G.L.A.M.M. Y.E.M.I.L. (invierno)

Capitulo 12. Nuevo año, nuevas metas

—¡Feliz año nuevo!—gritó Sue en la tienda, eran las 8:00 de la mañana y tenía muchos clientes dispuestos a comprar objetos preciosos con tonos navideños, decoraciones, regalos etc.

—Sue, son las 8:00 de la mañana, ¿que haces gritando?—Desmond llevaba todavía el pijama de cuadrados, cuando apartó las cortinas vio un montón de gente, se quedó boquiabierto por unos momentos hasta que se dio cuenta que tenía el pijama puesto, cerró las cortinas y se fue rápidamente a cambiarse.

—¿Tu hermano es asi de despistado siempre?

—No siempre, pero muchas veces. Muchas gracias por su compra.

—Vuelvan cuando quieran—Llegó Desmond.

—Que rápido te has cambiado, tienes la braguita abierta—dijo sin parar de cobrar.

—Uy—se la subió. —Vaya, cuanta gente, ¿cómo has conseguido que vengan tantos clientes? Y sobre todo hoy, en año nuevo.

—No querrás saberlo.

—Si, por supuesto, por eso te lo he preguntado.

—No en serio, no querrás saberlo.

—Sue, ¿me tengo que preocupar por algo?

—Em, ¡ahora voy! Perdona, me reclaman—Sue se fue nerviosa, unos clientes necesitaban su ayuda.

—No había visto la tienta tan llena nunca.

—Es extraño hasta para mi ¿Qué desea señora Amunet?

—Es muy raro oírte decir “señora Amunet” cuando siempre me habéis llamado Amunet a secas.

—Ya, será cosa que sus hijas, cuando  estas, mucho tiempo con ellas, puedes tener algunas costumbres.

—Mis hijas… es increíble que me perdonasen, sobre todo Ilonka, es a la que más daño he causado.

—No es del todo cierto, usted la protegió de su familia, la iban a asesinar.

—Supongo que no soy una mala madre, después de todo.

—Por supuesto que no.

—Desmond, he venido aquí por una razón. A vosotros os gusta la historia, los templos y todo lo que hay detrás de las exploraciones ¿verdad?

—Claro, a mi hermana y a mí siempre nos ha fascinado el mundo histórico, ruinas subterráneas, secretos del pasado, todo eso.

—Tengo la llave para entrar en el templo de Los Pulpo, ¿quieres venir conmigo y le echamos un vistazo?

—¿Lo dice en serio? ¿Me deja ir al templo?

—¿Qué me dices?—preguntó enseñándole la moneda del pulpo grabado.

—Que no puedo esperar más ¡Sue! Ven aquí un momento.

—¡Voy! Ahora vuelvo, mira los demás también a ver si te gustan—se fue hacia el mostrador. —¿Qué pasa?

—Amunet nos deja ir al templo de Los Pulpo, podemos terminar nuestra investigación de ese clan secreto.

—Desmond, ¿y la tienda?

—¿Y nuestro sueño?

—Es tu sueño, yo tengo otros planes.

—¿Quedarte aquí para siempre? ¿En esta pequeña tienda? No tiene ni nombre, la gente se acuerda por “la tienda de magia” o “la tienda de objetos mágicos”.

—Ahora que va bien, no me pienso rendir, si tú quieres ir adelante, pero yo me quedare en la tienda.

—Pues tú te lo pierdes.

—Vamos, vamos, no os pongáis asi, que es fin de año, vais a pasar de año enfadados y no debería ser asi.

—Él piensa que sus sueños también son los míos, me gusta la historia y la exploración, pero ahora mismo tengo otras cosas en mente, como que la exploración no nos va a dar dinero ahora, la tienda sí.

—Pues cuando sea famoso por descubrir los misterios que este clan llevaba a cabo, no me vengas de rodillas pidiéndome perdón.

—Y cuando mi tienda se haga famosa, tú tampoco me vengas a pedir perdón.

—Ah, entonces ahora es tu tienda.

—Pues sí, porque la que ha velado por ella siempre, ¡he sido yo!

—Está bien, como quieras—Desmond cogió su mochila de explorador que ya estaba preparada y se fue de la tienda, Amunet lo seguía, pero estaba triste.

—Lo siento, no sabía que podía ocurrir esto.

—No se preocupe, me acaba de abrir los ojos.

—Yo no diría eso—susurró.

Pasaron el rio y llegaron a la gran roca gris, donde Amunet puso su moneda, la entrada al templo de Los Pulpo.

—No me acordaba de lo grande que era, quiero decir, no es que haya entrado aquí antes, es solo que, pues, he estudiado mucho y…

—Desmond—lo interrumpió. —No pasa nada, ya lo sé todo. Y no estoy enfadada, de hecho, toma, te regalo mi entrada personal. No quiero tener nada que ver con ellos, causaron muchos problemas.

—¿De verdad…Me la regala?

—Toda tuya.

—Pues muchísimas gracias, no sabe lo feliz que me siento.

—Lo veo, yo me voy, cualquier duda que pueda resolver, estaré encantada de respondértela, pero no te emociones mucho porque, nunca confiaban tanto en mi como para decirme todos sus secretos, habrán cosas que no sabré respondértelas.

—No se preocupe, lo tendré en cuenta—Amunet salió del templo y Desmond se quedo solo. Era un templo muy antiguo, pilares rotos, suelos con grietas, había pintado un pulpo gigante en todo el suelo.

—Los símbolos de esa pared… ya los descubrí, son lo que iban sobre la diosa Ker, la diosa de la muerte; después de que Lyra se llevase su collar verde. Vaya noche…

Le llamó la atención otro texto, este no estaba ahí la primera vez que vino, o al menos no lo recuerda. Este texto no contenía símbolos, solo letras con un orden que no era el habitual.

—Estas letras… debe de haber algún pergamino que me diga que código es este—dijo sacando su carpeta de la mochila, tenía muchas hojas esparcidas por el sucio suelo, lleno de polvo y arena. —Vamos a ver, el texto.

  • NF FÑHBOBTUF DPÑ QBMBCSBT BGJMBEBT, ÑP UF TFÑUJBT DVMQBCMF.
  • VÑB QFRVFOB MVA EFTDPÑPDJEB FÑ VÑB ÑPDIF TJÑ IVFMMB.
  • ÑP QVFEP EFUFÑFSMP, FWJUBSF FTUB MMBNB DSFDJFÑUF.
  • UF EBSF MB IFSJEB RVF NF IJDJTUF DPÑ VÑ DVDIJMMP.
  • ÑPDIF TJMFÑDJPTB FÑ FTUB ÑPDIF USBÑRVJMB.
  • MJCFSBNF. RVJFSP TBMJS EF BRVJ.




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