Cuando era pequeña me gustaban mucho los animales acuáticos, y el salmón era mi favorito. ¿Por qué? Porque era el único que hacía lo contrario de lo que se suponía que debía hacer: nadar contra la corriente.
Mientras crecía entendí mi temprano interés por un animal tan minúsculo dentro del reino salvaje. Me identificaba con su característica forma de ser. Fui criada como princesa por padres homosexuales cuando el matrimonio igualitario no existía. Prefería estar cubierta de barro por jugar a la pelota con mi primo que estar lista para la hora del té, jugar a las muñecas o la casita con mi mejor amiga. El primer disfraz que usé fue de boxeadora y me rehusé a ir a la fiesta si no me pintaban los moretones.
Si algo me habían enseñado mis papás era a no conformarme y aceptar lo preestablecido como norma.
Cuando crees que el cielo es el límite, ¿qué harías para cumplir tus sueños y objetivos? Para mí la respuesta era sencilla: me convertiría en uno de los chicos del equipo.
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Editado: 11.02.2024