Guardianes: Los héroes aztecas.

CAPITULO 12

P.O.V Nathan

Las cosas no podían estar mejor no escuchaba la voz en mi cabeza, y estaríamos más cerca de acabar esto, lo que en realidad estaba mal, eran las cosas entre Marcos y Diane, de un día para otros se corrieron rumores de que ella estaba embarazada, después de que era anoréxica que las mismas de la porra terminaron haciéndola menos, y ahora la echaron del equipo en lo que averiguaban su situación esta avienta su comida mientras habla con nosotros.

—¿Pueden creer que me hicieron pagar el maldito uniforme? — Estaba realmente molesta, pero mis ojos se conectan con Marcos quien va con otra chica de aspecto raro, me daba mala espina toda la situación por que podría jurar que ella no iba en esta escuela —. Nathan...

Estos se pierden entre la gente...

—Perdón — Me disculpo, mientras veo como se acercan chicas a burlarse de Diane. Ella las ignora, mientras sigue comiendo. Esto estaba siendo realmente malo para ella, ahora había perdido sus privilegios de porrista, y estaba en nuestra mesa con los nerdos.

En la salida estaba Adeline con los chicos, estaba recargada en un chico alto, al vernos corro a saludarla, quien me abraza, nos estaban mirando demasiado, mientras murmuran.

—¿No iban a venir mañana? — Pregunto.

—Decidimos venir hoy, para tener más días — Me contesta, alegre.

—¿Y Dylan? — No lo miraba entre la multitud, pero Owen me hizo una seña de que era mala idea, pero era demasiado tarde ya había abierto la bocotá.

—El ya no estará con nosotros — Había un silencio incomodo —. Ella es Malak, es hermana de Malek, y él es Daarick.

—Y yo soy Albert — Este sostiene mi mano con bastante fuerza para ser alguien más delgado que yo.

Me presenta a los nuevos integrantes, quienes asienten, caminamos hacia el museo estaba un poco lejos, pero era raro caminar entre muchas personas que son extraños, tenía muchas dudas sobre Dylan, pero algo no me cuadraba, siento un escalofrío en mi espalda.

Veo como por el rabillo de mi ojo una silueta negra pasar por mi costado haciendo que el tiempo se detiene, al parecer Adeline y yo solo podemos movernos, ella me jala, pero caemos, hacia lo que es nuestra perdición mi piel arde, el mal presentimiento había tardado bastante en tomar acción.

—Adeline ¿Dónde estamos? — Ella está temblando, no reflejaba el miedo en su cara.

—Seth... — Veo como una silueta formarse de la tierra para tomarla del cuello, corro para impactar mi costado hacia la persona haciendo que ella caiga, mientras titubea.

—Adeline, este es un sueño — No sabía que estaba pasando todo había pasado tan rápido, que pensaba que era un sueño, pero si fuera así ¿En qué momento habíamos dormido? ¿Y desde cuando se puede tener control de los sueños? Una risa se escucha a nuestro alrededor.

—¿Les gusto la bromita? — Enserio, ¿Esto era denominado broma? Adeline se levanta, y como puede, veo su manos en llamas, por primera vez veía la fortaleza de ella, de eso era lo que hablaba el abuelo, esa fortaleza que se miraba oculta, quería imitarla.

—¿Quién eres? — Grita, esperaba que no que se quedara afónica.

—Soy el hermano de Quetzalcóatl... — Trataba de recordar quien era pues con su sola silueta era imposible.

—Existen 3 regalos, 2 elegidos y un vencedor — La neblina nos rodea, era difícil ver. Tomo la mano de Adeline pero esta se suelta para correr tras la silueta —. Que gane el mejor.

La voz se escucha en mi cabeza tan fuerte, que al abrir los ojos me doy cuenta que estoy apoyado en la pared, de lo que parece ser un callejón, la primera cara que veo es de Diane, que me abraza, comienza a llorar en mis brazos, veo a mi alrededor y es inevitable ver a Malek que tiene su mano vendada y Adeline sigue inconsciente, trato de levantarme y recuperarme.

—¿Qué paso? — Me agarro la garganta tenía carraspera.

—Parece que ustedes tienen la respuesta — Me dice Daarick molesto.

—Adeline, me quemo la mano... — Veo la herida, estaba muy mal.

—Le hemos dicho que vaya al doctor — Su hermana estaba realmente preocupada.

Teníamos que ir de nuevo con el abuelo, no tenía fuerzas para levantarme, me recuesto en las piernas de Diane, mientras ella me acaricia el cabello, esperábamos que Adeline despertara, pero entre más minutos pasaban más nos preocupaba, solo lanzaba quejidos, trato de concentrarme y ver quien había dentro de la prisión de mi cabeza, pero era imposible, el bullicio me impedía conectarme.

—Hay que irnos de aquí, podemos vernos sospechosos — Indica Samuel, mirando a las personas pasar.

—Dámela, yo cargo a Adi — Le dice Owen a Malek, pero este se niega, después de un rato se la entrega a Owen, él estaba cansado, su mano herida, no tenia caso luchar en contra de lo que sentíamos.

—Vamos a mi casa — Nos indica Diane suspendiendo la ida al museo.

Estaba preocupado pues Adeline, no respondía, había estado inconsciente por casi una hora y apenas se movía, cambiaba los paños de agua cada vez que se ponían caliente, el sueño la había impactado tanto que si habla era lanzar un quejido estaba sufriendo, algo estaba mal y ella no podía regresar.

—Tal vez un beso de un príncipe azul la despierte — se acerca James tratando de besarla, pero Malek lo empuja —. O un sapo, rífatela, Albert.

Nos causa risa, pero la preocupación era mayor era ella, la estaba pasando mal, no sabía por dónde iniciar, ella no me había dicho mucho, casi no hablamos de eso, no estaba preparado.

—¿Qué haremos Nathan? — Me dice Noah, me quedo en blanco no sé qué hacer, todos me miran, si tuviera alguna idea la diría, pero estoy en blanco, no sé qué hacer.

—Nathan ¿Qué vamos a hacer? — Me dice Anthony.

—Esto... — No sé qué hacer.

—¡Nathan! Responde — Me acorralan en una orilla, no sabía que hacer estaba realmente en shock.

—Déjenlo lo están agobiando — Se interpone Amira y Diane, evitando que se acerquen a mí pues me sentía presionado —. Ni Adeline lo hizo sola, ¿Por qué el sí? ¿Por qué confían todo a alguien en lugar de hacer algo también?




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