Pasaron dos o tres meses y yo cada vez me encariñaba más y más de Agnes, de maneras que no entendía del todo.
La verdad no sé cómo contar esta parte, es algo extraño, pero seré directa e iré al punto, si alguien me hubiera preguntado hace un año si yo era heterosexual, lesbiana o bisexual, muy probablemente hubiera contestado no lo sé, o heterosexual, ya después descubrí exactamente lo que tendría que decir.
Es decir normalmente los padres educan a sus hijos con la idea de que van a ser heterosexuales y pues a mí a si me educaron, y no digo que este mal, pero si soy franca hubo ocasiones en las que me obligaba a que me gustaran los hombres porque eso es lo que espera la gente de mi, aunque en el fondo también me llaman la atención las chicas, y esto era algo me hacía sentir anormal.
Por ejemplo cuando iba en la secundaria yo le gustaba a un chico llamado Evan y la verdad no estaba mal, no era feo, tocaba la guitarra, no era un completo idiota, técnicamente era casi perfecto, pero el problema era que a mí no me gustaba, en cambio a mi me llamaba la atención una compañera de clase, pero mis amigas me decían hazle caso a Evan, te trata muy bien y es lindo, y eso hice, yo me obligaba a querer a Evan hasta que un día le rompí su corazón y le dije que en verdad no quería nada con él, que ya no podía seguir fingiendo, pero como dicen…el karma es una perra y después la chica que me gustaba se consiguió un novio y ahora la que tenía el corazón roto era yo.
Otra anécdota es cuando entré a la preparatoria tuve un novio y si lo quería, creo que fue la primera vez que me enamoré, pero él se fue a otra preparatoria y decidimos separarnos y luego conocí a Agnes. Se podría decir que soy bisexual, deseo tanto a los hombres como a las mujeres, por igual.
Pero bueno ya me desvié un poco, esta historia se trata principalmente de Agnes y de mí, en contexto entre las dos todo estaba bien, hasta que luego hice algo estúpido y arruiné todo, pero eso se los contaré más adelante.