bajo de la montaña subió por la parte trasera de la colina por donde estaba, la chorrera. Moviéndose oculto por los árboles cubriendo una buena parte de su rango de visión se aproximaba a sus dos presas. Avanzaba sin causar ruido y finalmente encontró al primero oculto entre las ramas de los árboles, acercándose lentamente tomo dos piedras la primera la lanzó fallando a propósito el enemigo saco su arma, lista para apuntar y matar.
Josué lo miraba como apuntaba el arma en todas direcciones, se notaba algo tenso pues era el quien estaba siendo cazado.
No sé quién eres, pero vete… olvida este lugar para siempre, y prometo no hacerte daño – Josué dialogaba para evitar su descenso.
El tipo se rio – vaya no pensé escuchar eso… es la primera vez que una víctima me dice eso… pero Andrés me prometió un trozo de ti, mejor dicho, a todos nosotros.
– ¿¡Andrés!? Ese es el nombre de mi objetivo, cuantos están con él.
– No te preocupes… sólo tres venimos con él, suficiente para ti. Dime que se siente estar frente a la muerte.
– ¿La muerte? Desde esa noche, he vivido con ella. Pero basta de palabrería, aceptas mi oferta sí o no.
Por supuesto que NO – disparando el primer tiro. Me quedaré con una parte tuya, y te llevaré ante Andrés.
Tú lo has decidido – se movió lanzó la segunda piedra acertándole en el pecho derribándolo del árbol, Josué corrió rápido a neutralizarlo, pero el tipo resultó ser muy ágil giro en el aire, aterrizando de forma segura, incorporándose apuntaba en dirección de dónde provenía la piedra. Josué apareció desde el lado derecho tomando su brazo con que sostenía la pistola, otros disparos se miraron a los ojos ambos poseían la misma mirada asesina.
El tipo saco un puñal y atacó, Josué lo bloqueó ambos se acertaron patadas en el vientre. Josué saco su navaja lanzándola contra la pistola dejándola sin ella, de ahí fue un combate cuerpo a cuerpo los dos eran hábiles pero el asesino no alcanzaba a herirlo, sin embargo, Josué ya le acertó dos golpes en lo puntos de presión de la cara.
De pronto unos pasos se aproximaban, Josué alcanzó a ver a otro enemigo apuntándolo. Tomó a su contrincante usándolo como escudo, para neutralizarlo, pero no funciono el agresor disparo dio dos disparos a su propio compañero, acabo con él. Retrocedió ocultándose en un árbol al tipo lo dejo en el suelo le tomo el pulso. Estaba muerto a manos de su propio compañero.
– Así se comporta los asesinos, matando a sus propios amigos.
– Él no es mi amigo… además sólo eliminó la competencia.
– Andrés sólo trajo sicarios, no cabe duda. Es un cobarde incapaz de enfrentarme sólo… supongo que tú tampoco aceptaras mi oferta, así que… me evitare los diálogos.
– Hay algo en lo que te equivocas niño… no soy un sicario. Me ganó la vida horadamente, vendiendo drogas… pero quise probar algo diferente, así que acepté esto.
– Te dije que no quiero diálogos, pero eres la misma basura que encontré en mi viaje – tomo el arma del occiso y disparo moviéndose a la derecha. Su enemigo respondió, Josué se desplazaba rodeándolo, lo visualizo encaminándose hacia él. Pero el enemigo lo vio y disparo a quema ropa, Josué se lanzó a la derecha evitando los disparos.
– Pensaste que podrías atraparme por sorpresa… eres muy ingenuo.
– Porque no nos enfrentamos como los hombres, cuerpo a cuerpo… pero dudo que conozcas ese concepto. – Lentamente se asomaba a ver a su enemigo apuntando hacia el arma.
Te voy a matar por decir eso – respondió eufórico.
Josué lo tenía en la vista y disparo dejándolo desarmado, corrió rápido hacia él, pero tenía otra arma disparando. Josué se rapo por el suelo evitó el disparo, lo golpeó en la pierna derribándolo, bloqueo el arma. Sin embargo, el tipo saco un puñal, lo alcanzó a ver también bloqueándolo, tenía sus dos manos contra el suelo y lo golpeó con la cabeza, contra su cara lastimándolo. El tipo contesto usando las piernas empujándolo hacia atrás, Josué se levantó rápido dio la vuelta y bloqueo el arma torciéndole el brazo para liberarlo del arma golpeándolo en la cara.
Ahora era un combate cuerpo a cuerpo, con la diferencia de que él tenía aún el puñal. Josué soltó la pistola, la pelea empezó su enemigo recibía los golpes mientras el bloqueaba todo. En uno de esos ataques Josué recibió una pequeña cortadura en el brazo molestándose un poco tomo el brazo enemigo haciendo palanca con el suyo llevo el puñal hasta el vientre de su oponente.