P.O.V Adeline
Era difícil mantenerse en calma, teniendo a la persona que tanto extrañaba de vuelta cuando el que se suponía que era mi pareja y yo estábamos en malos términos, después de la rencilla que tuve con Dylan ponemos todas las cosas en el piso para comenzar a leer periódicos viejos.
—El año donde se descubrió la vasija fue un año antes del divorcio de mis padres, tal vez esas cosas siguen en el sótano — Digo al grupo en general.
—Recuerda que teníamos prohibido entrar — Ignoro a Dylan mientras trato de encajar las partes, me sentía mareada.
—Ya mañana investiguen… Hoy vayan a dormir… — Nos pide Malak, teniendo en cuenta mi estado —. Anthony antes que te vayas recupera a Adeline.
—No… Hagan lo que hagan será inútil. Soy un recipiente con hoyos, aunque me den todo el poder, jamás será suficiente, todo lo drenaré.
—¿Entonces eres un colador? — Pregunta James haciendo que me ría, tenía mucho sin reírme de esta manera, que hace que resienta mi costado. Ellos lucían preocupados, pero estaba demasiado asustada para haberles dicho.
—Lo siento… Me acostumbre a mentirles con tal de salvarme… — Les pido perdón, pero ya le había mentido tantas veces que era una constante en mí, el no poderles decirle la verdad, el mentir por mantener las cosas como están.
—Lo sabemos… — Dice Samuel, mientras cierra la puerta. En la tienda nos quedamos Malek, Malak, Nathan, Silas, Diane y obviamente Dylan quien se negaba a irse ahora. Quería estar en calma, pero era imposible, las ideas no se quedaban en mi cabeza, me levanto de lo que era mi cama, más bien era un tendido cerca de Malak, y aún lado de Diane, todo estaba apagado al salir, con cuidado me sitúo en una esquina, miraba a las personas pasar.
La puerta de una de las habitaciones se abre, era Dylan. Volteo la cara pues no quería hablar con él, sirve un vaso de agua, mientras se acerca hacía mí. Ninguno de los 2 habla en un rato, yo solo reviso mi celular intentando no hablar. Él se queda allí sin decir nada.
—¿Qué pretendes? — Le digo mirándolo molesta, las luces de los carros pasando a su lado le daban a un aspecto más maduro —. Te vas por meses, te llame por días y ni siquiera un mensaje. Estaba tan preocupada por ti, por eso te pregunto ¿Qué pretendes con volver y actuar como si nada pasará?
—Solo pensaba en arreglar las cosas, en actuar normal hasta que esto acabe…
—¿Y volverte a ir? — Le recrimino bajando la voz.
—Adeline, tenía miedo a morir — Me dice alzando un poco la voz, pero sin llegar a gritarme.
—Huiste como cobarde, ¿Crees que una maldita carta me iba a responder las interrogantes? O más bien era ¿Por qué no crees que soy lo suficiente capaz como para salvarte? — Le digo molesta, mientras estrello las manos en la mesa.
—No, quieres que sea sincero. No creo que seas capaz — Se levanta alborotándose el cabello de la desesperación —. La última que lo hiciste nos mataste a todos, morí y todo se hubiera resuelto si de un principio Seth hubiera tenido los malditos objetos.
—Pero al final salvamos el mundo, y gracias a eso estas aquí respirando — Ahora sonaba más a una discusión, las luces del pasillo se prenden dejando ver a los chicos.
—¡Felicidades! Salvaste al mundo. Pero ahora dime Adeline ¿Esta vez podrás salvarte tu del mundo? — Ambos nos quedamos en silencio. Estaba sorprendida de lo que acaba de salir de su boca. Analizando lo que dijo. Este se acerca mientras doy un paso hacia atrás.
—No, no podré salvarme porque esa es la voluntad de los dioses. Pero no me iré sin intentar algo para cambiarlo — Le digo limpiándome las lágrimas, Malek me sostiene del brazo, también con él tenía las cosas inconclusas, respiro un poco antes de volver a hablar, tenía que mantener la calma —. Puedes irte o quedarte sinceramente me da lo mismo.
Meto la mano en mi pantalón para lanzarle el cuarzo, mi cuarzo, si estaba herido por lo menos eso podría ayudarlo con cosas sencillas.
—Tenemos que dormir, mañana iremos a mi casa. Le preguntaré a mi madre sobre las cosas de mi padre, pero tal vez debamos de contarle la verdad de todo esto. Y después iremos con el abuelo.
—Lo siento — Me dice Dylan, pero solo consigo sonreír. Todos comienzan a entrar a su cuarto, quedándonos solos Malek y yo. No quería pelear con él.
Este me toma la mano para guiarme hacía otra habitación, esta estaba completamente limpia, no había nada más que una cama, me sienta en la cama sin decirme nada, pero quería abrazarlo, no estaba acostumbrada a estos problemas con el que no sabía cómo solucionarlo.
—Princesa, mañana será un día largo… — Me habla como si no lo hubiera lastimado el no decirle que lo amaba —. Perdóname no debí de hablarte así. Estaba demasiado celoso… y molesto… Te exigí que confiaras en mí olvidando que la confianza se gana…
—Hey… Si confío en ti, pero me asusta… Todo esto me asusta… Me asusta el volverte a perder… — Le digo llorando, recordando verlo entre las cenizas, sus ojos redimidos a morir, toda mi vida estaba rodeada del acto de la muerte y de la resurrección pero que me garantizaba que la siguiente no sería el límite de vida…
—A mí también me asusta perderte Adeline, por eso no es fácil para mí, el hecho de que me hayas ocultado de que estas muriendo — Estaba herido, lo guío hacia la cama para hablar con él.
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Editado: 05.04.2023