Durante mi sueño profundo no paro de soñar con aquel capitán del Soccer, ambos corriendo por el parque más famoso de la ciudad. Obviamente despierto cuando mi teléfono vibra con una llamada entrante, ni si quiera me doy la libertad de ver quien llama y solo contesto.
-¿Hola?
-Alex, vamos a desayunar, te veo en media hora ¿okay? -la voz es de Jill.
-Si, está bien -digo mientras limpio la saliva de mis labios.
Termino la llamada y vuelvo a cerrar los ojos un par de minutos, cuando me doy la vuelta, noto que no hay señales de Mike ni de Scott, supongo que durmieron en la habitación de otros compañeros. Solo espero que el profesor no se de cuenta o de lo contrario tendrán problemas con él, hoy también tenemos actividades así que en cualquier momento tienen que aparecer. Le lanzo una almohada a Nick para que despierte, se asusta y se levanta como si alguien lo atacara.
Es bastante temprano así que durante el desayuno no hay un solo momento en el que no deje bostezar, también estoy algo distraído porque no hay señales del equipo de fútbol, sobre todo de Mike.
-Alex -susurra Jill mientras lleno mi plato -¿ha sucedido algo con Mike? Estoy ansiosa por saberlo.
-¿Algo? Pues, no mucho.
-Dime que ya tuvieron sexo.
-¿En serio Jill?
Jill me guiña el ojo con una sonrisa muy grande.
-Solo hemos conversado, ya sabes conociéndonos el uno al otro, descubriendo qué es lo que nos gusta -hago una pausa -además, ésta noche no llegó y eso me preocupa.
-¿De verdad?
-Si, puede que esté con sus amigos.
Nos reunimos en la mesa y el desayuno comienza, mi estomago se va a sentir feliz de llenarse con deliciosos hot cakes.
-¿Saben qué actividades habrá hoy?
-Según escuché iremos a un museo y también a conocer universidades.
Ya puedo estar tranquilo al ver que Mike entra por la puerta del restaurante en el hotel con sus amigos, pero es extraño observar que Gris y varias animadoras están con ellos, al menos él se ve bastante bien, es lo importante.
-Alex vas a estudiar la universidad -pregunta Jill sacándome de mis pensamientos.
¿Por qué todos me preguntan eso? Creo que están más preocupados por mi futuro que yo mismo. Siento la presión de todo y todos.
-Ah, no lo sé todavía, supongo que si.
-No te escuchas muy convencido.
No respondo nada más, solo sigo disfrutando del desayuno. La verdad es que no me gusta que todos pregunten acerca de mi futuro ni sobre universidades. Por lo pronto solo quiero graduarme de la preparatoria y listo, veré que hacer y me las arreglaré solo si es necesario.
Una hora después nos reunimos para comenzar las actividades, el profesor Hudson nos guía hacia el autobús, Jill estaba en lo correcto y vamos a visitar el museo Solomon R. Guggenheim. Hasta donde sé, es uno de los más reconocidos en la ciudad, además la arquitectura me parece espectacular.
-Bueno chicos, preparase para ver obras. Este museo fue establecido por la Fundación Solomon R. Guggenheim en 1939 y como veo que nadie me presta atención, es mejor entrar y lo observen ustedes mismos.
El profesor Hudson hace un conteo de los alumnos conforme vamos entrando, el lugar es muy hermoso y creo que ya había escuchado un poco de la historia.
-Muy buenas obras -dice Jill.
Estoy muy distraído, Griselda no se ha separado de Mike desde que llegamos, no escucho lo que dicen pero ambos se sonríen mucho. Lizbeth se cruza frente a ellos y me mira con el ceño fruncido, desvío la mirad intentando fingir que no estaba espiando nada.
-¿Crees que haya buenas universidades aquí? -pregunta Kitty.
-No lo sé, aunque iré a Yale, muy lejos de aquí.
Eso no lo sabía, me alegro mucho por Jill, se siente muy confiada de sí misma y de hecho eso debería sentirlo yo para encontrar una buena carrera.
Me detengo a ver una obra que me llama mucho la atención mientras mis amigos se adelantan.
-Es hermosa ¿no?
Mike se coloca a mi lado, también está observando la obra.
-Si, bueno, la autora debió inspirarse en el desamor.
Mike me mira con el ceño fruncido.
-¿Oye estás bien?
Creo que eso sonó muy dramático.
-Si ¿por qué? -trato de fingir que no dije eso.
-Te noto raro.
Niego con la mirada.
-Oye Alex tengo una reservación en Nerai ¿crees que podamos cenar juntos esta noche?
Mis nervios aparecen, mierda, mierda, nunca nadie me había invitado a cenar nunca ¿qué se supone que debo de hacer? claro después de aceptar la cena ¿es una cita? Mierda estoy pensando tanto que no he contestado, solo me quedo mirando a los ojos sin palabras en los labios.
-¿Qué dices? -vuelve a preguntar.
Suspiro, ahora no sé que pensar, gran parte de mí sabe que sí lo deseo con todo el corazón, quizá no pierda nada intentando.
-Si, está bien.
-Perfecto, espero por ti en el puente de Central Park a las ocho.
-Si.
Mira a su alrededor y después me guiña el ojo. Dios mío, cuando hace eso, de verdad siento un cosquilleo profundo en el estomago, me he perdido de esto por mucho tiempo y descubrir nuevos sentimientos a veces lastima, pero yo me siento de maravilla.
-¿Qué te dijo? -susurra Jill.
No puedo deshacer la sonrisa que llevo en el rostro, voy a pensar muy bien las cosas y trataré de no arruinar nada, si en este momento me siento nervioso no me imagino en la cita, eso creo que es, una cita, mi primer cita con un chico guapo.
-Cena, ambos.
Se cubre los labios en una expresión tierna.
-Dios mío, que romántico.
-Shhh. No digas nada.
Después del museo asistimos a la universidad de Columbia, las instalaciones son muy buenas pero aún así no termina de convencerme, incluso el profesor Hudson lo nota por mis reacciones. Aunque a otros estudiantes les va de maravilla el programa de sus carreras, claro que todo esto no se trata de mí, hay más chicos que no saben lo que quieren además de mí.