Grietas en mi corazón

Somos imparables (Parte dos)

Cuando no tenía asuntos pendientes me dirigía al consultorio de Carlos para platicar un rato.
Y aunque estaba molesta con él no podía evitar ir al chismesito.

—Bueno, por lo que entendí no se volverán a ver, ¿cierto?.

—Exacto, si hay algo que en verdad me molesta son las mentiras, ¡cierto! ¿Puedes creer que mi madre esta desaparecida!?.

—Eso es mentira, tu padre ya hubiera movido hasta las montañas si tu madre no diera señales de vida.

—Mi vida te parece un chiste JA JA JA.
No me molestaba que Carlos fuera sarcástico porque mis traumas resultaban ser buenos chistes a veces, claro, tomándolo del lado inmaduro.

—No, pero si tu madre estuviera desaparecida los medios estarían echos un caos total. No puede desaparecer la mejor reportera solo porque si. ¿Cuanto tiempo tiene que hablaron, la última vez?

—2 o 3 semanas no lo recuerdo muy bien.

—¿Y quien te dijo que estaba desaparecida?

—Antony

—Ay por dioos ¿Desde cuando Antony es una fuente confiable?

—Disculpe. —interrumpió una paciente— me he estado tomando el agua qué se supone que solo es para enjuague desde hace 15 minutos, ¿Me podrías retirar esa manguerita? Y bueno, ¿Ya me quitara el sarro?. 

—Señora ¿Por qué piensa que le voy a quitar el sarro? Si eso es lo único que mantiene sus dientes en su lugar.

Es inexplicable y muy graciosa la cara de la señora, de pronto se torno totalmente roja y durante la revisión no dijo alguna palabra y Carlos y yo de igual manera.

—Y a ti, ¿que es lo que realmente te interesa? , estamos en tiempos de fiestas y pedir deseos, deberías pedir una familia nueva. 

—No me molesta que seas grosero, yo te quiero mucho y por ahora terminaré el nuevo curso de fotografía, aunque pedirle a los maestros que no publiquen algo mío es difícil, todos ganarían muy bien siendo mis representantes, estoy acostumbrada a hacer las cosas bien y siempre ser reconocida, esta mentira incluso me cuesta a mi, daría todo por publicar mis fotos. 

—No soy grosero Maar, y no deberías permitir que alguien lo sea contigo, simplemente tomo las cosas con gracia, yo también deseo que pronto puedas ser alguien libre. ¿Te parece si la semana entrante te quito los brackets?.

—Por favor.

—Haz pasar a mi siguiente paciente, al parecer trae un interesante dolor de muelas.


—Okey pero me debes cien monedas.
Salí y lo último que imagine ver fue a Joan, pero estaba ahí con la cara hinchada. —El siguiente —Dije, no pude soportar y me fui sin avisar pues estoy segura de que Carlos lo entendería.




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