Sentía el cuerpo adolorido y un profundo dolor de cabeza. ¿dónde se encontraba? escuchaba voces, pero no reconocía lo que decían, eran solo murmullos sin significado alguno para ella, trató de abrir los ojos sin lograrlo, si tan solo lo trataba ocasionaba que le doliera más la cabeza, por lo que dejó de intentarlo, seguía escuchando esos murmullos pero cada vez se hacían más lejanos, fue entonces que volvía a perder la conciencia.
No sabía cuanto tiempo había pasado hasta que los murmullos se volvieron a escuchar, al abrir los ojos, la luz que ingresaba por las ventanas la cegó por unos instantes, tras algunos parpadeos se fue acostumbrando hasta poder observar a su alrededor, dándose cuenta que estaba recostada y rodeada por dos mujeres.
- señorita ha despertado- dijo una de ellas
- señorita!!!- otra gritó
- no grites por favor- pidió Fernanda agarrándose la cabeza, por el dolor que regresaba
- discúlpeme señorita
- descuida, ¿podrías decirme en dónde estoy?- preguntó ella desconcertada
- en su habitación, tuvo un accidente- responidó una de ellas sin querer decir más
- ¿qué fue lo que me sucedió?- preguntó mientras miraba a cada una
Las mujeres se miraron entre ellas sin saber que decir, hasta que una decidió hablar. Y fue la joven que gritó.
- se cayó ocasionándose un golpe en la cabeza
- ¿me caí?- se preguntó ella, lo último que recordaba era caerse por un risco y llegar al mar, nada más, dejando de lado esa pregunta, hizo otra- ¿quiénes son ustedes?
las dos la miraron sorprendidas, no las recordaba, tan fuerte había sido el golpe que se dio, se preguntaron- ¿no nos recuerda señorita?
- ¿debería?- cuestionó preguntándose el por que ellas le hablaban como si la conocieran y con respeto de por medio y también con la duda presente del por qué estaban vestidas de esa manera, con vestidos largos llevando corset y una camisa por dentro.
- somos sus nuevas doncellas, su padre nos ordenó estar pendiente de usted por si despertaba en cualquier momento
- ¿doncellas? ¿mi padre?- se dijo a sí misma que esas mujeres estaban equivocadas, ella no tenía ningunas doncellas y mucho menos un padre, ella era huérfana y por lo que sabía no tenía más familiares que conociera
- si señorita, de seguro es por el golpe, ya irá recordando poco a poco
- tienes razón, por ahora, ¿podrían dejarme sola por favor? me está doliendo un poco la cabeza
Después de pedirles que se fueran, sus supuestas doncellas se retiraron dejándola sola.
- ¿dónde me metí?- se preguntó levantándose de la cama y yendo hacia la ventana- ¿pero qué...?
Estaba asombrada de lo que veía, se encontraba en un castillo o eso era lo que suponía, puesto que al frente suyo había una torre uniéndose a otra a través de un corredor, debajo un jardín que rodeaba todo el castillo, dejando ver un hermoso lugar como patio principal, en el cual estaban varias personas yendo de un lugar a otro, llevando consigo telas, platos, etc.
- ah!!!- gritó de repente, a causa del dolor que sintió en la cabeza de nuevo, a su mente llegaron recuerdos extraños, personas que ella no conocía, situaciones en las que se encontraba siendo golpeada por un hombre, una vez fueron latigazos, otro un empujón, y lo último fue la causa del golpe, primero la golpearon; hicieron que se arrodillara, y después no sabe como exactamente pero apareció arriba de unas escaleras cuando de repente sintió que alguien la empujaba hacia abajo, ocasionando así la muerte de la muchacha que llevaba esa vida, la dueña del cuerpo en donde ahora ella residía sin saber el porqué.
Los recuerdos pararon cuando escuchó los toques en la puerta, dio la orden de pasar.
- señorita, su padre está pidiendo verla- dijo la misma joven que antes había gritado cuando despertó
- tenía muchas dudas, pero no era el momento para buscar respuestas- está bien- aceptó
Salió y se dejó guiar, pasando pasadizos que eran muy oscuros pasa su gusto, habían cortinas que no permitían que ningún rayo de sol iluminara alguna parte del castillo, siguió observando a su alrededor hasta quedar en frente de una puerta custodiada por dos hombres con armadura. Lo que la llevó a hacerse la misma pregunta que antes, ¿en dónde se había metido? ¿qué seguridad en pleno sigo XXI andaba con armadura?
- el lord está esperando a la señorita- dijo la sirvienta al guardia
Abrieron la puerta, permitiendo que solo ella entrara. No le sorprendió ver todo oscuro tan solo alumbrado por unas cuantas velas.
- Victoria siéntate- por un momento se quedó sin reaccionar hasta que volvió a escuchar el nombre dirigido a ella, seguido de unas palabras- ¿ya recapacitaste?
- ¿a qué se refiere?- preguntó ella a un hombre de quizás unos 60 años, expresaba molestia
- a tu oposición a casarte
- ¿que?!!! ¿casarme? yo no puedo casarme, usted se equivoca- dijo negando varias veces con la cabeza
- veo que no has cambiado de opinión, y al parecer es cierto lo que me dijeron, no recuerdas nada, veremos si sigues igual después de ver a tu querida amiga- la agarró del brazo y la arrastró hasta quedar frente a una puerta, en todo el camino sintió unas terribles ganas de soltarse y defenderse, pero se dejó llevar