puerta, Emily que ya no lloraba lo notó y tomó la carta, comenzó a leerla y luego de leerla unas 10 veces, decidió que lo mejor sería volver a la cabaña, pero no para perderse del mundo o para escapar de sus problemas, al contrario, iba a la cabaña para pensar, para decidir qué hacer con Cristian, cómo actuar ante tal declaración, iba a reflexionar sobre todo. Preparó su maleta con ropa para unos cuantos días, algunas cosas de aseo y un poco de maquillaje, bajó las escaleras y se encontró a Cristian jugando con Lian y a Laila preparando café, se acercó a Cristian y se despidió:
- Te... Te... Te vas de la c... Casa?
- No Cris, voy a reflexionar un poco sobre... Sobre todo esto, vuelvo en unos días
- Está bien, puedo saber... A dónde vas?
- Un lugar lejos de aquí, donde no hay civilización y donde puedes pensar y organizar tus ideas tranquilamente
- Te vas a pie?
- No, po... Ah, verdad, dejé mi auto en mi anterior casa
- Puedes llevarte el mío, al fin y al cabo tengo más
- De verdad?
- Sí Em, no hay problema
- Vale, gracias
Emily salió sin despedirse de Laila, le dio un tierno beso en la mejilla a Lian como despedida, tomó el auto de Cristian y se dirigió a su cabaña.
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* Tres días después *
- Familia! Volví!
- Mami!!! - Lian corrió a los brazos de Emily, muy feliz de que hubiese regresado
- Mi pequeño, cómo estás?
- Ben, papi mi cuidó
- Me extrañaste?
- Síííí
- Dónde está Cristian?
Lian señaló hacia la cocina y corrió hacia allí, Cristian miró hacia atrás y vio a Emily, en ese instante olvidó lo que hacía y corrió a abrazarla, la extrañaba, se había convertido en alguien muy importante para él:
- Em...
- Cris...
Duraron un largo rato abrazados sin pronunciar palabra alguna, Emily se dio cuenta de que Cristian lloraba, pero no dijo nada, sólo le pasaba la mano por el cabello una y otra vez, cuando Cristian se separó ella le limpió las lágrimas y le habló tiernamente:
- Por qué lloras? - Cristian se sonrojó - Vamos, dímelo
- Está bien, te... Te...
- Qué?
- Te extrañé y creí que no volverías...
- Jaja ven aquí
Emily abrió sus brazos y Cristian rodeó su cintura con los suyos, hundió su cabeza en el pecho de ella, ella levantó levemente la cabeza de él y lo besó, cuando finalizaron el beso, Cristian la miraba confundido:
- Por qué me miras así? Me siento extraña
- Lo siento, es que pasas de odiarme a besarme, eso me confunde
- Eso significa que te perdono Cris, y, aunque no puedo asegurarte tener un noviazgo, podemos ser... ¿amigovios?
- Cómo es eso?
- Pues prácticamente seríamos amigos que parecen novios
- Algo así como amigos con derechos
- Exacto
- Mmm... Vale, acepto tu propuesta
Se sonrieron mutuamente y Cristian volvió a besarla, al separarse Lian los miraba, sólo sonreía:
- Cuáno velve la tía Emedy?
- Quieres verla? - Preguntó Emily sorprendida
- Sí
- Vale, quieres que venga hoy?
- Puede?
- Claro, voy a llamarla
Emily marcó el número de Emery, contestó al tercer tono:
- Hola Em
- Hola, puedes venir hoy?
- Hoy? Para qué?
- Lian quiere verte
- Ja, le caí bien, claro, pero puedo ir con Jack?
- Sí, sería genial que vinieran los dos
- Vale, ya salimos para allá
- Ok
Emily colgó y miró a Cristian, se dio cuenta de algo:
- Cris...
- Dime
- Hemos faltado mucho tiempo al colegio
- Y...?
- Que ya no podemos faltar más
- Te preocupas por eso? Tamara es tía de Emy
- Eso no significa que podamos aprovecharnos de eso y siempre andar faltando a clases
- Vale, vale, mañana vamos
- Okay
El timbre sonó interrumpiendo así su charla, Cristian se dirigió a abrir la puerta, eran Emery y Jack, los dejó entrar:
- Hola - Saludó Emery
- Hola - Saludó Emily
- Dónde está? - Preguntó Jack
- Sí, buenas tardes, yo bien y tú?
- Perdón, hola, buenas tardes, cómo estás?
- Bien, y tú?
- Bien, dónde está Lian?
Emily lo miró mal y señaló hacia la cocina, todos se dirigieron allí, pero Cristian ya no estaba, se había ido apenas Emy y Jack entraron, el niño se puso feliz al ver a su tía y algo tímido al ver a Jack, pero cuando le explicaron quién era, estuvo más tranquilo:
- Oigan, ya vuelvo, voy a ir arriba por una cosa - Dijo Emily
- Dale
Subió y buscó a Cristian en todas las habitaciones, no lo encontró, subió a la azotea y lo encontró sentado con los pies a través de los espacios entre cada varilla:
- Cris... - Volteó a mirarla, tenía los ojos llorosos
- Em, qué haces aquí? Deberías bajar...
- Por qué te fuiste?
- No es nada, no te preocupes
Emily se sentó en la misma posición que él, Cristian tenía su mano en el suelo, ella colocó la suya encima, él la miró, no pudo resistir más y lloró, ella lo miraba confundida, no entendía por qué lloraba:
- Qué tienes?
- Ya te dije que no es nada
- Bien, no me cuentes, no te voy a presionar, no quiero ser una molestia
Emily se levantó, dejando así a Cristian sentado, dejando que su mano se enfriara sin el contacto de ella, se dirigía hacia las escaleras cuando él la llamó:
- Emily...
- Cristian...
- No te vayas... Por favor
- No quiero molestarte
- No lo haces, al contrario, me ayudas
- Ayudarte? Con qué?
- Con todo esto Em, no lo ves? Me has ayudado desde que te conocí, desde que te vi por primera vez, tu cabello aguamarina, todo me encantó de ti Em, y no quiero alejarme de ti, pero no puedo hacerte más daño del que ya te he hecho, no puedo seguir con esto, y ya no puedo exponerte más
- Cristian, no sé de qué daño hablas, tú no me has hecho daño, y si no quieres alejarte pues no lo hagas, nadie te obliga, es tú decisión, no me expones a nada, y no sé con qué no puedes seguir, pero estaré ahí para ayudarte, aunque si no quieres volver a verme, a saber nada de mi, solo dilo, empacaré maletas y me iré, aunque me duela
- No, no te vayas, no me dejes...
Emily se sentó nuevamente, pero ésta vez, apoyó su espalda en las varillas metálicas que rodeaban la azotea, lágrima rodaban por sus mejillas y se perdían debajo de su mentón, Cristian pasó las piernas por los espacios para así introducirlas de nuevo a la azotea, recostó su cabeza en el regazo de Emily y le limpió las lágrimas:
- No llores, no me gusta que lo hagas, y últimamente lo estás haciendo demasiado
- Lo siento, pero me hace llorar que tú llores
- Em, estás loca
Emily se rió frente al comentario y le dio una palmada en la frente, él también rió. Se quedaron un buen rato así, sin hablar, ella había recostado su cabeza en una varilla y tenía los ojos cerrados, él la miraba y sonreía, felíz de tenerla en su vida. Pero esa felicidad duraría poco, cuando el primer golpe llegara...