Guau! El Centro de Todo lo Tecnológico

CAPÍTULO 18: Misión Impasible (O casi).

Uno de los jóvenes miembros de la hermandad, estaba repitiendo por enésima vez lo que todos ya habían escuchado. Sus compañeros, sin embargo, tenían su atención puesta sobre él, como si lo escucharan por primera vez. Eran detalles muy minuciosos de cómo allanar una prisión. Para rescatar a un prisionero que también había sido miembro de su "no secta" y que entonces podía ayudarlos en su cruel lucha contra la tiranía del creador y sus seguidores. Pero Krona, allí presente, mientras sentía el hechizo del sueño tratando de apoderarse de su lucidez, no podría compartir menos su entusiasmo. Lo que cruzaba por su mente era algo más parecido a...

–¡Ay, por favor, ya escuchamos esto mil veces!– replicó con fastidio, en medio de la multitud. Sin disimular que ya no soportaba la reunión de rutina antes de una misión suicida y sin sentido para ella, se levantó de su asiento, y pasó por al lado del orador de turno. –Entramos. Tomamos al perdedor de su compañero. Salimos. Y entre tanto intentamos no morir. Simple.

Llamando la atención de todos, Krona salió de la Habitación Circular (el nombre que le daban a su pseudo sala de guerra). Podría ser que todos la veían por su evidente falta de respeto ante la autoridad, pero ella se había dado cuenta hacía un tiempo que la razón de aquello era otra. Y era que entre sus reclutas no había mujeres. O sea, sí, reclutaban mujeres para realizar los quehaceres del hogar que requerían en su Fortaleza de la Soledad, pero lo que serían "chicas guerrilleras", es decir, a su mismo nivel, nada de nada.

Para evitar ser acosada por tanto macho rebelde con poco y nada de tacto o experiencia en una comunicación humana que no incluyera un intercambio de plomo, Krona solía pasar su tiempo de retiro en la base súpersecreta en contra del Creador con las criadas del lugar. Para su sorpresa, tenía bastante en común con la mayoría de ellas, que también eran huérfanas desde que tenían memoria. Lo único que las diferenciaba a simple vista eran sus modos; por demás está decir que "Krona", y "refinada" o "amable" difícilmente podían escribirse en la misma oración, en contraste con las muy educadas señoritas que servían el té con masas siempre a la misma hora (de ser posible, traten de leerlo eso último con el acento más snob que se puedan imaginar). Pero como nada es lo que parece, y esta historia se trata solo de gente rara, como era factible esperar, sin que sus "amos" lo sospecharan, las chicas de la limpieza y la cocina eran un excelente grupo de guerrilleras de medio tiempo. Por supuesto que Krona lo descubrió en menos de treinta segundos de hablar con ellas la primera vez, así que no dejó de causarle gracia que todos los hombres de la base terrorista ni siquiera supieran que algunas de ellas manejaban las armas de fuego mejor que ellos.

Así que ¿por qué desvío tanto el tema principal de la invasión a la prisión para hablar de Krona y sus nuevas mejores amigas? Eso es porque, amigo lector, Krona trataba de no pensar en ello demasiado. Si lo pensara con detenimiento, recordaría que la persona que querían liberar era su archinémesis de una fracción de segundo Sylvaine D'Etraire, y sus ganas de matar a la persona que tuviera más cerca aumentarían de manera desproporcionada. Ir en contra de los deseos de unos locos terroristas nunca fue la opción número uno, sin importar que tan amables se pudieran comportar con ella. Así que aguantarlos mientras durara la misión imposible tal vez fuera la mejor manera de alejarse de ellos sin mirar atrás. Pero eso no quitaba que la sola posibilidad de encontrase con aquel sujeto era casi razón suficiente para abandonar toda lógica y correr de esos locos armados. En fin.

Cómo Krona bien sabía, a la mañana siguiente saldrían en su heroica (?) misión para rescatar a Sylvaine. ¿Qué cómo sabían dónde había ido a parar? Eso fue una tarea de reconocimiento por parte de uno de los soldados guerreros... que fue acompañado por una de las chicas, que estaban por mucho más preparadas para actuar en frente de otras personas y conseguir información. Pero la versión oficial era que había sido una hazaña del soldadito de plomo de turno. Ahora a lo importante. Resulta que Sylvaine se había escaqueado de terminar preso por formar parte de una secta (palabra que insisten que no está en su vocabulario) en contra del Creador, por encontrar las autoridades que el susodicho no sabía nada ni había sido partícipe de ningún atentado o actividad ilegal. Como el desempleado sin hogar que era, solamente el dueño de un restaurante le había ofrecido tanto un trabajo limpiando pisos como un lugar donde quedarse. Así vivió algunos días hasta que de regreso a su casa, se encontró con Krona y el perro... el resto ya está bastante descrito en páginas anteriores. Después del incidente, las personas del hospital llamaron a la policía para que hicieran algo con el pobre infeliz. Así fue encerrado esa vez, por posible colaboración con una fugitiva de la justicia... Esa sería Krona, aunque esa parte no se la contaron.



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En el texto hay: comedia, novelaligera, ilustrado

Editado: 19.12.2018

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