Dylan
Por sorpresa, el viernes por la noche mi mente pareció entender que tenía que descansar lo suficiente para enfrentar lo que se venía al día siguiente.
Piedmont es una ciudad de California y no está muy lejos de Oakland. Iríamos en auto así que no tendríamos que tener ningún retraso en el camino. La señora Tazio nos avisó que ella tenía pensando ir por la mañana porque iba a haber menos autos transitando pero Brooke insistió en que su padre sospecharía menos que ella pase la tarde afuera. En parte es cierto, a mi padre le parecería muy raro que un sábado por la mañana me junte a desayunar con Cameron. Ni siquiera los días de semana que no trabajo lo hago.
Estuve nervioso toda la mañana esperando a que sean las 3pm para emprender viaje hacia ese lugar. Íbamos a ir en el automóvil de la señora Tazio y a la par nuestra se encontrarían Garret con todos sus colegas en dos autos más. Nosotros tendríamos que desviarnos en un momento para no llegar a la par del resto ya que si alguien estaba en esa casa nos vería llegar y podría comunicárselo a mi padre. Al fin y al cabo, no sabemos qué podría haber allí.
Brooke le ha dicho a su padre que por la tarde tendría que ir a la Universidad a realizar un trabajo que había quedado pendiente con otros compañeros. Como la Universidad de Oakland se mantenía abierta los días sábados, el señor Martin se creyó la mentira. Por mi parte, como siempre, le mencioné a mi padre que iría a la casa de Cameron junto a Melody. Le avisé a ella que diría eso ya que la última vez que dije que estaba junto a Cameron, él descubrió que en realidad no era así. Esta vez no podía enterarse y mi mejor amiga iba a ayudarme en eso.
-¿Piedmont? ¿Alguna vez ha ido allí?- me preguntó Chris luego de haberle contado lo que teníamos planeado hacer. Lo mejor era que todos se enteraran de lo que pasaría hoy por cualquier imprevisto que pudiera surgir.
-Sí, Chris, Piedmont. Ya te dije que mi padre le dijo eso a la señora Tazio y le dio una dirección. Es una casa abandonada a un kilómetro de la entrada más o menos.- le dije intercambiando mi teléfono hacia mi otro oído para seguir preparando la mochila que iba a llevar al viaje. Sé que no es un trayecto muy largo pero siempre hay que estar preparados. Hoy más que nunca.
-¿Sabías que allí viven 10.000 personas nada más? Es una ciudad muy chica, demasiado diría yo.- me dijo. Eso también nos lo había dicho Julia. Fue muy extraño que mi padre le pidiese una seguridad en una ciudad como esa.
-Lo sé. No sé qué voy a encontrarme allí. Solo recuerda que estaré en la casa de Cameron junto a Melody ¿sí?-
Colgué la llamada una vez que verifiqué que Chris hubiera entendido todo y hubiera terminado de preparar mi mochila. Le dije a mi padre que iría hasta la casa de Melody porque ahí dejaré el auto y luego nos iríamos hacia lo de Cameron en el de su madre. Inventé que mi amiga necesitaba seguir practicando manejo y no permitiría que lo haga con mi Audi RS5. No iba a permitir que mi padre pueda llegar a pasar por la casa de Melody y pueda descubrir que mi auto esta allí en vez que en la casa de mi amigo. Pareció creerse toda la historia. Solo deseo que todo salga bien.
A las 3pm salí rumbo a la Universidad de Oakland para recoger a Brooke. Como ella le había dicho a su padre que tendría que ir allí, él se ofreció a alcanzarla. No podía negarse así que decidimos que vaya allí y yo luego la iría a buscar.
Cuando llegué a la puerta, Brooke se encontraba escondida detrás de un árbol. Aunque no sé si la palabra escondida es la correcta: claramente se notaba que había una chica intentando taparse con las hojas. Cuando me vio, caminó de prisa hacia mi auto y se subió.
-Sabías que te veías allí detrás ¿no?- me burlé cuando terminó de colocarse el cinturón de seguridad una vez ya acomodada.
-Fue lo mejor que pude encontrar. No podía entrar a la Universidad.- me miró seriamente y luego sonrió levemente.- ¿Listo?-
-Eso creo.-
Al estacionar en la puerta de la casa de Melody, la señora Tazio salió por allí junto a Garret. Escuchamos que se despidieron y se dieron indicaciones. Supongo que él irá primero hacia la estación de policía para recoger a sus compañeros y luego nos alcanzaría. Al fin y al cabo tenemos que llegar por separado.
Durante el viaje en el auto de Julia todo estaba muy tenso. Ninguno quería hablar y hasta creo que podrimos estar escuchando nuestras propias respiraciones. Yo iba en el asiento del copiloto y Brooke en la parte de atrás. Cada vez que veíamos que en el reloj se sumaba un minuto más, nuestros cuerpos reaccionaban y sabían que faltaba menos para llegar.
En la entrada de la ciudad de Piedmont no había ningún cartel especificando que habíamos llegado. Como Chris me había comentado: ni siquiera había muchos habitantes. Sin embargo, cuando ya sabíamos que estábamos yendo por el camino correcto, Julia usó su GPS para que le indique hacia dónde era la casa que mi padre le había otorgado la dirección exacta. Al parecer no estábamos muy lejos ya que una voz proveniente de su teléfono celular dijo "En doscientos metros llegarás a tu destino." Cuando Brooke y yo nos dimos cuenta que solo faltaban dos calles para llegar al lugar, nuestras miradas se conectaron.
-¿Lista?- le pregunté esta vez yo al igual que lo había hecho ella luego de haberse subido a mi auto hace unos momentos.
-Eso creo.- respondió intentando demostrar seguridad, aunque yo ya sabía que no la tenía. Era difícil ser valiente en un momento como este. Más que nada ella.
Cuando el GPS indicó que habíamos llegado, por la ventana pudimos apreciar una casa no tan grande de color gris viejo y con detalles en negro. No parecía que alguien viviera allí porque las plantas no estaban cuidadas y el buzón estaba repleto de cartas sin ser recibidas. Ahora más que nunca estamos intentando pensar por qué mi padre pidió custodia.
-Dejaré el auto unas cuadras más adelante.- comentó la señora Tazio cuando la vimos avanzar más de lo debido. Sin embargo, Brooke y yo creo que preferíamos tardar el mayor tiempo posible. Recuerdo que cada vez que veo una película de terror digo "¿Cómo el protagonista va a entrar a la casa? Está cavando su propia tumba." Eso exactamente era lo que alguien me tuviese que haber dicho antes de venir. Soy el protagonista de mi propia historia y necesito correr riesgos. No todo puede ser dejado de lado.
Luego de unos minutos, bajamos del coche y lentamente nos fuimos acercando hasta nuestro destino. Era impresionante pero parecía como si el aire también hubiese cambiado allí. Todo parecía distinto, hasta creería si me dijeran que esto no es Estados Unidos.
-Recuerden lo que les dije.- nos recordó Julia cuando ya estábamos a solo unos pocos pasos de la entrada.- Entramos juntos pero ustedes detrás mío.-
-Espera.- dijo Brooke antes de seguir avanzando y centrándose en el buzón de correo.- Hay cosas sin abrir.- dijo.
-Lo sé, ya las he visto. Deben ser facturas sin pagar, no las toques.- le respondió Julia para que la siga a ella. Aunque su regla era acatar sus órdenes, Brooke tomó uno de los sobres y nos lo mostró:
-Hospital de Piedmont.- habló.
-Dije que no tocaras nada. Ahora déjala ahí y apúrate que vamos a entrar porque Garret tendría que estar llegando.- la volvió a retar y esta vez ella sí le hizo caso.
Antes de toparse con la puerta había una escalera por la que tenías que subir para poder llegar a la entrada. Sin prisa, subimos todos los escalones y luego la señora Tazio se agachó para mirar por la cerradura hacia el interior de la casa.
-Hay luces prendidas.- nos dijo volviéndose a enderezar a nuestro lado. Eso quiere decir que hay personas allí dentro. No podemos ingresar si hay gente.- Vamos a entrar de todos modos.- sentenció al ver nuestras caras y antes que podamos decir algo abrió la puerta sin tanto esfuerzo. Al parecer no estaba cerrada con llave. Al poner un pie dentro, Brooke y yo confirmamos que las luces estaban encendidas y la radio también. Julia nos hizo una seña para que cerremos la puerta pero que hagamos silencio y luego la sigamos. Ya que la casa no era tan grande, solo había dos caminos para seguir caminando: lo que parecía un living y lo que parecía una habitación. Sin consultarnos, Julia siguió por la primera que era por donde se escuchaba el sonido de la radio mucho más fuerte. Nos hizo una seña para que esperemos así ella podía verificar y luego nosotros podremos entrar.
Ambos dimos un salto cuando la señora Tazio sacó rápidamente un arma de un pantalón y apuntó a la persona que estaba en frente de ella una vez dentro del living. Sus ojos parecían confundidos y sus manos temblaban. De pronto sentí que una mano tomaba la mía y la apretaba con fuerza: Brooke. Sabía que ese gesto significaba que entráramos juntos.
Lentamente fuimos avanzando mientras seguíamos viendo a la señora Tazio con la boca semi abierta y el pulso acelerado. Brooke estaba completamente aterrada en entrar allí y ver qué era lo que Julia estaba viendo, lo sabía por el temblor de su mano. Decidido, me aferré más a ella y al dar un paso escuché:
-¿Margaret?- era la voz de Julia quien ahora estaba bajando el arma. Sin pensarlo dos veces entré al living y allí vi a una señora a punto de comenzar a fregar el suelo. La vi. Ojos color miel, cabello corto y piernas largas. La pudiese reconocer en cualquier parte del mundo, en cualquier continente y en cualquier rincón.
-¿Mamá?- hablé una vez que ella me vio pero sin embargo su mirada no demostraba nada. ¿Mi madre estaba viva? La persona que vi en fotos y en cuadros durante tantas noches para no olvidarla ahora se encontraba allí, justo frente a mí. Sus ojos estaban fijos en mí y sus cejas comenzaron a arrugarse.
-¿Cómo es que estás aquí Julia? ¿Quiénes son ellos?- le preguntó a la señora Tazio mirando a Brooke detenidamente y luego a ella. ¿No me reconocía? ¿No sabía quién era yo pero sí sabía quién era Julia?
-¿No me reconoces?- le dije viendo que Julia no respondía. Mi madre o la persona que creo que es mi madre me mira una vez más y sin saber qué hacer gritó:
-FUERA DE MI CASA AHORA MISMO.-
-¿NO SABES QUIÉN SOY?- grité luego de escuchar la manera en la que nos estaba tratando.- ¿NO SABES QUIÉN MIERDA SOY?-
-Hey... tranquilo.- sentí que tomaron más fuerte mi mano que en ningún momento había sido soltada.- Deberíamos iros, Dylan.- me dijo Brooke. En el momento que ella dijo mi nombre los ojos de la señora que estaba en frente mío se abrieron con sorpresa.
-Pensé que esa chica nunca iba a decir algo inteligente.- escuché que dijeron por algún lugar de la sala. Su voz grave y tan identificable.- Tampoco pensé que mi hijo pudiese ser tan idiota, aunque debo admitir que me impresionaste.- vi su cuerpo entrar por la puerta del otro lado del living, justo detrás de mi madre. La señora Tazio volvió a levantar su arma en dirección a él.
-¿Qué es todo esto, Jack?- le preguntó mi madre al darse vuelta y verlo allí parado intentando intimidarnos. Ya nada de ti me puede sorprender, papá.
-Debo decir que igual tuvo que haber salido a mí. ¿Cómo pude confiarme de una patética policía?- parecía estar hablando consigo mismo e ignoró lo que le habían preguntado.- Por Dios, se han creído detectives. No puedo creerlo.- rio y avanzó unos pasos hacia mi madre.
-Un paso más y disparo.- habló fuerte Julia apuntándolo más en detalle con su revolver. Él levantó las manos y no se acercó más.
-¿Un paso más y disparas? ¿En serio?- ironizó y sin dejar pasar ni un segundo más sacó un arma de adentro de su saco y apuntó hacia ella. Ahora mismo cualquiera de los dos podría apretar el gatillo y balear al otro.- ¿Te crees muy astuta? No seguiste mis órdenes. Sabes lo que iba a pasar si mis reglas no eran cumplidas ¿no?- volvió a burlarse y todos allí dentro, menos mi madre, sabíamos sobre qué estaba hablando. Melody y Garret.
Mi padre afianzó mucho más su agarre a la pistola y me quedé estático. ¿Sería capaz de asesinar a Julia por traicionarlo? Si eso era así algo tenía que hacer, no podía permitir que ella muriera, claro que no.
Interrumpiendo mis pensamientos, en la sala se escuchó un estruendo. No fue el arma de la señora Tazio. Como si hubiese estado años esperando para decir esto: tampoco fue el arma de mi padre. Sin embargo, el mismo cayó al suelo del living y un cuerpo detrás de él se apareció.
-Pudieses haberme dado una dirección más exacta ¿no?- habló Chris con lo que parecía un jarrón en su mano. Él lo había golpeado para dejarlo inconsciente y evitar que haga un delirio. ¿Cómo nos había encontrado y cómo sabía que mi padre iba a estar aquí?
-¿Qué haces aquí, Chris?- le pregunté desconcertado. Su cara se puso seria por un momento y cruzó sus brazos.
-No, está bien. No me agradezcas, tranquilo. Ya sé que soy el mejor amigo de mundo pero no hace falta que me lo digas.- se burló al escuchar mi pregunta. Él nunca dejaría de ser Christopher Robinson en ningún momento. Hace unos segundos pudo haber habido una muerte y él simplemente sigue con sus bromas idiotas.- Mel se encontró con tu padre en la estación de servicio. Ella estaba manejando y como habían quedado en que ella iba a practicar manejo hoy, ella le dijo eso mismo. Sin embargo me llamó y me dijo todo lo que había sucedido. Conozco a mi jefe y otra vez no iba a tragarse un cuento así.- terminó de contar y escuchamos cómo la puerta de entrada se abría de un golpe.- Ahí está, el que ella tarde.- dijo.
A todo esto mi madre seguía desconcertada y no paró de mirar al cuerpo de mi padre en el suelo en ningún momento. La mano de Brooke seguía aferrada a la mía y la señora Tazio todavía estaba tensa sin saber muy bien qué hacer. Había temido por su vida y la de sus hijos.
Garret junto a todos los demás policías llegaron al living y vieron la situación. Al percatarse que Chris se encontraba detrás de mi padre y este yacía en el suelo con un arma justo a su lado, sabían que si él no hubiese llegado a tiempo podría haber pasado cualquier cosa. Uno de ellos se dirigió a levantar al inconsciente de mi padre que poco a poco iba recobrando la conciencia. Parecía estar medio dormido mientras era sostenido por uno de los hombres. Luego, otro se dirigió hasta mi madre y la apartó del lugar en donde estaba para guiarla hacia nuestro lado. Deseaba abrazarla y hablarle pero sabía que todavía no podía.
De pronto, el policía que estaba a cargo de mi papá cayó al suelo y apareció Chris en frente de nosotros con mi padre por detrás tomándolo del cuello. Él tomó la pistola que estaba en el suelo rápidamente y nos miró:
-Si esas armas siguen apuntándome, le vuelo la cabeza.- amenazó al resto de los policías y a la señora Tazio.
-Tranquilos, mantengamos la calma. Bajen las armas.- dijo Chris con ambas manos levantadas.
-Y tú cállate, barman inútil. Una palabra más y presiono el gatillo.- susurró mi padre en su oído con desprecio. Julia les indicó a todos que bajen las armas aunque Garret no lo hizo.- Vamos, baja el arma.- escupió.
-Si no lo dejas ir, te destruyo todos tus huesos, papá.- lo amenacé dando un paso más cerca de él. Chris abrió grande los ojos y me miró. "No." Descifré que me articuló con los labios sin emitir sonido.- Suéltalo.-
-Me das gracia, hijo. ¿Es posible que de mí haya salido alguien tan estúpido?- se rio ante lo que me había dicho y sin pensarlo tomé el arma de Garret.
-¡DYLAN!- gritó él antes que pueda apretar el gatillo. Sin embargo, eso no me afectó.
Disparé. Disparé hacia mi padre. Su cuerpo cayó al suelo y sus gritos inundaron la habitación. No lo había matado, le había disparado en el hombro. ¿POR QUÉ MIERDA HE HECHO ESO? Vi que dos policías se acercaron a él y antes que puedan quitarle el arma, disparó. Sí. El también disparó. Solo que no le dio en el hombro a nadie, sino que en el medio del pecho. No tiró contra Julia, no tiró contra mi madre, ni tampoco contra Brooke.
-¡GARRET!- escuché el grito desgarrador de Brooke al ver el cuerpo de su mejor amigo en el suelo. El cuerpo de uno de mis mejores amigos también. ¿Qué he hecho?- Garret, por favor, abre los ojos.- dijo y la madre de mi amigo se acercó a él. Mientras tanto, los policías tomaron al herido de mi padre y a mi madre para llevarlos afuera.
-Tranquila, nunca podría dejarte sola, amiga.- fueron las palabras que escuché por parte de Garret antes que su madre le quitara el chaleco antibalas que tenía puesto, el cual lo había salvado.