A mamá le faltan unas pocas horas antes de irse a trabajar.
Así que decidió cocinar el almuerzo con Mine, mientras que yo tengo toda la privacidad que quiero en el cuarto que comparto con mi gemela. No podía resultar mejor de lo que yo tenía esperado, así que decido empezar con el maldito plan para poder escapar en la mañana sin que nadie lo notase.
Hacer un plan en mi condición va a hacer algo difícil, pero yo no me rendiré tan fácilmente. Sí, es claro que será difícil apartar a Mine de mi lado, solo para salir sola en una aventura en el bosque donde yo puedo ser presa fácil de algún animal hambriento.
¡Pero qué exageración la mía! Sí que llevo mí imaginación a lo más alto de todo, eso es tan infantil de mí parte, ¡Pero que inmadura soy!
Mi corazón dice que esto va a ser algo muy emocionante, para ser mi primera vez, pero algo en mi tiene todavía dudas de si ir o no a la supuesta “cita” que él decidió sin mi consentimiento, algo a lo que no estoy acostumbrada, y nunca lo estaré.
Realizar el plan en uno de mis momentos de estrés, no va a resultar. Tengo que relajarme, distraerme con cualquier cosita que no sea ese estúpido plan y, eso solo para no entran en un ataque de estrés ligada con enojo, ya que para mí no poder resolver algo es muy estresante e irritante así que decido distraerme con un rompecabezas que forma un bosque hermoso casi igual al bosque de los cerezos, tiene como unas mil quinientas piezas, eso me va a mantener lo suficientemente distraída como para no pensar en el riesgo que tomare por la mañana.
Voy buscar el juego en una mesita de noche que tiene hasta donde yo me acuerdo cuarenta y siete años de vejes. Lo que me impresiona es que está en buenas condiciones y no tiene ninguna rotura o rasguño. Mamá sí que sabe conservar muy bien sus cosas.
La mesita de noche se encuentra en el cuarto de mi madre, (por su puesto, en donde más podría estar) pero extrañamente a ella no le gusta que entren allí, algo que personalmente me irrita mucho, ya que abecés ella agarra cosas mías o de Mine, y las deja en su habitación, no por maldad si no porque abecés las necesita y se le olvida entregárnoslas, como por ejemplo las llaves de la casa o nuestros teléfonos, lo peor es que no importa lo que pase no podemos entrar para tomar lo que nos pertenece, al menos que le digamos a ella y lo saque sin que nosotras entrásemos en su alcoba privada.
Ese tipo de cosas no son normales, los que hacen eso tienen algo que ocultar, no es para nada bueno, y de ahí es donde entra mi curiosidad de saber lo que sea que ella oculte detrás de esa puerta.
Yo no soy una hija que rompe las reglas, las cuales se hicieron para cumplirse, así que decido ir y decirle a mi madre que saque el rompecabezas de su cuarto.
Salgo de mi cuarto y voy por el pasillo, pero, antes de bajar por la escalera, la cual me trae muchísimos problemas, me detengo. Detecto un viento frio, no sé de donde proviene, volteo para todas partes y me doy cuenta que la puerta del cuarto de mi madre está entre abierta, lo cual es muy raro, porque ella siempre la sierra con seguro, pero esta vez no fue así.
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Editado: 27.10.2018