Guau! El Centro de Todo lo Tecnológico

9. "Y decidió seguir ocultando su persona"

Red había dejado la casa. Alpha solamente miraba los alrededores y curioseaba con lo primero que encontraba. Éste salió de la habitación para aparecer en el cuarto de Red y su esposa. En estos momentos voy a ignorar a Alpha para ir a donde realmente está la acción.
Desde el punto de vista de aquel que no estoy mencionando, se veía a Red dejar la casa con una cara de preocupación, arrepentimiento y otras negativas sensaciones. El sujeto se paró delante de la puerta inmediatamente al Red alejarse de la vista y preparó su equipo para abrir la puerta: todo tipo de herramientas para forzar la cerradura, incluso para alguna no electrónica, e incluía en su maletín hasta explosivos leves si la situación se tornaba más complicada.
Para su sorpresa la puerta cedió muy rápido, no sólo no estaba cerrada con llave, sino que estaba entreabierta. El hombre entró lentamente, del mismo maletín sacó un pequeño papel y se dispuso a moverse hacia la heladera de Red, con la intención de ¿Dejar una nota? ¿No era más simple interceptarlo y hablarle directamente? El sujeto no pensó eso en ningún momento, de hecho, estaba completamente encantado al terminar con su cometido. Lo que no tuvo en cuenta era que había alguien más en la casa.
El hombre comenzó a escuchar ruidos y en su desesperación intentó esconderse, pero lo único que logró es dar vueltas en círculo, ciertamente un pésimo ladrón (aunque no es como si estuviera robando algo). Luego de quedar en ridículo consigo mismo, de la habitación salió Alpha, pero no se veía igual, llevaba un sombrero bastante elegante, un vestido floreado y sin olvidar las botas de lluvia; todo esto por supuesto por encima de su conjunto habitual. El perpetrador tenía miles de pensamientos en su cabeza, y ninguno de ellos le sugería quedarse allí si quiere seguir con vida. 
Se lanzó por la ventana como un héroe de acción, o eso es lo que intentó, porque en realidad, lejos estuvo de romper el cristal. Más bien se rompió su hombro al chocar y su espalda al caer. En el suelo, completamente adolorido, por un momento parecía haber olvidado su urgencia y se levantó lentamente, para luego ver hacia atrás y notar a Alpha a, aproximadamente, un metro de él; por supuesto su reacción fue un grito que terminó con la desesperación de querer abrir esa ventana. Lo cual logró, pero no sin antes morir unas al menos siete veces antes de poder salir a través de ella, si fuera el caso de que su vida hubiera corrido peligro en verdad. Pero, al fin y al cabo, él estaba en realidad a salvo y por eso pudo escapar sin sufrir graves consecuencias.

Alpha, completamente contento con su nuevo disfraz, encontró un espejo en el baño y, de manera que atino a decir asombrada, trataba de "hablar" con el otro sujeto sospechoso con sus mismos gustos para vestirse. Al escucharse la puerta, Alpha perdió el equilibrio y cayó con todos los elementos del lavatorio y, por último, el espejo se hizo añicos. Es obvio que esto llamó la atención de Lyla que acababa de llegar, y al entrar al baño se encontró con el pequeño Alpha lamentando la pérdida de su compañero caído.
Ya en la habitación, donde Lyla le quitó de encima toda la ropa que había tomado ya que estaba manchada, pero por un extraño motivo nunca se le cruzó por la mente sacarle también su ropa negra a pesar de que esta estaba igualmente arruinada; en su lugar le ofreció un trapo con el cual limpiarse.

–¿Cómo te llamas?

Las señas clásicas de Alpha que realmente no puedo llegar a interpretar se hicieron presentes una vez más. A lo que Lyla, que en un principio parecía no encontrarse en sintonía con el extraño idioma de aquel curioso personaje, llegó a una conclusión que al menos para ella era la correcta. Al momento en el que las manos de Alpha apuntaron hacia el refrigerador la mujer desvió la mirada perdiéndose la más clara señal que la misteriosa sombra había mostrado hasta entonces.

–Oh, eres muy inteligente chiquilín. Voy a escribirle una nota a Red así sabe que volveré pronto.

Aunque Alpha no dijo nada parecido a lo que la mujer logró entender, no se quejó ni la ignoró. Antes de irse de la casa Alpha tomó la nota que el extraño había dejado en el refrigerador e intentó guardar toda la ropa que encontró en su caja de zapatos, pero al ver lo inútil que era pretender introducir tanto ropaje, dejó la ropa en donde la encontró (en la casa, no en su lugar correspondiente, claro) y partió a buscar a Beta con su nueva compañera.

Por la cabeza de Alpha pasaban muchas cosas, pero realmente no sé ninguna de ellas. De lo único que puedo estar seguro es que, por su expresión, parecía estar feliz de que tanta gente se ofreciera a ayudarlo a buscar a alguien que no conocían, tan así era que ni siquiera tenían idea que iban en busca de un perro sin ruedas.
La búsqueda sin ningún tipo de referencia se hacía realmente complicada, a pesar de dar vueltas por la ciudad, ni siquiera la positiva Lyla podía andar con tranquilidad confiando que iban a encontrar a "su amigo" pronto. Pero de todas maneras la naturaleza de la mujer no podía hacerla darse por vencido en lo que concernía en ayudar a otros con nula relación con ella misma; lo cual me hace pensar, ¿Por qué decidir ayudar a un tipo completamente sospechoso rondando en tu propia casa y rompiendo propiedad ajena? Lo primero que pasa por mi cabeza es: Policía, llamar a la policía. Pero claro, tal vez yo estoy mal.
Más adelante, justo en la calle que cruzaba la que Alpha y Lyla estaban andando en ese instante, se estaba armando un pequeño alboroto. Alpha lo notó desde lejos, realmente muy lejos; pero Lyla se dejó guiar por sus pies y corazonadas.

–Ven pequeño, giremos aquí. Realmente creo que está por este camino.

El pobre Beta no se encontraba girando a la derecha como Lyla y su presentimiento le decía, sino que estaba justo en frente en el desastre que se armaba a varias cuadras. A pesar de que Alpha escuchó todos los disparos explosiones y hasta ladridos, decidió seguir a Lyla; porque no iba a abandonarla cuando su corazonada le daba tan fuertes empujones hacía el lugar incorrecto. Realmente no comprendo del todo a Alpha. Realmente no comprendo para nada a Alpha.
Luego de seguir más "corazonadas" que los guiaban por todo el Centro de todo lo Tecnológico, desde lujosos lugares, hasta los límites donde los malhechores esperan que cruces la línea para realizar sus horribles actos de malvivientes. Pero por un extraño motivo Alpha seguía contento, al parecer Lyla era de su agrado. Durante una de sus corazonadas, algo fue por detrás e hizo algo; pero no tengo ni idea de qué. Era la bailarina que se encontró con ellos vagando por la oscura noche. Por supuesto la despistada de las corazonadas nunca se enteró. Pero nuestro pequeño ser de negro atinó a saludarla mientras ésta se alejaba triunfante. No creo tener que recalcar que, como nos tiene acostumbrados, Alpha no hizo más que saludar.



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En el texto hay: comedia, novelaligera, ilustrado

Editado: 19.12.2018

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