Guerra Monarca [lgbt]

2: Una venganza y una esperanza. 

Mateo estaba cabalgando lo más rápido que podía. No podía dejar que nadie del reino lo alcanzara, ya conocía a su hermano y sabía que era un perro faldero con su padre y no sabía si en realidad tenía las agallas de decírselo y si eso pasaba entonces el calabozo lo esperaba.

La brisa fría impactaba en su delicada piel, y su cabello ondeaba por la velocidad en la que iba Lila. Estando más alejando del castillo se dio cuenta de que era el momento perfecto para bajar la velocidad y fue ahí en donde vio una silueta.

—¿Es una persona? —susurro entrecerrando sus ojos y yendo más despacio.

Mateo detuvo la yegua y se bajó, estaba muy alejado del castillo, pero aseguraba que este bosque era el que dividía el pueblo de Cosmos con el de Maragos, por lo que era imposible que una persona sola sin caballo ni compañero pudiera estar en un bosque tan peligroso como este.

—¡¿Se encuentra bien?! —alzo la voz ya que estaba a una gran distancia de aquella persona.

Mateo ato a Lila de un árbol y a pasos lentos camino hacia aquella persona, pero de la nada vio como esta se desvanecía como si se hubiese desmayado, algo que lo asusto demasiado, así que corrió a donde estaba este ser.

—¡Joder! —murmuro estando muy cerca.

El príncipe corrió y se lanzó de rodillas al lado del humano, volteo su cuerpo, pero su cara estaba tapada por su cabello, era muy tosco, era un hombre, pero por su ropa parecía ser un vagabundo.

Mateo quito el cabello de la cara de este para poder verlo mejor y cuando lo hizo, sus ojos se abrieron al igual que su boca.

—¡¿Nicolas Georgiou?!

—Hola Mateo —una sonrisa malévola se formó en su rostro mientras se enorgullecía de ver la expresión del príncipe.

Antes de que Mateo se alejara, Nicolas le soltó un puñetazo en la cara haciendo que este cayera en el suelo mirando al cielo. De la nada su nariz comenzó a sangrar, y aquella sangre se deslizaba por la perfecta piel del rubio.

Mateo quedo estático en el suelo observando como la luna se ocultaba detrás de una nube y en un pestañeo la oculto por completo haciendo que la luminosidad de esta se opacara. La vista que tenía al cielo se le fue cuando pudo apreciar a Nicolas quien se había puesto sobre él sujetando sus brazos.

Por esta razón su padre no quería que saliera del castillo ni que se alejara de él porque había personas que no olvidaban, mucho menos perdonaban.

—Siempre sales en luna llena. Te estuve estudiando por mucho tiempo hasta que llego lo más esperado del mes, una noche de luna llena en donde serás el protagonista del periódico de mañana.

La mirada de Mateo estaba perdida en aquellos ojos negros que mostraban el dolor mezclado con odio hacia él, solo por apellidarse Roussos. Aquel hombre estaba siendo algo inmaduro. Tal vez, pero solo él sabía lo mucho que espero aquel momento en donde veía caer a la familia Roussos, la familia perfecta de todo el mundo, la familia que fue perfecta gracias al sufrimiento de la suya.

Aunque Mateo era un chico, a Nicolas esto no le importaba, tenía la misma edad que su hermana y su noticia iba a ser más explosiva porque un hombre con otro hombre sí que daba mucho de qué hablar y más aún para la monarquía, ¿cómo los Roussos iban a seguir dentro de la monarquía cuando en el periódico saliera una foto explicita del príncipe con otro hombre?

Era muy claro, no iban a seguir en la monarquía porque esa noticia se llevaría consigo el respeto de todos los reinos y pueblos que estaban involucrados en el mundo de la realeza. Sus hermanos se lo iban a agradecer, solo necesitaba que la cámara captara a Mateo completo y su espalda para que el hombre con el que el rubio estaba sea una incógnita que con el pasar de los años no se pudiera resolver.

—Si haces todo esto por lo que paso con tu hermana solo te digo que ni siquiera tuve que ver con eso.

La mano tosca de Nicolas impacto en el rostro de Mateo volteándolo por el impacto y viendo los ojos cerrados de este quien parecía estar tranquilo pero su respiración y su voz entrecortada, aseguraban que estaba tan asustado como un venado acorralado por las hienas.

—¡No menciones a Elena! —exclamo con una mirada de odio—. ¿Tu hermano creyó que no íbamos a conocer su silueta en el periódico?

El rubio sonrió, no era el mejor momento para hacerlo, pero aun así dejo salir una carcajada en la cara del Georgiou.

—Ah, ya entiendo. Es que ni siquiera haces esto por tu hermana, lo único que te interesa es que tu reino tenga el mismo puesto en la monarquía que el que tenían hace unos meses atrás. Ya sé, desde un momento no querías vengar a tu hermana porque no te interesa, eres tan materialista como todos los de este neg...

El puño que impacto en su nariz hizo que sus palabras se frenaran, sentía como la sangre bajaba como si estuviera resfriado. Nicolas no lo dejo terminar, pero sabía que sus palabras eran ciertas y fue ahí donde volvió a reír mostrando ahora sus dientes tan rojos como el vino, y de la comisura de sus labios salieron flujos de sangre que cayeron en el césped.

—Eres tan estúpido Nicolas, tus acciones demuestran que en realidad tengo la razón —dejo acumular la suficiente sangre mezclada con saliva en su boca y la escupió justo en la cara del hombre que le bloqueaba la vista al cielo.

Nicolas sujeto el cuello del rubio con su mano derecha y lo miró fijamente a los ojos mientras sonreía malicioso.

—¿Sabes porque mi cabello esta largo aun en estas fechas? —pregunto—, Porque me hace ver más temible que una persona normal.

—No me dejaste responder, pensé que tenías el cabello largo porque querías convertirte en la princesa de la familia Georgiou.

Nicolas estaba tan furioso que cualquiera pensaría que echaría humo por boca y nariz. La presión en el cuello de Mateo incremento mucho más, y con la mano izquierda, comenzó a quitarle la camisa al rubio quien antes estaba estático, pero al ver que ahora las intenciones del vengador eran verdaderas, entonces comenzó a intentar quitárselo de encima.




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