Siento un gran alivio apenas el tren empieza a andar, es un sentimiento que no se puede describir.
Ahora solo queda descubrir donde están mis padres, ir con ellos y vivir una vida completamente normal... Bueno en lo que cabe, todavía queda esconderme de Ellos.
Les contare de mi familia, tengo cuatro hermanos, Yerik el mayor, Luka el del medio e Ian el menor, son trillizos un año mayor que yo, los mejores hermanos del mundo o por lo menos lo eran antes de que Ellos me llevaran, eran muy extrovertidos y me hacían reír cuando estaba triste, eran de esas personas que siempre se recuerdan y se aman, que te escuchan si estás triste y simplemente te hacen feliz con solo una sonrisa, cuando estaba en Ese lugar no habían muchas personas así, y cuando los recordaba así estuviera destrozada tanto emocional como físicamente siempre me salía una sonrisa y era feliz con su recuerdo. Los recuerdo perfectamente, son castaños claro, casi idénticos, los suelen diferenciar por sus ojos y por su personalidad, son tan distintos y al mismo tiempo tan iguales, los ojos de Yerik son verdes, los de Luka azules y los de Ian son cafés. Según recuerdo Yerik era el más serio de los tres, tenía muy buenas notas y era bondadoso con todos, nos ayudaba en la escuela y estaba en todos los clubes que podía, Luka era un poco agresivo, mujeriego e impulsivo, le costaban un poco los estudios y ama los deporte practicaba mucho y finalmente Ian era el más tímido, le gustaba no ser notado en la escuela, ama leer y escribir libros, los tres siempre estaban juntos y me cuidaban mucho, los extraño tanto...
Mis padres por otro lado eran de esos exigentes y mandones, pero aunque a veces me colmaban la paciencia los amaba y los amo, extraño tanto sus abrazos y su forma de mirar, algo tan simple como su forma de mirar que transmitía tanto amor y cariño, Mi madre se llama Irma Smirnov, una mujer valiente y fuerte, cabello rubio oscuro, no muy alta y hermosa sin comparación, siempre fue mi modelo a seguir, ella dirigía una academia de danza para niños con bajos recursos, siempre soñó con ayudar a los demás... por otro lado Mi padre Charlie Smirnov es un hombre muy serio, dirige una empresas, solo acepta de sus hijos la perfección, en notas, comportamiento, normas, aspecto, para el solo existe un modo en suyo, pero cuando quiere puede ser el más amoroso, romántico y divertido del mundo...
Yo por otro lado siempre he sido callada, divertida con lo que quiero, la mejor de la clase y tenía un grupo de amigos muy bueno, no era la más popular pero me llevaba bien con la mayoría, uno que otro me molestaba, pero supongo que es normal en la escuela ¿no?
Soy rubia, mis ojos son azules un azul muy claro, tez blanca, soy de estatura promedio y fui secuestrada a los catorce años, ahora tengo dieciocho, si, cuatro años lejos de todos los que amaba... cuatro lentos y tortuosos años de sufrimiento.
Sentí como el tren llegó a su última estación, vi por la ventana y ya había llegado a California, bajé y miré a mí alrededor, respiré profundamente.
Estoy en casa, después de tanto tiempo por fin estoy aquí.
Me detuve un momento a pensar ¿cómo llego a mi casa?, no se siquiera si aún viven en California. Pero ya es tarde para volver y volver no es una opción.
Mientras me debatía mentalmente cómo averiguar dónde vive mi familia, en ese momento pasó un oficial de policía delante de mí y se me ocurrió una idea.
— Disculpe señor me puede ayudar con algo — Pregunté lo más amable que pude. Llevo años sin interactuar educada mente con otras personas.
— ¿Que quiere? — Preguntó de una manera brusca.
— De casualidad ¿Usted conoce o sabe de Charlie o Irma Smirnov?
— Umm... Smirnov, Smirnov, Smirnov — Dijo pensativo —no los conozco, pero podría preguntar en la estación, está a unas dos calles de aquí. — Dijo finalmente para irse entre la multitud.
Seguí las indicaciones que el policía me había dado, unos diez minutos después llegué a la estación de policías.
— Hola quisiera que me diera una información — Dije a la secretaria.
Me miró de pies a cabeza y volvió su vista a la computadora que tenía al frente.
— Tu nombre linda — Dijo con voz nasal.
— Morgan Smirnov —.
Ella lo escribió en la computadora y abrió los ojos como platos.
— Un momento, por favor — Luego de eso salio prácticamente corriendo hacia una oficina.
Voltee y vi unas sillas así que me senté.
Los pensamientos de cómo sería volver a ver a mis hermanos familia llegaron a mi cabeza, si los encuentro ¿qué les diría?, obviamente no los voy a mencionar a Ellos.
Media hora más tarde llega la secretaria con un señor de unos treinta más o menos.
— Buenos días señorita Smirnov —.
— Hola, no sé qué está pasando pero necesito saber dónde viven Charlie e Irma Smirnov—.
El hombre me miro y me dio un pequeño papel con lo que parece una dirección y veinte dólares, le agradecí y salí de ese sitio.