Brooke
Se habrán imaginado que luego de ese comentario "¿Celosa?" venía algo más. Pero no, simplemente se alejó de mí y bajó las escaleras. ¿Irónico no? La que estaba desesperada por bajar era yo. Dejando eso de lado, todo lo demás estuvo genial. Cameron comenzó a hacer la comida con Claire, aunque no requería mucho esfuerzo: hamburguesas con queso cheddar, tomate y lechuga. Luego, Katherine puso la mesa y había considerado la opción de ayudarla pero me arrepentí y me fui a sentar al patio hasta que la todo esté listo.
-¿Me puedo sentar?- dijo la voz de Claire a mi lado luego de un rato de estar sentada sola en el patio. No tenía ganas de hablar con ella, no me gustó que me haya mentido.- Discúlpame, ¿si? Solo quise hacer las cosas bien y terminó siendo todo lo contrario.- se disculpó y se sentó junto a mí.
-Realmente estuviste mal, pero más que nada por no decirme que venían ellos. Ya sé que desde que Dylan dijo eso sobre mí estás en una especie de misión.- me miró dándome la razón.- Tienes que entender que a mí no me gusta y a él tampoco le gusto yo. Casi no nos conocemos. Deja de querer unirme con alguien siempre. Más que nada porque tiene novia.- y no sé ni para qué lo dije porque Claire me volvió a repetir unas palabras que no quería escuchar.
-¿Celosa?- insinuó. NO, NO ESTABA CELOSA. Explicárselo a Claire iba a ser como explicárselo a un elefante así que me ahorré el trabajo.
-Ni me lo recuerdes.- le pedí. Acordarme qué tan cerca estuvo Dylan de mí me ponía nerviosa. No podía negarlo.
-¿Por qué? ¿Qué pasó ahora?- me preguntó cuando se dio cuenta de que estaba recordando algo. Me tomó de los hombros para que la viera.
-Nada. Ve a ayudar a tu novio que debe de estar quemando todo.- me burlé y me volví a girar para seguir mirando a la nada. Sabía que Cameron no estaba quemando nada pero prefería que esté con él ya que lo había invitado porque lo quería ver. También tenía bien el caro que todavía no eran novios, pero me gustaba molestarla. Muy irónico mi pensamiento sabiendo que odio al chico que le gusta hacer enojar a la gente.
-Creo que mi nuevo apodo para ti va a ser celosa. Digo, hasta tu prima te lo dice.- esa voz que ya iba a empezar a escuchar en mis sueños por las tantas veces que la oía en el día, habló.
-Mi prima dice tantas cosas que no son ciertas o no tienen sentido, Dylan.- le dije sin siquiera voltearme a verlo. Ya no me importaba tratarlo bien o mal. Creo que me iba a tener que acostumbrar a verlo casi siempre, más que nada porque era el mejor amigo del novio, o casi novio, de mi prima. Y aparte, el hijo del jefe de mi papá.
-¿Tan mal piensas de mí? Sé que soy un chico irresistible y tal vez no quieres caer en mis encantos, pero vamos Brooke, podemos ser amigos ¿no? - y ahí llego el egocéntrico. No se dan una idea de cómo se siente escuchar la misma voz todo el tiempo diciendo las mismas estupideces durante dos días seguidos. Si yo lo sufro, ni me imagino la gente que lo tiene cerca siempre.
-Justamente por esas cosas no te soporto. Y no, gracias. Prefiero ser amiga de alguien que no me acorrala contra una pared.- respondí pero al instante me arrepentí. No sé ni para qué mencioné el tema. Creo que era preferible seguirle el juego de "amigos" porque justo en el momento que entendió lo que había dicho se acercó mucho más a mí.
-¿Acaso te pongo nerviosa?- insinuó. ¿Nerviosa, yo? Por favor, como si este chico fuera el hombre más lindo del mundo. Es decir, no niego que es lindo pero tampoco me voy a poner nerviosa por él. Ni que ya me hubiese puesto nerviosa en otras ocasiones.- Ya sabía que era lindo. No tendrías que hablar más en voz alta cuando te pones nerviosa.- me recomendó. Claramente tenía que practicar esto de pensar en voz alta, me estaba perjudicando millones de conversaciones. Y siempre con la misma persona.
-No me pones nerviosa, en lo absoluto. Solo tengo miedo que Katherine venga y te diga algo feo. No sería para nada lindo encontrar a tu novio en una situación así.- repliqué y pensé que eso lo iba a hacer alejarse, pero ocurrió todo lo contrario. Se acercó al punto de que su nariz casi choca con la mía. Definitivamente estaba nerviosa y ahora sí era por él.- Aléjate.- le ordené. Él ladeó la cabeza y siempre mirándome a los ojos me contestó lo que menos me imaginaba que iba a responder desde que crucé la puerta de entrada hoy a la mañana.
-Katherine se fue. Tiene que volver a la casa de mis tíos en Nueva York.- ¿A la casa de sus tíos? ¿Su novia vivía con sus tíos?- Solo quise molestarte, aunque debo decirte que lo disimulaste bastante bien. Hasta mi prima pensó que lo que había hecho no sirvió de nada.- me terminó de confesar. Esto no puede estar pasándome.
-Sí, sirvió de algo. Para que te des cuenta que no eres el centro del universo y que si Katherine era realmente tu novia, no me importaba. Es más, la iba a compadecer por tener que aguantarte tanto tiempo.- escupí y ahí me di cuenta que no nos habíamos movido de la posición en la que estábamos, casi rozando narices. Él se acercó e hizo que ese roce apareciera, y aunque me cueste admitirlo, no me disgustó. Ya no pensaba con claridad cuando eso pasó, ni tampoco cuando me acerqué a besarlo. Sí, lo besé. Pero no pasó lo que todos piensan, fue un beso de nada, casi se podría decir que un pico. ¿Por qué fue así? Porque él se alejó y se fue. Estaba totalmente desconcertada porque no sabía por qué yo había hecho algo como eso, y tampoco por qué él había reaccionado de ese modo. Cuando dije que a ningún chico le gusto es verdad. Apenas rocé mis labios con los de él y salió corriendo. ¿Algún día mi mala suerte cambiará? ¿Algún día alguien me querrá?
Adivinen ¿Quién llego a su casa sin cruzar una palabra con Dylan después de lo sucedido? Exacto. Realmente no estaba segura de querer saber por qué él había reaccionado de esa manera porque podrían haber miles de opciones y la que menos quería escuchar era seguramente la correcta.
Cuando llegué a mi casa, mi papá todavía no había llegado del trabajo. Eso me molestaba demasiado. Estaba más en el trabajo que en su propia casa y claramente, más que conmigo. No soy de las típicas hijas celosas que quieren estar con su padre las venticuatro horas del día pero sí me gustaba compartir un montón de cosas, más que nada desde que se murió mamá. Con ella solíamos hacer miles de actividades diferentes, ya sea cortar el pasto juntas o ir al cine una vez a la semana. Éramos, en ese momento, una familia que estaba muy bien económicamente, más que nada por mamá. Ahora que ella se fue, vivimos bien pero no como antes.
Creo que lo que más extraño en este momento es a ella. Pero aparte de eso, extraño estar con los dos juntos. No siempre se nos daba la casualidad de que ellos estén al mismo tiempo en casa y no se encuentren cansados del trabajo así podíamos ver alguna película, por ejemplo. Siempre solíamos ver películas que a mí me gustaban. Si no recuerdo mal: nunca eligieron una ellos. Les gustaba verme feliz haciendo lo que me gustaba aunque tuvieram que ver la misma historia miles de veces. Recuerdo la mayoría de cosas de cuando era chica gracias a fotos o anécdotas que pude obtener gracias a mis abuelos. Ellos fueron las dos personas más importantes para mí luego del fallecimiento de mamá. La veía a ella en mi abuela Francesca.