Estaba sentada en silencio leyendo, quería preguntarle qué había pasado en sueño, pero no quería ser irrespetuoso, me siento enfrente de ella, y ocasionalmente la miro, leo el libro, pero un fragmento me suena, pero no sabía a qué exactamente.
"Los caminos de la existencia están hechos de encrucijadas. Lugares de encuentros y separaciones, de convergencia, así como de divergencia, de meditación, de espera, de revelaciones o apariciones, las encrucijadas son centros neurálgicos donde se define el destino de los individuos y las colectividades"
—Adeline... — Al hablarle ella se acerca a mí, mientras lo lee.
—¿Qué pasa? — Ella no sentía lo mismo que yo al leerlo.
—Nada... creo que estoy cansado — Digo, ya era noche, por lo que nos acomodamos en el piso a dormir, las chicas duermen en la cama, pero por más que trataba simplemente no podía dormir, seguía pensado por que ese texto tenia tanta importancia en mí, por que me resonaba tanto, escucho la cama moverse para unos pequeños pasos abrir la puerta, una de las chicas había salido, me espero unos momentos para ir tras ella, Adeline estaba recargada en el marco de la puerta.
—Te estabas tardando... — Me sonríe, estaba descalza y su aura lucía serena.
—¿Cómo te sientes? — Camino con ella hacía la cocina. Recargo una de sus manos en mi brazo para ayudarla a bajar, sentía que seguía débil.
—Físicamente bien, emocionalmente no lo sé — Se sienta en una silla, tomando sus manos para hacer círculos con sus pulgares —. ¿Y tú?
—He estado peor... — Me siento delante de ella, dándole un poco de agua.
La miro, y ella esquiva mi mirada, estaba ocultando algo, pero quien era yo para cuestionarla.
—¿Qué me querías decir? — Pregunto y ella sonríe.
—Yo te voy a entrenar para que seas el mejor — Trataba de ver su reacción, pero estaba serena, había cambiado.
—¿Para qué? Si te tenemos a ti — Ella se ríe, pero al mismo tiempo comienza a llorar, me acerco a ella y la recargo en mí, para que llore, necesitaba liberarse, el saber que está temblando me hace dar cuenta de que esta asustada, me quedo con ella hasta que se calme, pero llora hasta quedarse dormida, me dolía verla así, no la conocía, pero entendía su sentimiento. El sentimiento de llorar hasta quedarse dormido por que no sabes que hacer, por que no sabes si hay algo malo en ti. La tomo en brazos, para recostarla en el sofá, me comienza a dar sueño el único lugar disponible era en el piso, por si se despertaba me pisaría y me despertaría.
No tardo mucho en quedarme dormido y lo único que es capaz de levantarme es como mi pantalón no paraba de vibrar, me levanto y veo que es un numero desconocido.
—¿Bueno? — Pregunto medio dormido, veo con Diane baja con Amira y Malak.
—Kinekiltia — No sabía quién era, la voz no era conocida —. Sal afuera.
Este cuelga, pero me pedía que saliera, acaso era una broma, pero sonaba tan real.
—¿Qué pasa? — Me pregunta Amira.
—Alguien me dijo que saliera... — Tenía un mal presentimiento, algo no me cuadraba.
—Sal para comprobar, voy a llamar a los chicos — Malak sube para llamar, mientras yo veo por la ventana un chico encapuchado listo para atacar, las flores de la entrada se habían marchitado, todos estábamos en la entrada esperando pues una amenaza se había hecho.
Se quita la capucha mostrando quien era en verdad...
—Marcos... — Su cara se encontraba repleta de marcas rojas en forma de un calendario, adeline se abre paso para ponerse detrás de mí y poder ver con mayor claridad.
—¿Te gusta mi nuevo estilo? — No sé por qué había pasado esto, ni que era lo que había pasado exactamente como es que él, se había convertido en esto.
—Marcos, ¿Qué te paso? — Pregunta Diane, sorprendida, él era una mala persona, pero a Diane aún le importaba, ella marca su distancia.
—Soy fabuloso, lo sé — Se admira así mismo, Adeline se acerca a mí "mira sus ojos" me susurra, no era Marcos, era solo el caparazón.
—¿Quién eres y que le hiciste a Marcos? — Grito.
—Wow tienen buen ojo — Una sombra negra sale de su cuerpo, dejándolo caer, haciendo que las marcas de su piel se desvanezcan, nuestros ojos se cruzan un segundo, lagrimas caen, se arrastra hacia nosotros, llorando y pidiendo piedad, para después escuchar un crujido y ver su cuerpo cae como si nada ante nosotros, era carne impactando contra la acera.
—Está muerto... — Digo en un susurro hacía a mí...
La sombra negra vuelve al cuerpo de Marcos, pero este ya no era él, pues había visto el momento donde sus ojos habían perdido la luz.
—Su cuerpo sigue vivo gracias a mí — Mueve sus manos para que veamos.
Estaba en shock por ver a Marcos, su último aliento era pedirme ayuda. Pedir ayuda a la persona que el más odio, pedir ayuda a la que fue su novia, Diane se deja caer siendo Owen quien le da su apoyo a pesar del ambiente.
—Esto es para ti, Sejmet — Lanza un trapo, este se queda mirando con satisfacción, me acerco a él para atacarlo, pero este desaparece, la voz en mi cabeza se había liberado de la prisión de mi cabeza, ahora lo escuchaba, me comienzo a callar a mí mismo pues la voz me estaba hablando aún más fuerte, me estaba aterrizando, Diane me toma de la mano, para poderme centrar.
Pero era demasiado tarde, como es que lo había dejado salir, cuando lo había dejado salir, comienzo a golpear mi cabeza, pues la voz se reía y fragmentaba cada recuerdo, cada momento, mi piel comienza a arder, mientras una luz verde hace que me ilumine empujando a todos, agua sale de mi boca parecido al bilis, para dejar salir una sombra de mi boca, había absoluto silencio en mi cabeza.
—Hey ya estas bien... — Me dice Owen mientras me ayuda a ponerme de rodillas, mi mente estaba en silencio, por primera vez podía escuchar mis pensamientos con claridad. Noah suelta a Adeline una vez que piensan que no corre peligro, se acerca cuidadosamente y con una rama lo mueve para caer de rodillas a llorar, nos acercamos, era un suéter manchado de sangre, no reconocía de quien era.
#7274 en Fantasía
#1604 en Magia
diosesaztecas, guardianes protectores, dioses semidioses guerra amor
Editado: 05.04.2023