G.L.A.M.M. Y.E.M.I.L. (otoño)

Capitulo 5. La cueva de las ilusiones

—¡Excursión! ¡Excursión! ¡Nos vamos de excursión! ¡Qué emoción!—Sally estaba en medio de Lyra y Yuko, detrás estaban Ilonka y Edith y delante estaban Melody y Amunet, con esta última conduciendo.

—Repíteme por qué hemos traído a Sally con nosotras—Dijo Melody.

—Porque su madre vive en Niquelina y su tía nos pidió que ya que vamos a pasar dos días ahí, por favor que la llevemos.

—Sally por favor, deja de gritar, me vas a quedar sorda si sigues así—Dijo Lyra.

—Y sería un gran problema ¿verdad?—Dijo Ilonka.

—No me acordaba…—Lyra sonrió nerviosa.

—Además Melody—Dijo Amunet. —Su madre nos dará un lugar donde quedarnos esta noche, no nos podemos quejar—Dijo mirando la carretera con arboles alrededor.

—Supongo…

Después de ir por el camino arriba y abajo durante 2 horas en coche, por fin llegaron al pueblo Niquelina. Estaba en la montaña del norte, ahí tenían más viento y al ser otoño empezaba a refrescar cada día más.

El pueblo estaba por la mitad de la montaña, estaba más cerca del suelo que de la cima, al contrario que Ópalo.

—Ya hemos llegado— Paró el coche de seis puertas justo en medio de dos árboles, en este pueblo también prohibieron los vehículos, más que nada por la contaminación que producían.

—¡Mami!—Sally salió disparada al ver a una mujer esperándolas cerca de la entrada. Tenía el cabello rubio y rizado con los ojos bien abiertos esperándolas.

— Muchas gracias por venir y llevar a mi hija con vosotras, espero que no haya sido una molestia—Dijo abrazada a ella.

—No tranquila, ha sido divertido—Respondió Amunet. Melody pasó por su lado fingiendo que tenía tos. —Pero gracias a ti por dejarnos quedar en vuestra casa.

—Es todo un placer— Las niñas se instalaron en las habitaciones que les había preparado la madre.

Ilonka, Edith y Yuko dormían juntas y al lado de ellas estaban Melody y Lyra. Sally dormía en su habitación sola. Pero la madre hizo una excepción y la metió en la habitación de Melody y Lyra.

—¡La comida ya está lista!—Gritó Amunet.

—¡Coditos!—Gritó Sally al olerlos desde la habitación de arriba. —¡Ensalada de coditos con atún! ¡Mi plato favorito!—Dijo bajando las escaleras.

Eran las 14:56 de la tarde y todavía seguían comiendo.

—¿Que pensáis hacer esta tarde chicas?—Preguntó la madre.

—No lo habíamos pensado—Dijo Lyra.

—Podríamos jugar a las cartas—Dijo Yuko.

—Si para que nos ganes otra vez—Dijo Edith.

—Yo quiero explorar, no hemos venido nunca aquí—Dijo Melody.

—Yo también quiero, ¿hay algo interesante en el pueblo? Misterios, magia… ¿algo?—Preguntó Ilonka.

—¿Misterios? Mmm… En realidad, hay una cueva, la llaman la cueva de las ilusiones, pero solo es una leyenda.

—¿Qué cuenta la leyenda?—Preguntó Lyra intrigada.

—Esa cueva se creó hace milenios y todos los que han ido han dicho que está llena de tesoros, pero no son tesoros normales, si no que son tesoros que cada uno desea, pueden ser objetos, personas, animales, todo lo que tu deseas. Lo que quiero decir es que esa cueva es una prueba de vuestra avaricia.

—¡Que guay!—Se levantó Melody. —Podemos ir, porfa, ¿podemos?

—No sé yo…

—Por favor…—Suplicaron las cinco.

—Déjalas, no les pasara nada, la cueva es segura.

—De acuerdo—Las cinco se alegraron. —Pero Sally ira con vosotras si quiere ir claro.

—¡Bien! ¡Sí! ¡Una excursión de verdad!

—No puede ser…—Susurró Melody.

Las seis salieron de casa y fueron guiadas por la madre hasta la cueva. Ya eran las tres de la tarde pasadas, el sol todavía calentaba aunque dentro de la cueva refrescaba un poco.

—No os separéis, no sabemos que habrá dentro—Dijo Yuko.

—¿Que puede haber…? Vaya…—Dijo Edith. —Es maravilloso, quiero quedarme aquí para siempre—Edith había cruzado una línea invisible ya que iba la primera.

—¿Que es maravilloso? No veo nada—Dijo Lyra. Edith parecía embobada con todo lo que estaba viendo.

—Edith, ¿estas…bien?—Yuko había cruzado la línea. —No puede ser…

—No me digas que tú también ves cosas—Dijo Lyra.

—Parece que lo que nos dijo mi madre era real—Sally iba la penúltima, delante de Ilonka.

Edith iba de un lado a otro muy ilusionada y con cara de no saber que escoger, mientras que Yuko veía un objeto.

—Mi trofeo… mi trofeo está aquí…

—Yuko ¿Qué estás diciendo?—Lyra cruzo la línea al querer tocarle el hombro. —El collar…—Lyra veía a dos personas al coger el mismo collar con forma de concha.



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En el texto hay: comedia, drama y aventuras, magia y misterio

Editado: 11.12.2019

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