Brooke
Claire había insistido en que me ponga su ropa porque decía que la mía no estaba de moda como la suya. Mi outfit consistía en un short rojo y una blusa blanca (nada del otro mundo), aunque debo admitir que la blusa era realmente muy hermosa para que después alguien estampe su vaso lleno de alcohol sobre ella, como siempre solía pasar. Odio pensar siempre en lo mismo, pero no había ninguna noche en la que volviera a mi casa con mi ropa limpia. La mayoría de las veces el responsable de mi mancha era un alcohólico que solo le importaba seguir su camino. Nunca me pedían perdón y tampoco esperaba que lo hicieran: ya todos sabemos cómo son ese tipo de chicos.
Había hecho un buen trabajo con mi prima y quedó divina con un vestido ajustado color negro que tenía algunas transparencias. Siempre para las fiestas nos maquillábamos igual y nos hacíamos el mismo peinado que consistía en pelo suelto y si hacía mucho calor algún agarre con hebillas. Por mi parte algunas veces me hacía algunos bucles en las puntas para que no sea un peinado tan aburrido, por eso hoy mismo decidí hacerme. También adoraba maquillarme los ojos con colores neutros y resaltar el labial. Mis colores preferidos para ese tipo de maquillaje son el rojo, el fucsia y el violeta. Hoy me decidí a usar el primero para poder estar a tono con la vestimenta.
-¿La casa de Cameron es muy lejos de aquí?- le pregunté a Claire, aunque no me estaba prestando mucha atención ya que sus zapatos eran más importantes. No quería caminar mucho hasta la casa donde se iba a hacer la fiesta.
-No te preocupes Brookie, está solo a diez calles desde aquí así que podremos ir y volver caminando.- aclaró mis dudas mientras estaba abriendo la puerta de mi casa para dirigirnos a la fiesta del famoso Cameron Hatt. Había escuchado hablar de él pero no recuerdo dónde. Era el típico chico que todo el mundo conocía pero de ningún lugar en particular.
Ya desde el frente de la casa me di cuenta que era una de las típicas fiestas de adolescentes: alcohol, alcohol y más alcohol. La puerta estaba abierta así que podía pasar cualquiera, sea mujer, hombre o siquiera animal. Ojalá Claire pueda, al menos, hablar con Cameron y divertirse un rato con él; realmente está muy emocionada.
-Brooke, voy a ver si encuentro a Cameron por algún lado, ¿no te molesta que te deje sola, no?- me dijo mi prima ya desapareciendo de mi vista.
-Oh no, tranquila. Estoy bien aunque ya te hayas ido.- grité con la intención de que me escuche pero claramente eso no iba a pasar. Como siempre, empecé a caminar por la casa para ver si encontraba a alguien conocido o al menos a alguien para poder ir a tomar algo, tenía la garganta demasiado seca. Me picaba mucho hasta el punto que empecé a toser y por inercia mis ojos se cerraron. Definitivamente tendría que haber tomado algo antes de salir de mi casa. Cuando quise seguir mi rumbo y cumplir mi objetivo me di cuenta que esta noche iba a ser igual que las demás: tenía la bebida de alguien encima mío.
-¡Hey! ¿Podrías tener más cuidado cuando caminas? Cerré los ojos dos segundos y tú me has tirado todo tu alcohol encima de mi blusa. - le dije serenamente, gritando, al sujeto que estaba frente a mí con su vaso color rojo caído al piso y todo el líquido de este derramado en la blusa blanca que tanto me había gustado (y aparte era de Claire)
-¿Podrías tener más cuidado cuando "cierras los ojos dos segundos"?- dijo el pelinegro de ojos verdes que definitivamente había arruinado una noche que ni siquiera había empezado. Era más alto que yo y se notaba que era más grande también. Pensando que iba a levantar el vaso que se había caído, se inclinó hacia mí.- No quieres saber lo que puede pasar en dos segundos.- susurró en mi oído. No sabía si responderle con alguna frase tonta o largarme. Pero él me ganó de antemano y cuando me decidí a responderle, ya se había ido. ¿Cómo había desaparecido tan rápido?
Estuve aproximadamente media hora buscando a alguien conocido y también intentando encontrar a Claire para estar con ella un rato. Para mi alivio, al pelinegro de ojos verdes derrama líquido no me lo crucé otra vez. Seguro era de los típicos chicos que iban a fiestas de este tipo para estar con las chicas que se entregaban a cualquiera. Aunque si no me hubiese tirado esa bebida encima, posiblemente lo habría mirado y admirado por un largo rato. Era muy hermoso, tanto de cara como de cuerpo. Se sigue sorprendiendo su altura: era mucho más alto que yo (hasta incluso creo que me lleva una cabeza entera) y también, al ser morocho, sus ojos resaltaban a la perfección. De físico se notaba que estaba entrenado un poco, pero tampoco tanto: perfecto para mí. Me gustan mucho los chicos que se nota como si hubiesen entrenado en el pasado o solo un poco en el presente. Lamentablemente su actitud le quitaba todas esas cualidades.
-¿Te está gustando mi fiesta?- dijo una voz detrás mío.- Espero que no estés sola, sino voy a tener que matar a todos mis amigos por no sacarte a bailar- siguió hablándome. Entonces me di vuelta y me encontré con una cara conocida, o mejor chico, demasiado conocida...si Cameron estaba aquí ¿dónde estaba Claire?
-Oh, hola Cameron. Por ahora solo un idiota me manchó toda mi blusa. -le contesté mirándolo con cara de pocos amigos. -Ah y casi me olvido: estoy sola y no encuentro a la única persona que conozco en esta fiesta.- en ese momento me iba a largar, pero preferí no hacerlo ya que alguien estaba hablando conmigo y no tenía ningún vaso en sus manos para que ocurra algún incidente.
-Mira qué casualidad, yo también estoy solo- irónico porque es su fiesta- ¿Quieres tomar algo?- me ofreció pero la verdad era que no quería nada. De todos modos si iba con él hacia la barra o donde prepararan los tragos podría preguntarle sobre mi prima desaparecida.