Ciento como una débil y delicada luz se reflejan a través de mis ojos cerrados, lo cual hace que me despierte, así que abro los ojos perezosamente y veo el tenue resplandor de la luz del sol que se asoma por las ventanas a darme los buenos días. Me quedo un par de minutos recostada en la cama intentando hacer que el sueño y la flojera se vayan de mi cuerpo.
Cuando siento que ya no tengo tanta flojera de levantarme, me siento en la cama sacando los pies por debajo de mi cobija, me paro y me estiro dando un bostezo al mismo tiempo.
Son como las cinco AM.
Se oye claramente el trinar de las aves que posan en el balcón.
Vuelvo mi cabeza hacia el otro lado del cuarto, la luz que entra a través de las ventanas me permite ver que mi gemela está durmiendo pacíficamente en su cama, así que hago silencio al caminar para no despertarla, ya que ella tiene el sueño ligero, no es como yo que soy terriblemente difícil para despertar.
Repentinamente me da mucha sed, así que decido caminar directo hacia la planta baja de la casa para ir a buscar agua, abro la puerta del cuarto lentamente. Agradecía mucho que ni esta ni ninguna otra puerta de la casa rechinase como las puertas del escondite. Bajó la escalera y esta vez por gracia de Dios no me doy un resbalón inminente.
Voy directo hacia la puerta de la cocina, cuando pongo mis manos en ella me acuerdo de lo que me paso anoche cuando entre aquí, ese pequeño animal, ese panda rojo que estaba en la mesa de la cocina, ahí sentado viéndome directamente a los ojos como si me estuviera pidiendo algo, algo muy importante, pero hasta yo sé que esa imagen del panda rojo era solo un lindo y tierno espejismo que se me presentó igual que el gran danés que vi en mi cuarto sentado encima de mi cama y, aún no logro entender cómo es que ese espejismo del perro logro hacer que se callera la bola de cristal de Mine.
Yo nunca he visto espejismos, pero siempre hay una primera vez para todo, ¿no es así?
Rápidamente aparto la idea y la imagen de mi mente, pensar mucho en eso no me ayudará en nada y en estos momentos menos ayudará a quitarme la sed que se está empezando a intensificar, aparto de mi cabeza todos esos recuerdos de lo que vi anoche.
Incómoda, entro en la cocina y veo todo, como si estuviese revisando el área, como si estuviera esperando a que ese pequeño animal o cualquier otro se aparezca aquí, aunque yo sé que no será así.
Sin ninguna otra incomodidad y apartando la que tengo, entro tranquilamente y me dirijo a la nevera, la abro, saco la jarra de agua hervida y fría, la sirvo en un vaso de vidrio el cual mi madre compró en la misma tienda en la que le vendieron ese sofá color crema que está en la sala, a mí personalmente nunca me gusto esa tienda ni las cosas que venden allí, pero ese juego de vasos de vidrio que ella compró me agradan mucho, son muy elegantes y con clase, me parecen muy encantadores.
Me tomo rápidamente el primer vaso de agua, pero aun así como que no se me quita por completo la sed, así que me sirvo otro vaso completo y me la tomo, esta vez tranquilizando mi sed meto la jarra de agua en la nevera y aunque tengo flojera de lavar el vaso lo hago de todas formas. Si dejo un solo vaso, cubierto o plato sucio mi madre al verlo se molestará mucho, y a mí no me gusta verla de ese modo.
Me seco el agua de las manos, y cuando abro la puerta de la cocina para dirigirme a la sala y sucesivamente a la escalera para subir, ya afuera, siento como algo o alguien me observa, un escalofrío recorre mi columna vertebral que también recorre todo mi cuerpo en cuestión de segundos haciendo que mi piel se ponga de gallina.
Miro toda la sala esperando a encontrar la causa de mi sensación pero no logro alcanzar a ver nada, absolutamente nada, un miedo desconocido se empieza a filtrar en mi corazón, pero rápidamente como alguna vez empezaron todas esas sensaciones desaparecieron como si nada, lo cual me resulta extraño, muevo lentamente mi pie izquierdo hacía adelante pero me detengo con desconfianza, como si delante de mi hubiese una mina, aparto la idea y sigo mi camino hacía la escalera para subirla.
Un poco más tranquila me dirijo al baño del cuarto que comparto con mi gemela, veo que Mine todavía sigue durmiendo así que entro en el baño y le paso seguro, está la posibilidad de que yo aún no esté tranquila del todo, pero eso no tiene nada que ver ya que esa es una costumbre mía, la de pasarle el seguro a la puerta del baño, solo para no encontrarme con que yo este desnuda en el baño y mi hermana por casualidad entre sin ninguna preocupación y me vea ahí, en toda mi divina gloria y privacidad, no me gustaría que mi hermana me vea como vine al mundo. Solo de pensar una escena así se me pone la piel de gallina.
Me sonrió a mí misma con aire de burla, ya que mis pensamientos se están volviendo raros.
Pero que estúpida soy jajaja
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Editado: 27.10.2018