Groandelia

C A P Í T U L O 8

Es un idiota

—Bésame —susurré, esos labios carnosos se impregnaron en mis ojos.

—Alaaaaannnaaa, despierta —los gritos de mi hermana, el sueño se desvaneció por completo.

— ¡Qué acabo de soñar! —mis mejillas quemaban, llevé mis manos hasta mi rostro  para cubrirlo, había soñado con Ethan al borde de darnos un beso, al menos fué un sueño normal, no de esos que me transportan.

 

Caminé despacio hasta el baño para ducharme, las gotas de agua empezaron a caer por todo mi cuerpo, sentí un hormigueo recorrer mi cuerpo por el simple hecho de haber soñado dando un beso, es la misma atracción que sentí en el palacio. Salí de la ducha, empecé arreglarme. Lista para otro día de instituto, el último año escolar a veces se vuelve sentimental y tedioso.

Bajé los escalones, caminé hasta la cocina y tomé  mi jugo de naranja que nunca faltaba en la mañana, me despedí de Celi haciendo señas con las manos, ella estaba hablando por su móvil se veía feliz, me encantaría verla salir con alguien, se acercó y me dio un beso en mi frente, Recogí mi maleta del sofá para salir, Damián y Sofi me esperaban.

Tan pronto ingresamos al salón de clases empezamos, ¡oh no! otra vez con el profesor Logan Charlen, Ciencias Sociales, aún seguía avergonzada por lo que pasó anteriormente, ahora si tenía que poner atención para que no me llame la atención, Ethan ingresaba caminando despacio chocamos miradas y me devolvió una sonrisa a boca cerrada dejando lucir esos labios carnosos, sentí un ligero cosquilleo.

 

—Srta. Miller, venga un momento —Sonó la voz del profesor Logan tan firme y seria.

—¡Ahora que hice! —reprimí bajando mis hombros, caminando hasta su escritorio.

—Necesito que llevé estos documentos a la profesora Anna, se encuentra en la sala de profesores —terminó de hablar y me entrego los papeles.

—¿Por qué a mí? —susurré, caminé despacio hasta la puerta miré a Sofi que me daba unas muecas de disgusto al igual que Damián.

 

Nunca me ha gustado ser la chica de los recados de los profesores, para eso estaba Samanta era la chica aplicada de la clase, le encanta hacer los recados y ayudar a los profesores. Los pasillos estaban vacíos todos estaban en clases, golpeaba los documentos en la parte posterior de mi pierna, ni siquiera sabía dónde quedaba la sala de profesores, habían hecho algunos cambios que ahora no sabía dónde quedaba. Estaba perdida en mi propio instituto, alguien se acercó.

 

—¿Necesitas ayuda? —dijo un chico, sus ojos marrones deslumbraban, su piel blanca lúcida, no sabía que habían chicos guapos en mi instituto era despistada, quedé estática.

—La sala de profesores —balbucee. Me devolvió una sonrisa.

—Gira a la izquierda y te vas hasta el fondo ahí queda la sala de profesores —lo miré hablar, las palabras salían de su boca con delicadeza.

—Gracias —fue lo único que salió de mi boca, estaba nerviosa era un chico atractivo. Tranquilícense hormonas, últimamente están alborotando mi cuerpo murmuré.

 

Seguí las instrucciones que me dio aquel chico, llegué di dos golpes a la puerta y nadie respondió, abrí despacio era un pequeño pasillo para ingresar caminé hasta el fondo, no encontré a nadie hasta que escuché un ruido agudo, me dio escalofríos caminé para ver de dónde venía ese ruido.

 

La curiosidad mató al gato.

 

Encontré al Teacher con la profesora poeta en pleno acto de amor, uniendo sus labios apasionadamente. Hice una cara de disgusto, dejé los papeles sobre la mesa y Salí de ese lugar, un escalofrió recorrió mi cuerpo al topar la manecilla de la puerta.

Sofía me preguntaba una y otra vez si había visto un fantasma por mi rostro de espanto que tenía, intenté tranquilizarme, la hora del profesor Logan finalizó, para continuar con la profesora poeta, no sé cómo la iba a mirar después de lo que vi. Ethan caminó hasta mi asiento preocupado, eso hacía que mi corazón latiera más, como si se encendiera una chispa de emoción dentro de mí.

—Te sientes bien —me dijo tomando mi mano, sentí una electricidad recorrer mi cuerpo.

—Está así desde que fue a dejar esos papeles —dijo Sofi, un poco sorprendida de la presencia de Ethan junto a nuestros asientos.

—Estoy bien no pasa nada —Dejé salir una sonrisa fingida. Relajé mi rostro para minimizar la tensión, no sabía si ellos eran pareja, un tema que no es de mi incumbencia.

 

Ethan regresó a su asiento, la profesora poeta ingresó y su mirada impregnó en la mía, respiré despacio, ella no sabe quién dejó los papeles pero me imagino que debió preguntarle al profe Logan, empezó a dar clases, todo tranquilo hasta que.

 

—Srta. Miller acérquese un momento —reprimió, mirando sus apuntes en el escritorio.

—Otra vez —susurró Sofi. Al momento que estaba saliendo de mi asiento para caminar hasta la profesora. Hice un gesto con el rostro.

—¿Usted ingresó a la sala de profesores? —murmuró mirándome fijamente. Mordí mi labio inferior.




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