—Se acabó el día, por fin—Lyra entro en casa, muy cansada. La casa estaba vacía menos Yuko quien estaba en el sofá mirando la televisión. —¿Y las demás? Yuko ¿sabes donde están?
—No lo sé, yo acabo de llegar también, estoy mirando la televisión—Yuko no la miro ni un solo momento, parecía enfadada.
—Para eso tendrías que encender la televisión ¿no?
—Estoy mirando la televisión, no su contenido.
—Em… vale, pues me voy a duchar que estoy sudando—dijo mientras subía las escaleras.
Antes de ducharse, Lyra estuvo sentada en su cama para quitar-se los zapatos con más comodidad. Estaba tan centrada en sus cosas que no vio que alguien la observaba.
—Lyra—saltó del susto.
—Que susto Yuko, ¿qué pasa? ¿Es que me quieres matar de un ataque al corazón?
—Si—Yuko no transmitía nada, lo dijo toda seria.
—¿Qué?—Yuko empezó a acercarse lentamente hacia ella y Lyra retrocedía sin dejar de mirarla. —Oye, ¿estás bien? ¿Sigues enfadada por algo? No sé qué te he hecho.
—Tu madre.
—Mi ma…—todo se volvió de otro color y Yuko desapareció en frente suyo, resultó ser una pesadilla de Lyra. Edith y Kevin lo volvieron todo a la normalidad.
—¿Y qué le pasa a esas dos?—preguntó Kevin.
—Ojalá lo supiera, pero creo que se remonta al pasado.
—¿No os lo contáis todo?
—Últimamente nos hemos distanciado, vámonos antes de que se despierten—Melody y Lyra seguían durmiendo, ya que dormían en la misma habitación. Edith y Kevin se fueron y minutos después, la verdadera Yuko apareció en la habitación de estas.
FLASHBACK:
En el laberinto, ayer…
—Esa debe de ser la salida, vamos—dijo Yuko. Al pasar por esa pared luminosa, Yuko se quedó sola en una sala. —¿Lyra? ¿Dónde estás?
La sala era de colores turquesa y blanco, con plantas reales que decoraban la redonda sala, todo era paz hasta que abrieron la puerta de un portazo.
—No, no es no, ¿lo entiendes?—una mujer de cabellos negros y largos entró primero, llevaba un vestido blanco y una diadema del mismo color.
—Pero, vamos a ver, ¿por qué no quieres? No es buena idea que te vayas ahora—la otra mujer era pelirroja.
—Es mi hermana, Annie.
—Escogió su camino, Yuu.
—¿Qué? ¿Mamá?—Yuko estaba ahí pero no podía hacer nada, era como un holograma. Pero desaparecieron y Yuko volvió a la entrada del laberinto.
—Yuko ¿estás bien?—preguntó Lyra.
FIN DEL FLASHBACK.
—Si Lyra, ahora voy a estar bien—Yuko se acercó a la litera de abajo y la transportó al bosque.
—Aaah, vaya, que sueño más raro—dijo Lyra mientras se frotaba los ojos con sus manos. —Esto… ¿que estoy haciendo aquí?
—Ya te has despertado.
—¡Yuko! Dime que no me quieres matar—dijo mientras se tapaba con su manta. Había transportado toda su cama al bosque.
—¿Por qué lo dices?
—¿En serio quieres que te conteste?
—¿Porque te tapas? ¿No tienes calor?
—Me aguanto, no quiero morir.
—¿Crees que una manta te va a salvar de todo?
—Osea que si—dijo destapándose. —Me vas a matar.
—No, no lo pienso hacer, pero sí que quiero hablar contigo sobre un asunto.
—¿Y no lo podríamos hablar mañana? ¿Sin que mi cama este fuera de la habitación?
—Quiero luchar contra ti.
—¿Qué? ¿Por qué?
—Quiero ver lo fuerte que eres.
—Me niego a luchar contra ti.
—Entonces lo tendrás complicado para salvar tu vida.
—¿Como dices?—Yuko se multiplico cuatro veces, eran cinco rodeando a Lyra. —¿Yuko? No va en serio ¿verdad?
—¿Tú crees?—las 5 Yuko, empezaron a avanzar hacia Lyra.
Lyra no tuvo otra opción que huir de ahí, por suerte siempre tenía una botella de agua por la noche, la abrió y la utilizo para mojar a dos de ellas, asi se abrió paso para escapar.
—No escaparas tan fácilmente—Yuko utilizo sus poderes de cambio de lugar para acorarla, ya que las otras estaban a su alrededor.
Lyra mojaba a todas, incluida la real, para poder escapar. Tenía agua a su alrededor, protegiéndola como los anillos a Saturno.
—¿Por qué lo haces? ¿Qué te he hecho yo? ¿No somos hermanas? ¿No lo podemos hablar? Por favor Yuko, responde.
—No, yo… yo…
FLASHBACK:
Recordó muchos momentos junto a ella…
—¿Objetos de cristal?
—Pues como vengan a por mí trofeo de cristal, les daré una paliza—dijo Yuko.
—Entonces guárdalo muy bien Yuko o alguien te lo robara.
—No bromees con esto Lyra, sabes perfectamente lo que vale para mí.
—Esperad, escuchad el sonido de la naturaleza, cerrad los ojos, el viento fresco, los pájaros que cantan ¿no os parece maravilloso?—Dijo la señora Amunet.
—Muy bonito pero estoy sedienta, ¿hay una fuente por aquí cerca?—Preguntó Yuko. —Ah ahí está.
—Espera Yuko, ¿no te has traído tu botella?—Preguntó Lyra.
—No—Dijo antes de beber de ahí. —Buagh, esta asquerosa.
—¿Por qué no nos la has pedido? Toma—Dijo Lyra.
—Porque ya la había visto. Pero no bebáis de esa fuente, el agua esta asquerosa
—¿Alguien sabe cuántos años cumple?
—Lyra, no puede ser que no te acuerdes. Hoy cumple 44.
—Yo diría que cumple 42—Dijo Melody.
—¿Pero no los cumplió el año pasado los 42?—Preguntó Edith.
—¿En qué quedamos? Aquí nadie sabe cuántos años cumple, seamos realistas, ni tú lo sabes Ilonka—Dijo Lyra.
—Si os réferis a la señora Amunet, hoy cumple 43—Dijo Yuko entrando en casa.
—Ni una ni la otra. No si la que tiene mejor memoria eres tú Yuko, sin duda—Dijo Lyra. —¿Qué has traído?
—¿Qué haces aquí?—Susurró espiándolo. Daren se sentó en la roca mirando al cielo tranquilamente. En ese momento el móvil de Yuko vibró—¿Qué pasa?—Susurro.
—¿Por qué susurras? Tienes la merienda en la mesa, ¿a que no sabes lo que nos han traído los gemelos Nelson y Geldrion?—Preguntó Lyra.
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Editado: 14.08.2021