Después de todo lo sucedido, me encontraba en cierta manera más tranquila y relajada. Posiblemente descargar mis emociones y enfrentarlas suponían una prueba para mí, a la vez que una mejora en mi salud.
El día transcurrió apacible, por mucho demasiado a lo que había esperado. Tener un día normal como el que hace varios días no se presentaba, disipaba mis temores provocados por esa sensación extraña; por un lapso podría sentir como la serenidad regresaba a mi vida.
Finalizando las clases, Nathan me acompañó al salón de teatro para así poder ingresar a tiempo; dado que hoy se declararía la obra que presentaríamos en noviembre.
Al ingresar, el salón se encontraba repleto de alumnos inquietos y ansiosos por conocer cuál sería su labor en la obra.
La profesora titular dio un anuncio una vez se encontraban todos presentes, precavida de una posible agitación.
—Como bien sabrán, tenemos poco menos de un mes para preparar nuestra obra en noviembre, pero además he de anunciarles que algunos alumnos de preparatoria colaborarán con ustedes y viceversa, dado a que necesitaremos la mayor diversidad de actores posible. —Pronunciando esto, la profesora se mostraba expectante hacia nuestra reacción.
—Disculpe, ¿eso significa que realizaremos una adaptación en base a una gran obra? —cuestionó Anerís, un compañero del grupo que le seguía al mío; poseía un gran carácter y actitud de optimismo y competencia, así que siempre era el que más intervenía debido a su extraordinaria energía.
—No exactamente, preparatoria mostrará su propia obra y nosotros haremos lo mismo —prosiguió la profesora—. En resumen, cada área presentará su propia obra; sólo compartiremos el equipo, en donde se incluirán algunos de ustedes. En fin, ya he tomado una decisión con base a sus elecciones. —Tomó una pausa, en espera de captar nuestra absoluta atención— Nuestra obra principal será «La muerte impasible», es una obra reflexiva y no es bastante pesada, por lo que cualquiera será capaz de comprenderla; como acto final tendremos «El ruiseñor y la rosa» de Oscar Wilde.
Entre varios compañeros se escuchó una gran exclamación de asombro, volviendo su atención a las palabras de la profesora.
—Si ustedes desean interpretar un personaje en particular, deberán presentarse a las audiciones la próxima semana. Les entregaré los guiones para que puedan prepararse.
Todos parecían extasiados con la idea de coadyuvar con el equipo de preparatoria y tener la oportunidad de presentarse en su obra; ellos interpretarían «El fantasma de Canterville», y sería la primera en el escenario. Incluso yo me sentía nerviosa por participar en la audición para el personaje principal de «La muerte impasible», porque ese era el que yo deseaba interpretar en especial; era un personaje complejo, intrigante y atrayente a la vez. Por primera vez sentía un increíble deseo por interpretar a un personaje, era de alguna manera una sensación emocionante.
El resto de la clase, continuamos con ejercicios de vocalización y demostración de reacciones ante diversas situaciones aleatorias, así como la representación mímica de los estados de ánimo.
A causa de mi deseo por obtener el papel principal, me llevó a estudiar el escenario en el que se daban los acontecimientos y profundizar en los factores que afectaban a los personajes; todo gracias a la ayuda de Nathan, quien en nuestros espacios de tiempo libre me brindaba consejos y ayudaba a practicar, mejorando mis posturas y modulando mis expresiones.
—¿Podrías modificar la tonalidad de tu voz y agravarla un poco? —solicitó Nathan examinando firmemente mis ademanes—. A pesar de que el público en ese momento no vea tu rostro, debe ser capaz de inferir que expresiones estás utilizando, y una herramienta muy útil para transmitirlo es la voz —agregó dando sutilmente un apoyo en mi hombro—. Tu postura es esencial para demostrar tu presencia, así que es bueno que te mantengas de forma erguida, pero también deberías relajar tus hombros y sería mejor si no cerraras demasiado tus brazos. Debes recordar que eres un ser que no se atiene a las etiquetas humanas.
—Mmm... Nathan, ¿tú no adicionarás para un papel? Creo, yo pienso que tú eres más adecuado para este papel que yo. —Me aventuré a preguntarle a Nathan en un intento de descifrar sus pensamientos. Esta era la primera vez que tenía a Nathan tan cerca como compañero de actuación y me asombraba la cantidad de conocimientos que compartía conmigo, era el mejor maestro que había tenido nunca, yo ni siquiera podría compararme con él.
—En realidad no, estaría bien con cualquier papel que me ofrecieran; pero voy a participar en «El ruiseñor y la rosa» —sentenció Nathan ofreciéndome una de sus cálidas sonrisas.