Dylan
Ni yo puedo creer que ya pasó un mes desde que Julia se ofreció a ayudarnos. Decidimos alejarnos de ella un tiempo para que pueda averiguar todo lo que pudiese tranquila y sin ningún riesgo. Si lo que ella nos había dicho es verdad, mi padre podría llegar a hacer cualquier cosa con tal de vengar una traición de su parte.
Como me lo imaginé en esa noche que me rechazó totalmente, desde hace un mes que no cruzamos palabra con Brooke. Ella había decidido que fuese así y no podía obligarla a nada. No me dio razones coherentes por las cuales ya no quiere verme pero sin embargo la dejé ir. A veces dicen que es mejor soltar a los que más quieres para que sigan siendo felices (aunque tú no entres en esa felicidad). Cada semana durante este tiempo hubo una cena y asistí a todas con la intención que encontrármela allí. Por suerte Chris y su magia en los tragos me acompañaron siempre.
-Amigo, te he ganado tres veces seguidas. ¿En qué piensas?- me dijo Garret junto a mí luego de haberme pateado el trasero jugando a nuestro videojuego preferido de carreras.
-Nada. Solo no quiero ganarte siempre.- me reí y me levanté de mi cama para dirigirme a mi armario. Saqué un buzo bordo y me lo coloqué sobre mi camiseta. Últimamente hacia muchísimo frío en Oakland y en mi cuarto se notaba demasiado.
Antes de poder volver a mi cama di media vuelta y me encontré con el cuerpo de Garret impidiéndome seguir.- ¿Qué quieres?- me irrité.
-¿No vas a llamarla?- preguntó y ya sabía a quién se refería.
-No.- pasé por su lado y choqué mi hombro con el suyo. ¿Qué le cuesta apartarse del medio? En todo sentido.
-Quieres saber cómo esta, lo sé. Y yo no voy a decírtelo.- me dijo. Me senté nuevamente delante de la televisión y tomé el joystick.
-¿Vas a venir a jugar?- insistí.
-¿Te piensas que a mí vas a poder engañarme como lo haces con mi hermana?- dijo y sabía que seguía en la misma posición de antes aunque no lo esté mirando: brazos cruzados y el rostro serio.- ¿Te piensas que no sé qué has ido a todas esas aburridas cenas con tu padre para verla? ¿Te piensas que no sé qué te preparabas dos horas antes para estar bien por si Brooke llegaba a ir?- me echó en cara y tenía razón. Tenían que verme como un imbécil cambiándome, peinándome y aplicándome perfume como si la fuera a ver aunque en el fondo sabía que eso no iba a pasar.- Y por sobre todas las cosas, ¿te piensas que no sé que la extrañas?-
-Deja de decir estupideces y siéntate.- lo obligué y a continuación lo escuché gritar:
-¿ERES IDIOTA, DYLAN?- se desesperó y llegó a mi lado.- ¿NO LA CONOCES? SI SE EQUIVOCÓ NO VA A VENIR A DECÍRTELO, ESTÚPIDO.-
-¿Y si no se equivocó? ¿Y si sigue pensando lo mismo?- le respondí y supe que no iba a poder responderme. Estoy completamente seguro que lo mismo que me hace a mí se lo hace a Brooke. En cambio que a ella intenta convencerla para que no me ignore más.
Nuestra conversación no fue más allá porque no tenía sentido y ambos lo sabíamos: yo no iba a ceder y él tampoco. Al menos superamos el round de hoy, en el próximo no sé qué pasara. Luego de jugar algunas carreras más, las cuales perdí todas, Garret se fue. Poco después recibí un mensaje de Chris invitándome a ir al cine junto a él y el resto de los chicos. Ya que era viernes y mañana no tendría que trabajar no me pareció mala idea. Iríamos a ver Drive Angry, una película que se había estrenado en febrero de este año pero como fue un gran éxito cada tanto volvía a las carteleras. La función era a las 10pm y recién eran las 6pm así que tenía tiempo de sobra para hacer lo que sea que tenga que hacer antes de ir.
Decidí salir de mi cuarto y bajar a la cocina a tomar un café bien cargado. Siempre me gustó mirar algún documental o alguna película tomando algo caliente (haga frío o no). Mientras terminaba de preparármelo y me sentaba en el sillón dispuesto a elegir una película, llegó mi padre. Se escuchó la puerta de entrada abrirse y su voz como si estuviese hablando por teléfono. No giré a mirarlo, como había hecho durante todo este tiempo, con la excusa de "no me pasa nada". No siempre hay que dar explicaciones. Este era uno de esos casos.
-Nos vemos esta noche.- fue lo último que dijo y luego pareció colgar. Seguí prestando atención a la película que había elegido o al menos eso intentaba: el principio de una historia es lo más importante. No podría concentrarme del todo si hay alguien detrás mío que no sé qué está haciendo y aparte es mi padre.- ¿No piensas saludarme?- lo vi pararse en frente mío. Solo lo miré por unos segundos y volví mi vista al televisor.
-Creí que los que llegaban saludaban.- dije y tomé un sorbo de café.