Lo que alguna vez te torturó durante toda tu vida, ahora es fin para un
comienzo.
En las profundidades, estoy sumergiéndome en tinieblas, las dunas han opacado a este voluble ser. Intento salir de aquí y cada vez me sumerjo más en un fondo. Parece interminable y agotador el seguir cayendo a la nada, pues no encuentro suelo firme, mientras me deslizo por la arena suave que me arropa como si fuera cuando era un pequeño, y mi cabeza da vueltas sin cesar. Extiendo mi mano queriendo aferrarme a algo, pero no alcanzo nada a mi alrededor en el cual poder sujetarme, y no quiero tal vez pues, siento que todo está fluyendo en formas circulares, y el oscuro designio de un lugar se me hace presente, en un abrir y cerrar de ojos. Bostezo, una vez, y otra, y otra. Es de noche, y estoy en mi alcoba, estoy aquí. Al despertar el poster en mi espalda de un astronauta, y en la ventana a mi recamara se destilan vientos de una lluvia potente que cae en gran cantidad. La veo, veo a ella, el arácnido que intenta salir. El pánico, me insume cuando cruzo miradas, y mis manos tiemblan recogiendo las sabanas hasta llevarlas a mi rostro. Gregor, debes ser valiente, me digo a mí mismo. No, y me incorporé de la cama, y fui acercándome a la pequeña criatura, esta vez, debía ir hacia a ella, y no ella a mí. Los truenos de la tormenta estaban haciendo estragos, me propuse terminar el asunto de una vez por todas, mi cabeza estaba convulsionada por aquel sueño. Y aún tenía el pálpito de que había otra oportunidad desde la niñez para lograr ajustar cuentas. Estoy cada vez más frente a su figura tímida que se aferra al vidrio, y quiero darle un final, sea bueno, o malo, pero uno digno de ambos que se disputan el asiento de la habitación. No estabas frente a mí nunca, ni aquí, ni nunca. Estaba allí mirándome con recelo. Vamos concluye tu maldito trabajo, elimina la bestia. La que hay en mí, elimínala. No seas cobarde, o lo haces, lo yo haré de ti, una pesadilla viviente. Elimina lo que soy, y lo que por tantos años hice de ti. Tú, hombre espacial del futuro que has destruido el gigante de mi familia, y has vuelto del pasado, al pasado en el que te has sumergido, porque tus cuentas quedaron sin ajustar, y ahora eres un
ser extraviado en el espacio del tiempo sin saberlo, con la oportunidad en el presente del hoy de comenzar todo de nuevo ¡Vamos niño! Elimíname. Sin reparos mis ojos se llenaron de ardor, al tenerlo allí. Recogí del suelo un zapato con la mano derecha, y lo alce cual se alza una espada dispuesto verdugo a destruir a su enemigo. El énfasis de mi acto reprimido, estaba cediendo a una claridad, cuando la gran bestia que aniquilé, quizás no era tan diferente a lo que este niño és. Esa pendencia de un ser lleno de rencor nos llena de odio hasta un día querer acabarnos, y por eso destruí, algo que no debía quizás. Tal vez el verdadero monstruo era ese infante queriendo ajustar sus cuentas, y la madurez, me había ayudado a darme otra oportunidad, en la revuelta. Deje mi zapato en la mesa de luz, y con cierto atino, abrí la perilla de la ventana en medio del aguacero. Observé por última vez a esa araña, e hice un gesto de despedida ¡Vete!, no hay más nada que platicar, ni ver aquí. La indefensa tarántula, caminó en sus ochos patas, y palpó las gotas de agua que se fusionaban con el suelo al aroma del petricor del pasto del patio, y con sumo cuidado se esfumo en ella. Al verla del otro lado, supe que estaba listo para ir a descansar. El viaje había concluido en ese sueño. Y quizás de grande sea un astronauta. No lo sé, si sé, que alguien me estará esperando en un futuro no muy lejano, y compartiremos la vida. –
El pequeño Gregor, se durmió en su interior, y su futuro está por crearse al haber reparado lo que no en su infancia, cuando Reve lo esperé luego de muchos años.
Fin alternativo. -
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Editado: 11.10.2023