Gracias a ti

3☾

La oscuridad se apoderó a mi alrededor, como si fuera una manta que se extendía sobre mí, envuelta en su oscuridad. Cada rayo que caía solo alumbraba por unos pequeños segundos y luego volvía a sumergirme en la oscuridad. Mis rodillas me comenzaban a arder, supongo que por la caída me raspe y ahora estaba sangrando. Toda esta situación era tan aterradora y no sabía qué hacer. Tenía miedo, mi corazón latía con fuerza en mi pecho, mientras mi mente intentaba descifrar cómo dejar este lugar de oscuridad y buscar ayuda. 


Como si pudiera hacerlo. 


—Deja de llorar, es tu castigo por desobediente. 


Las lágrimas no dejaban de correr por mis mejillas, por mucho que llorara. Afuera la lluvia caía implacablemente, acompañada por el sonido de un trueno que parecía sacudir el suelo. El viento aullaba, filtrándose por cada rincón del baño, y mi cuerpo solo temblaba. No podía dejar de llorar, no podía dejar de desear que esta pesadilla terminara, que me liberaran de la oscuridad y la tormenta. El ruido no era nada reconfortante y lo único que quería era silencio, paz. Pero parecía que la tormenta nunca iba a terminar y yo estaba atrapada en esta habitación estrecha y oscura, sola. 


Rayo, trueno, viento, lluvia intensa, oscuridad, frío. 


—Ayúdenme— susurré mientras me tapaba los oídos con mis pequeñas manos. 


Mi cuerpo temblaba incontrolablemente y podía sentir el corazón acelerarse en mi pecho. Estuve a punto de romperme, ya que los minutos parecían pasar sin un final a la vista. Quería salir, escapar de la oscuridad sofocante y encontrar algo de alivio de la tormenta, pero por mucho que sacudiera la manija de la puerta, esta no se movía. La cerradura estaba atascada y yo quedé atrapada. Solo duraría el tiempo que me pusieron de castigo pero quién sabe cuando acabaría , era demasiado difícil de soportar. Me sentí completamente vulnerable e impotente, y el sentimiento de impotencia era aplastante. A medida que pasaban los minutos, mi esperanza de salir pronto disminuyó y comencé a sentir que iba a perder la cabeza. La idea de pasar quién sabe cuánto tiempo mas en esta pequeña habitación, me estaba llevando al borde de la locura. Cada ruido, cada relámpago, cada trueno ensordecedor, parecía que me acercaba un paso más a perder el control de la realidad, lo único que podía hacer era pedir perdón y rogar a que me sacaran. 


—¡No lo volveré hacer!— grité, grite con esperanza de otra oportunidad pero no fui escuchada. 


Sentí que debía abrir los ojos, así que poco a poco comencé a abrirlos. Lo primero que vi fue el techo de mi habitación, bostecé y luego me estiré, apoyé mi espalda en el respaldar de mi cama para mirar en frente mío donde se encontraba la ventana. Las cortinas estaban tan delgadas por lo que me di cuenta de que aún no había amanecido; aún se veía oscuro. Si no fuera por los faroles de luz de afuera se vería completamente oscuro. Un flashback apareció en mis recuerdos, lluvia, rayos y una pequeña yo abrazando a su peluche. 


Ahuyente aquellos recuerdos que vinieron en mi mente, no necesito distracciones tengo mucho que hacer para comenzar mi nuevo día, me senté a un costado de la cama luego miré el reloj digital que estaba a mi lado. 


5:15 A.M. 


Suspiré, deseando no haber tenido aquel recuerdo en mi sueño para así no abrir mis ojos, ya que estaba cansada de siempre pasar por lo mismo. Puse mis pantuflas de Dumbo, mi personaje favorito de Disney, y luego me puse una blusa de color azul, con un estampado del mismo personaje. Mi conjunto estaba completo con unos leggins de algodón, finalmente me adentré al baño. Luego de 10 minutos salí, lo primero que hice fue poner la cama y luego aspirarla para eliminar polvo, ácaros y algunas cosas que podrían retentar mi alergia.  


Maldita alergia. 


Al terminar de arreglar mi habitación, salí en busca de algo para comer. Pero me encontré con la persona a la cual menos quería ver al inicio de la mañana. 


Tania, la pareja actual de mi padre. 


Mi padre ha tenido otras parejas antes de Tania, pero ninguna relación de él ha sido tan seria como para que le abriera las puertas al lugar donde yo vivo con él. Lo máximo que se ha llegado es que ellas me cuiden, pero jamás viviendo en el mismo techo. A simple vista, podría parecer amable, pero si mi padre no estaba a la vista, ella era la peor persona con quien podría toparme. Me miró con una sonrisa triunfal, lo que me dio la idea de que mi padre ya se había ido desde muy temprano al trabajo, y así ella podría mostrar su verdadera forma. 


Su actitud conmigo era grosera, por lo que nunca me metía con ella ya que yo solo quería evitar problemas. Sin embargo, nos topamos en la sala de estar, me doy cuenta de que ella ya está ahí, viendo la televisión con sus piernas cruzadas. 


Puedo sentir mis músculos tensarse y mi corazón latir más rápido, tenia miedo, pero me esfuerzo por mantener mi compostura. Trato de no demostrar mi antipatía por Tania y simplemente paso de largo, su sonrisa se ensancho más y hablo como si fuera la diosa del lugar y yo una simple mortal. 


—¿La niña de papi ya se levantó?— canto Tania. 


Mi mandíbula se tensó y mis puños se cerraron cada vez más fuerte para contener un sentimiento horrible que estaba sintiendo. Por un momento, mi respiración se aceleraron, y podía sentir cómo mi corazón empezó a latir cada vez más deprisa. La situación estaba cada vez más insoportable, y un sentimiento de ira y frustración me invadió por completo. 


—¿Necesitas algo Tania?— inquirí con una voz monótona, estaba de mal humor así que no sabría bien si poder aguantar su trato esta vez, pero mi miedo a ella no me dejaba enfrentarla como debería.


—Necesito que dejes de decir mi nombre con esa sucia boca tuya— espetó con molestia. 




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