Capítulo 4

Me dolía el brazo, luego de que Hannah me disparará tuvimos que ir con Evan para que pudiera curar mi brazo.

—¿Cómo se te ocurrió que era buena idea dispararle?—preguntó Evan molesto a Hannah.

—Quería que se convirtiera en luz y creí que si estaba en peligro su cuerpo y mente reaccionarían.

—Excelente idea—dije con sarcasmo.

—Lo admito, no fue mi idea más brillante pero aún tienes brazo ¿No?—se defendió Hannah, parecía que realmente creía que su idea era lógica.

Mire la cara de Evan y me di cuenta que también miraba a su hermana como si se hubiera vuelto loca.

—Está bien, lo siento—se disculpó al fin—.No fue una buena idea, no entrenaremos más por hoy pero mañana tendremos que hacerlo.

Necesitaba descansar. No sabía a quién encontraríamos cuando fuéramos al mundo humano y aún no entendía porque estábamos buscándolo pero sabía que debíamos hacerlo.

Por la mañana estaba en la universidad, era fácil, como todos se estaban adaptando aún la mayor parte de clases eran de presentación y había hablando con un par de personas.

Después del medio día entrenaba con Hannah, hasta ahora no me ha vuelto a disparar, sin embargo, sigue sin lograr que me convierta en luz y en la universidad aún no inicia la clase en la que me enseñarán a convertirme en sombra, así que el avance con mis habilidades era nulo.

Y por la noche Evan intentaba descifrar mi energía, estaba apunto de terminar el radar pero seguía sin entender del todo mi energía. Con los demás chicos de la casa casi no hablaba, sólo los saludaba cuando los veía pasar. Mantuve está rutina hasta el fin de semana.

—Lo tengo, está terminado y funcionando, aparecen cuatro personas en el radar—dijo Evan entrando a la Sala de Entrenamientos, Hannah y yo paramos de correr, Hannah me obligaba a correr una hora cada día.

—Al fin, gracias—dije a Evan.

Fuimos al laboratorio para poder ver cómo funciona, era un especie de antena que emitía un ruido raro y tenía una pantalla donde se veían cuatro opciones.

—Tenemos un problema, necesitamos un dispositivo para poder abrir una brecha con el otro mundo—dijo Evan.

Al parecer él si sabía como hacer esto. Recordé que de hecho se donde podemos encontrar uno.

—Sé donde buscarlo, hay uno en el Salón de Tecnología de la Universidad, está en una caja con llave—explique.

—¿Dónde conseguimos la llave?—pregunto Evan

Eso no lo sabía, no tenía idea de quién cuidaba el aparato en estos momentos.

—Hagamos una copia, con la impresora 3D, solo necesitamos saber la forma—dijo Hannah.

Era una buena idea, solo necesitamos conocer la forma de la llave. Fui por mi teléfono rápido y empecé a buscar.

—¿Qué haces?—preguntó Evan.

—Busco fotos de cuando la llave fue entregada, con una fotografía se pueden hacer muchas cosas.

Luego de encontrar la foto, Evan empezó a diseñar la llave. Mientras tanto Hannah y yo planeamos como entraríamos a la Universidad el día siguiente.

Al día siguiente llegamos a la Universidad, tal como lo habíamos planeado por la mañana dejé abierta una de las ventanas de las clases que no se utilizan para poder entrar. Cuando entramos fuimos rápido a el Salón de tecnología, llena de robots, circuitos y ahí estaba enfrente de todo el salón, la caja con el aparato que necesitábamos.

—¿Tendrá alarma?—pregunté preocupada.

—No lo creo, tenemos la llave, no debería hacer ruido—contestó Evan, sacó la llave y la ingresó en la cerradura.

—Funcionó, toma eso y vámonos—dijo Hannah.

Ambos corrimos hacia la ventana que utilizamos como entrada.

—Eso fue fácil—comenté.

—Aún así no me gustaría repetirlo en un largo tiempo—contestó Hannah.

Al día siguiente cada uno tomó una mochila con cosas básicas para poder viajar, los tres dijimos en la Universidad que no podríamos asistir por estos cuatro días.

Evan abrió el portal al mundo de los humanos, cruzarlo fue una sensación extraña como un cosquilleo por todo el cuerpo.

—¿Sabes dónde está?—pregunté observando todo a mi alrededor. Este mundo no era tan diferente al nuestro.

—Mi teléfono muestra un mapa para poder buscarlo, estamos en un país llamado España—contestó Evan.

—¿Qué diferencia este mundo del nuestro?—preguntó Hannah.

Por suerte tenía un leve conocimiento del mundo humano, lo había estudiado como clase extra. 

—Eran igual a nosotros con la diferencia que en ellos existen más países y ciudades que solo ciudad Lux y ciudad Noctis—explique a Hannah, ella asintió en agradecimiento—.La diferencia más grande es que no tienen nuestras habilidades.

—Gracias por la explicación, nerd.

Evan había configurado el portal para quedar cerca de la persona que estábamos buscando, no nos íbamos a arriesgar a perdernos. 

Estábamos frente a un edificio bastante alto. Sería una larga búsqueda.

—¿Cómo sabemos en qué piso está?—pregunté.

—Está en el piso veinte—dijo Hannah, ambos volteamos a verla.

—¿Cómo sabes eso? 

—De la misma forma que tú sabías que debíamos estar aquí—contestó tajante, me conformaba con esa respuesta.

Hannah tenía razón, el radar indicaba que estábamos en el lugar correcto. Pero de repente no quise tocar la puerta, ¿Qué se supone que debo decir? Diga lo que diga creerá que estamos locos. 

Evan se adelantó y tocó el timbre. Un chico de mi edad salió a la puerta era guapo, realmente guapo. Nos sonrió con duda en sus ojos.

—Hola, ¿Quiénes sois?—preguntó encarnando una ceja. Tenía acento peculiar.

—Necesitamos hablar contigo—dijo Evan, tanto Hannah como yo parecía que nos habíamos quedado sin palabras.

—Adelante, los escucho—contestó recostando su cuerpo en la puerta.

—¿No nos vas a dejar pasar?—preguntó Evan.

—No les conozco y tienen un aspecto sospecho, valoro mi vida, gracias.

—Tenemos un aspecto sospechoso porque no somos de aquí. 

—¿Turistas? 

—No me expresé bien, no somos de este mundo—dijo con seriedad Evan, la sonrisa se desvaneció del rostro del chico.