Guardianes: Los héroes aztecas.

CAPITULO 25

P.O.V Nathan

Al entrar a la casa de Adeline, esta emanaba un ambiente cálido, me hacía extrañar mi hogar, la madre de esta estaba haciendo la comida, ella se sorprende al vernos, pero más al ver a su hija sin su yeso, saluda con un beso a Dylan mientras presenta a Malek como su novio, era incomodo, pero también era algo extraño, todo se sentía como si fuera una simulación.

Nos sentamos en la mesa que había allí, mientras la señora West nos sirve unas tapas, miro a Adeline esperando el momento, ella hace una seña para ir a la cocina donde su madre estaba escuchando música, las voces de los chicos llegaban hacia nosotros.

—Mamá, Nathan está haciendo una investigación en la prepa sobre mi papá y quería ver la vasija de Tlaloc, ¿Sabes dónde está? — Esta pregunta mientras toma un cubo de queso, que su madre agrega a la pasta.

—La vasija verde ¿No es así? — Ni siquiera sabía cómo era, así que asiento con la cabeza.

Era como si ella no nos quisiera contar pues hace una mueca, mientras piensa un poco. Ella nos cuenta una historia donde nos podría jurar que la vasija que buscábamos con tanto anhelo jamás existió, solamente el padre de Adeline temía que le quitaran los fondos, con los que alimentaba a su familia, por eso decidió mentir sobre ello, Silas se acerca a mitad de lo que contaba la historia,

—Mi padre no es un mentiroso — Adeline se miraba molesta. Por lo que me habían dicho los chicos ella amaba y admiraba a su padre, ella realmente quería a su padre —. Él jamás haría eso.

—Nathan, si quieres realmente investigar sobre alguien. Te recomiendo que no sea sobre mi exesposo.

Eso realmente nos deja pasmados a ambos. Silas me saca al pasillo, donde Diane me esperaba, estaba nerviosa.

—¿Qué pasa? — Le pregunto a Diane.

—Siento una presencia extraña, algo no está bien aquí… — Me dice mientras una luz sale por su propia de la mano de Silas. Esta nos guía por detrás de sus escaleras. Adeline sale, para mirar la luz, mientras la sigue por su cuenta. Nosotros vamos con cautela, aunque era su casa, sabía que se le debía respeto, la luz se extingue en una pared, que suponía que era el sótano. Silas, se toma de la cabeza, escuchando las voces. Algo había detrás, que nos invitaba a entrar, nos acercamos a la puerta, esta tenía un gran candado que nos impide entrar, sé que tal vez actué mal, pero el extrañar el hogar se hace más fuerte.

Pongo mi mano delante del gran candado, para hacer que esta se abra y se caiga al piso siendo atrapada por Diane, la puerta se abre dejando ver un oscuro pasaje de telarañas, Silas pone la mano para atraer todo.

—Te juro que en este momento la menor de mis preocupaciones es ser Spiderman… — Dice en modo de gracia, pero una voz nos guiaba hacia adentro, nos invitaba a entrar, Adeline cierra la puerta, dejándonos a nosotros 3.

El ambiente cambia al cerrarse la puerta, se podría decir que se miraba solitaria, pero en realidad era peor que eso, era un ambiente aterrador. Todo estaba cubierto de telas blancas como si el cubrirlas hará que las cosas desaparezcan, escuchaba algo parecido a cosas moviéndose, Silas, señala un resplandor verde, saco mi celular para comenzarlo a aluzar, había muchas cosas que nos impedían el paso, mayormente eran cajas, trato de mover una con mis poderes, pero esta no se movía.

Algo parecía querer que la abriéramos.

—Son diarios… — Dice Diane, tomándolos para adentrarlos a su bolsa, algo se cae detrás de nosotros, haciendo que nos asustemos.

—Debemos de salir rápido de aquí… — Les digo mientras ayudo a Silas a alcanzar, al tocar la vasija una onda expansiva hace que el polvo se levante, esta suelta la vasija al mismo tiempo que ambos caemos al piso, comienza a tener una convulsión. Diane tomo la vasija, mientras pedimos ayuda, pues no lograba controlar las convulsiones Adeline entra rápido con su madre, quien nos apoya.

Las fluctuaciones de su energía hacen que el ambiente se vuelva demasiado frio.

—¡Anthony! — Grito llamándolo, mientras Adeline trata de poner sus manos arriba para darle un poco de su energía —. Detente.

La señora Mercy pide una explicación, pero es respondida, al momento que Anthony llega para detener sus convulsiones, esta señora esta asombrada, pero al mismo tiempo asustada, no reconocíamos a Adeline, quien estaba sentada mirando y tomando un poco de la energía que salía por los colaterales, su piel pálida comienza a tomar un poco más de color.

Las convulsiones se detienen, al mismo tiempo que abre los ojos, y respira. Este lo estaba pasando mal, en verdad lo estaba pasando mal, pues la habitación tiene un ambiente cálido, que sirve para que él se incorpore.

—¿Estas bien? — Le pregunto mientras este asiente sentándose.

—No dejen que lo tome otra vez… Nosotros no deberíamos de tocar nuestros objetos… Malas cosas pasan… — Un estallido suena en mi cabeza, la prisión que le habíamos hecho a Witsi ya estaba abierta por completo, me tomo de los oídos, mientras el me pide tomar el control, me pide tomar el mando, abro los ojos para verlo delante de mí, sabía que era una ilusión, sabía que no era verdad, pero aun así estaba aterrado.

“Te dije que volvería, te dije que te tendría…” Era cierto, él estaba tomando mi control.




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