Una perfecta y blanca luna alumbra nuestros galopes, la fría brisa acaricia nuestros rostros. Seis jinetes nos adentramos en la oscura noche en busca de nuevas aventuras, al parecer ya la hemos encontrado.
El guía se detiene sobre un monte elevado, su mirada se posa sobre un poblado humilde al pie de monte. Sus señas nos indican que debemos seguir pero a pie. Ya que el poblado está cerca.
Baje y amarre mi corcel con una estaca al verde prado. Corrobore que mi espada y mi látigo de metal estuviesen en mi cinturón. Bajamos por la pendiente con sigilo, nos vamos acercando al pueblo el cual no parece estar habitado.
Pero de ser así quien dio aviso de que estaban siendo atacados, O quizás habíamos llegado tarde y eso, era peor.
Techos de paja, madera descuidadas y ventanas entabladas sin señales de vida humana en los alrededores. De repente un extraño ruido nos alertó a pocos metros de nosotros, era en la otra calle.
Nuestro guía de ojos azules, levanto dos dedos en dirección al sonido y dibujo un círculo con ellos. La orden era clara y concisa ,nos separaríamos en dos grupos y rodearíamos la zona hasta llegar al origen del ruido.
El joven Aarón y yo seguimos a Rita en total silencio y con mucha cautela por la izquierda, rodeamos y revisamos las viejas casas sin encontrar nada, desde el otro extremo de la calle ,se asomaban tres guardianes más, al parecer nada por allá tampoco.
Nos reunimos nuevamente ,no había nadie, esto estaba abandonado.
-nos vamos ¡-hablo el guía. Asentimos con la cabeza y nos dispusimos a volver.
Una rara sensación me inundo erizándome la piel, por el rabillo del ojo, a mi derechas, me pareció ver a alguien .gire rápidamente mi vista y ahí estaba al final de la calle una figura de pie, justo por donde habíamos pasado hace un momento.
A lo lejos me le quede viendo intentando descifrar de quien se trataba. Este ser sonreía ¿ o es que mi mente me jugaba una mala pasada -pensaba.
-Viscent…- Voltee a ver a mi grupo, pero estos se había adelantado unos cuantos pasos de mí.
era en vano, no me escuchaban. Volví la vista al final de la calle y ya no había nadie. Un vértigo se apodero nuevamente de mis manos, las cerré y note que estas estaban frías.
Sin perder más tiempo corrí hasta ellos. Se encontraban parados en la otra esquina.
R: no estamos solos, había alguien en…- Ninguno contesto, ellos veían con atención hacia adelante -Que es lo que sucede?
Con la vista vi por entre medio de ellos, a una bestia demoniaca, como la de aquella vez, estaba en medio del camino.
Viscent vio a aron, el joven guardián, este desenvaino su espada y dio dos pasos hacia esa cosa, pero se detuvo de inmediato. Ya no era una, sino tres, dos más salieron desde las sombras de la casa. Pero eso no era todo, los techos de las casas comenzaron a crujir, sobre estos aparecieron más bestias rodeándonos por completo.
Aron retrocedió, Dos de los guardianes cargaban sus arcos, Rita tomaba dagas de su cinturón, Viscent y yo cruzamos miradas fugases y desenvainamos nuestras espadas. Juntamos nuestros hombros formando un círculo en medio, cubriendo un flanco distinto cada uno.
Las bestias se abalanzaron sobre nosotros alternándose en grupos , podía sentir el filo de mi espada penetrar sus oscuros lomos, las flechas pasaban como relámpagos atravesándolos, las dagas veloces de Rita siempre daban en el cráneo, Viscent luchaba con dos a la vez, nos defendíamos hábilmente, pero estas nos superaban en número y fuerza.
Las bestias continuaban saliendo de entre los tejados y las casas, era como si se reprodujeran de la nada, matábamos dos y aparecían tres. Aron cayó al suelo, este resistía a los dientes de la bestia sobre él, cruce de mano mi espada, tome mi cordón de metal, lo avente sobre la bestia con fuerza, se enrollo en su peludo cuello, el gancho se le había enterrado, gimió de dolor y tire con fuerza, cayo debajo de mí y la punta de mi espada la esperaba con ansia. Aarón intento reponerse ,pero había sido mordido en un muslo.
El ataque seso, pero las bestias seguían observándonos desde los tejados. la pierna del joven sangraba, casi no podía permanecer en pie. Esas cosas eran demasiadas para nosotros cincos. Nos reagrupamos en circulo sin dejar de verles.
V: SON DEMASIADOS, HAY QUE SALIR DE AQUÍ!! …- el capitán de los guardianes se sentía acorralado y no solo el –ROWENA…-ese era un llamado de auxilio ¿pensé.- PUEDES SACARNOS DE AQUÍ?- continuo, yo asentí con la cabeza.
Di dos pasos hacia atrás y me adentre al círculo. El asedio de bestias volvió a comenzar, tenía que ser rápida.
Cerré mis ojos y conjure -Area praesidium, Area praesidium… - abrí mis manos, estas comenzaban a calentarse.- Area praesidium!!! .baje súbitamente mis manos al suelo, Un círculo dorado se formó alrededor nuestro, calcinando a tres de esas cosas al instante.
Impediría que las bestias se nos acercaran, pero no por mucho. Pero estas continuaban asechándonos a la espera, estábamos seguros pero atrapados en medio de aquel poblado.