El sol estaba a su punto más alto, mis clases comenzaban a las 2:15 de la tarde por lo que solo faltaba 10 minutos para poder entrar. Me encontraba en una tienda de conveniencia que estaba a la vuelta de la escuela así aprovechando el aire acondicionado por el calor que hace. Mientras esperaba que diera la hora de entrada tomaba un jugo de manzana y merendaba una dona de chocolate que había comprado en la tienda, como buena observadora que soy veía a muchas personas con uniforme de la escuela entrando y saliendo del lugar con su grupo de amigos o acompañados con una sola persona, se reían, jugaban o se hacían preguntas para conocerse, muy sorprendente el nivel en la que socializan algunos para ser el segundo día de clases.
Mire mi celular para confirmar la hora, faltaban 5 minutos por lo que tome mis cosas y salí de la tienda, sentí el golpe de calor, es muy diferente la temperatura de la tienda a la de afuera. Camine en la sombra sintiendo el poco fresco que había por el aire, cuando llegue a la esquina de la escuela preste mucha atención al cruzar por el paso peatonal ya que por la gran cantidad de autos que circulan en la zona se encuentra muy peligroso.
Me apoyé a espaldas de un árbol, la reja aún no estaba abierta a si que solo tocaba esperar y al cerrar mis ojos para encontrar paz no pude evitar sentir desilusión por no tener a mis amigos conmigo.
—No quiero entrar—. Susurré para mí misma.
El recordar lo bien que la pasaba con mis amigos de la secundaria, los mismos que conocí en primaria, y todos los momentos que compartimos durante muchos años, me hizo sentir nostalgia.
Y Ahora las cosas habían cambiado mucho, ya que todos habíamos tomado distintos caminos después de dejar la secundaria y en cierta forma me dolía que esa parte de mi vida no pudiera prolongarse indefinidamente.
No quería mentir, así que admito que a menudo siento miedo en situaciones sociales, sobre pienso mucho las cosas y me preocupo por cómo la gente me vería.
Tener cara de pocos amigos y estar de mal humor todo el tiempo no era algo positivo para hacer buena impresión en los demás. Yo tampoco pensaría favorablemente de alguien así, así que no podía culpar a los demás por hacerlo conmigo… Porque oh spoiler así soy.
Unos chillidos agudos me sacaron de mis pensamientos, dos chicas se encontraban a dos metros de mi hablando, supongo que son amigas. Al escuchar a una decir: —¡La entrada está llena y aún no abren, como les gusta hacernos esperar bajo el sol! —. no pude evitar pensar que tenía razón.
Sin embargo, la otra chica que era peli roja y estaba al lado de ella no estaba completamente de acuerdo. —deja de ser tan impaciente, probablemente abran en cuestión de segundos o incluso se puedan atrasar un poco más.— le dijo.
—Si eso pasa me iré a quejar con alguna autoridad— refunfuño.
Estoy de acuerdo ojalá no suceda con lo que la peli roja dijo a lo último, ya que el sol estaba demasiado intenso, era probable que alguien se desmallara antes de que abrieran y probable sea yo.
—Claudia—Se escuchó la voz de un chico que de inmediato llamo mi atención, una voz grave y algo sensual que me causo cosquillas en la piel —Olvidaste tu mochila—. El dueño de aquella voz me traía una sensación de alivio y algo de paz, pero también me hacía sentir algo nerviosa.
—¡Mi mochila! Un momento… ¿En el primer día de clases deberíamos traer mochila?
—Oh Claudia de verdad que me sorprendes— Él chico comenzó a reírse y diré que su risa era aún más hermosa por lo que tuve que ver quien era aquella persona.
Me fije primeramente en su altura, pude calcular que mediría alrededor de 1.80 a su lado me vería como una diminuta pulga, su mano se pasó a su rubio cabello para acomodarlo, tenía una sonrisa que mostraba sus caninos coquetamente, sus ojos parecían esmeraldas verdes que se hacían lucir gracias a sus largas pestañas.
Digno de ser un modelo de revistas.
—Es que haber, en la primera semana los profesores hacen sus infantiles actividades para según conocernos así que ¿Para que traer mi mochila?
—¿Y si te piden escribir algo?— inquirió el rubio.
—Para eso tengo mi celular, lo escribo en notes y listo— la peliroja le mostro su celular —Primeramente ¿Tu qué haces aquí? ¿No deberías estar en tu escuela?
—Todo es culpa de Efraín, él se dio cuenta de que dejaste tu mochila y me rogo en venir a traerla… pero como es nuestro amigo el más inteligente, se le olvido la mochila que te iba a dar en el coche, supongo que te esta buscando para entregar quien sabe que, porque la mochila no la tiene, así que tuve que bajar y dártela, lo bueno es que te encontré. Ahora tendré que buscar a Efraín—. suspiro el chico.
—Efraín siendo Efraín— suspiro igualmente la peli roja —Bueno ahora vete, que las chicas con hormonas alborotadas se están babeando por ti, no me explico que te ven.
—La pregunta seria que no me verían— dijo el chico cruzándose de brazos y adoptando una pose seductora.
Luego de que la peli roja pusiera una expresión de disgusto, ella se acercó a él y le dio un beso en la mejilla y el rubio también le dio uno para despedirse.
—Nos vemos luego querida Claudia— se despidió y la peli roja solo le dijo adiós con la mano.
—¿Es tú novio? — Pregunto la chica con quien hablaba, primeramente, y muy buena deducción, los dos son guapos, se dieron un beso en la mejilla y se veían lo suficientemente cómodos el uno al otro.
—¿Ese niño que se pone calzones con estampa de peppa pig mi novio? No, definitivamente no es mi tipo y sumale que es mi hermano— responde la peli roja.
—¿Por qué usa calzones con estampas de peppa pig?— pregunta incrédula la amiga.
—Según él le da buena suerte, al principio se lo di como broma… ahora me arrepiento de haberlo hecho— suspira.
—Bueno, no me importaría andar con alguien que utiliza calzones con estampas de Peppa pig— Dijo mientras acomodaba mechones de su cabello atrás de sus orejas.
—Que asco, tienes muy mal gusto querida.— bufa mal humorada miemtras camina lejos de la amiga, indignadamente, pero ella siguiéndola detrás.
Una conversación bastante peculiar pero fue divertida, supongo, y si, es de mala educación escuchar conversaciones ajenas pero a mi defensa yo llegué primero y ellas empezaron a hablar después.
Oí el ruido de la reja abrirse, di un paso para dirigirme a ella pero parecía una corrida de toros, los demás corrían apresurados para poder entrar, empujaban, chocaban hasta insultaban entre ellos por meterse en su camino. Una persona me empujó y caí de rodillas al suelo, no me importaría si no fuera que ahora la cosa que más vergüenza me dio fue que al caer, fue justo a los pies de un chico que me miraba un poco molesto ¿desagradable? No podía ver su expresión por el cubre bocas que traía puesto, pero sus ojos lo decían todo y el hecho de que yo no me levantaba solo se hacía ver que era un poco tonta y tardada.
Nuestros ojos se fijaron uno con el otro por un largo momento. Sus ojos me dejaron sin aliento, por un momento creí que íbamos a estar a así por mas tiempo, pero el se dio un paso atrás y luego la media vuelta para no pisar mis dedos de las manos y se fue a la reja para entrar.
Tierra trágame, hice el ridículo ¡Porque no me levante!
Aun seguía en el suelo, la gente me volteaba a ver, por lo que me levanté rápidamente y de manera un poco torpe sacudí la suciedad de mis manos y rodillas, era bastante torpe con un pensamiento lento, cuando me caí en lugar de tomar una rápida decisión y levantarme, me quedé quieta cual idiota expectante a que el chico me ayudara.
¿Qué estará pensando de mi? ¿Y si esta pensando que lo hice a propósito para llamar su atención? ¿Qué se fijara en mi con algo humillante como caer a sus pies y así sea un encuentro a modo historia romántica rara? ¿Y si piensa que fue alguna artimaña que las mujeres usan?
Oh dios, no te pido nada, pero por favor que no me lo vuelva a topar.