Good

Capítulo 1

La canción de mi celular interrumpió mis pensamientos mientras anunciaba una llamada entrante.

-Good… ¿Qué pasa, Jules?

-Adriana, hay un cambio de planes, necesito que te encargues de la entrega de esta noche.

-¿Por qué tengo que ir yo? Se supone que ese es tu trabajo y el de los chicos- respondí bufando.

-Bueno señorita, esta vez digo que es tu trabajo, ya que los Kings están detrás de nosotros.

-¡Esos malditos! ¿Cuándo aprenderán a no meterse con nosotros? Está bien- acepte- iré yo, no te preocupes.

-Gracias, Good. Sé que lo harás bien, por cierto…

Odio cuando Jules dejas sus oraciones sin terminar, me saca de mis casillas.

-¡¿Qué cosa, Jules?!-

-Ten cuidado- respondió en un, apenas audible, susurro.

-¡Sabes que lo tendré! Me ofende que desconfíes de mí.

-No lo hago, Adriana.- se apresuró a responder- es solo que no quiero que te pase nada, eres la mejor en Magic y sabes que no puedo perderte, eres valiosa en este trabajo.

-Lo sé, Jules. Esa es la razón por la cual siempre tengo cuidado y hago bien mi maldito trabajo. Ahora… iré a encargarme de esto.

-Esa es mi Adriana.

-Puedes ser mi jefe pero ¡NO SOY TU ADRIANA!

-Lo sé,-respondió con gracia- ve y has tu trabajo, nos vemos más tarde en la casa.

Colgué sin escuchar su despedida y guarde el celular en mi bolsillo mientras recogía las llaves del auto y mi pistola que se encontraban en la mesita del café.

Magic, un nombre un poco inusual para uno de los más reconocidos grupos de la mafia, pero el nombre ya estaba cuando yo me uní. Magic… tan místico para mí desde la primera vez que oí del grupo, sabía que llegar a formar parte de él me salvaría la vida, me ayudaría, me daría un hogar, una familia.

Mis padres habían muerto un mes después de mi cumpleaños número quince, ningún miembro de mi familia quiso acogerme, los entendía, ¿Quién querría hacerse cargo de alguien como yo? Al fin y al cabo mis padres nunca mantuvieron una buena relación con el resto de la familia, sus “trabajos” no eran temas de conversación, sus negocios un poco ilícitos no eran aceptados por el resto. Nunca supe exactamente a que se dedicaban mis padres, solo sé que era algo malo. Hace un tiempo, gracias a Jules, supe que su “accidente” no fue un accidente, alguien había estado detrás de lo ocurrido. Nunca supimos averiguar quién.

Entrar a Magic no fue para nada fácil, casi muero en el intento… pero no me rendí, al final fui aceptada y Jules me cuido y entreno, él es como un padre para mí, me enseño todo lo que sé, gracias a él soy la que soy hoy en día, el me enseño todo lo que necesitaba y más.

Ser una chica en el mundo de la mafia no es nada fácil, me llevo dos años construir la reputación y conseguir el respeto que ahora tengo. Nadie te respeta por el maldito hecho de ser mujer, pero no, yo me iba a hacer respetar cueste lo que me cueste, sí, tuve que matar a un par de idiotas en el proceso y salir herida la mayoría de veces, pero créanme, valió la pena más de lo que esperaba. Ahora soy Adriana Good, la segunda cabecilla de Magic, con solo pertenecer al grupo 4 años, y las más respetada y temida de este pequeño mundo al que pertenezco.

 

Observe mi reloj, tenía como una hora para llegar hasta el puerto al otro lado de la ciudad; la entrega seria a media noche en el estacionamiento del puerto, por lo cual tenía que llegar unos minutos antes de la hora indicada.

Maneje sin cuidado hasta el punto de encuentro mientras iba pensando e imaginando el porque nos estarían molestando los Kings esta vez. Ese nuevo grupito de idiotas nos está molestando más de lo que nos gustaría admitir, pero tarde o temprano los venceremos y nos desharemos de ellos de una vez por todas. Al fin y al cabo, todos los que alguna vez han tratado de derribar a Magic han terminado nadando con los peces.

Estacione la Range Rover sin apagar el auto por completo ya que en la radio sonaba una de mis canciones favoritas: “Emperor’s New Clothes” al fin y al cabo tendré que esperar un par de minutos hasta que lleguen con mi paquete de la noche, aun no eran las 12.

Una camioneta azul se parqueó en frente de mi auto al mismo tiempo que mi reloj marcaba la media noche, el auto parpadeo sus luces. La señal. Hice lo mismo y la puerta de la camioneta sea abrió, dejando salir del interior a un hombre que, a simple vista, era tan solo un poco más alto que yo, vestía un pantalón jean y una camiseta negra. Coloque la capucha de mi chaqueta sobre mi cabeza con mi cabello colocado al lado derecho y baje del auto mientras guardaba mi pistola en el borde de mi pantalón.

Caminamos hasta encontrarnos frente a frente entre el espacio de los autos.

-¿Tienes mi entrega?- pregunte sin rodeos usando mi voz fría y seria. Alta y clara.



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En el texto hay: crimen, asesinato, mafia

Editado: 04.06.2018

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