CAPITULO 4

SELIM.

--Soy yo señor... Mucho gusto.

Miro sus delgadas y finas manos, por primera vez desee sentir la piel blanquecina de aquella joven, con la curiosidad de ver más allá de aquellos ojos grises como el plomo. A pesar de que la burka no deja mucho que ver, a tan solo la brillante mirada que se refleja por la maya.

-Es gusto conocerte- respondo aun neutral, miro a Amir, quien me observa inquisitivo.

-Ya está pautado todo para la boda, felicíteme a su hijo y que pasen una feliz noche.

-Se marcha tan temprano majestad- pregunta la madre de la novia.

-Si señora Addel, tengo una agenda muy apretada- respondo- fue un gusto conocerlos, así que con su permiso- todos hacen una pequeña inclinación, menos una sola persona. A la cual inconscientemente me acerque como abeja a la miel. Acune sus mejillas y bese su frente como saludo y un hasta pronto. Dándole mí aprobación, y el gran sentimiento que albergo hacia ella, a pesar de que apenas la conozco.

Me marcho, dispuesto a ser mis deberes, aun que aquellos ojos plateados estén gravados en mi mente.

PERLA.

-Oh por Alá...- susurro, un nervio se activó tan de pronto sus manos tocaron mi rostro sobre la pesada tela de la Burka.

-Eso sí que fue un romántico- murmura la madre de Perla, ruedo los ojos, "como puede ser romántico un beso en la frente" "pero tienes que estar clara que sentiste esa corriente tan, tan..."

-Amira querida, entre cuatro meses será tu boda, va a ser la más grande y deseada.

-Lo dudo- respondo, padre me fulmina con su mirada por mi atrevimiento de responderle.

-Eres una chica afortunada, es un honor ser una de las esposas del Emir.

-¿Esposas, acaso tiene más?- pregunta una Jadika confundida.

-No. Amira será la primera esposa, y por supuesto tendrá deberes mucho más difíciles que las demás mujeres que el Emir decida o quiera casarse. Mayormente se les exige mucho más que a las demás.

-No deseo tener que compartir con otras mujeres- respondo, todos me miran- ¿Qué?

-Eso depende de ti querida...- arqueo una ceja por la respuesta tan directa de Sajary. La veo mirar a Samara con cierto resentimiento, pero se hace la que no le importa que su marido tenga otra esposa. Niego, definitivamente jamás permitiría que mi esposo tuviese otra mujer, ni siquiera por que fuese Selim quien posea mi cuerpo.

-Concuerdo con mi futura suegra- susurra Ranish- jamás dejaría que Mi esposo, colocara los ojos en otra- me tenso, miro hacia donde esta Shagen, quien no ha quitado su vista de mí.

***

DOS MESES DESPUÉS.

Veo como bailan a mi hermana, ella sonríe radiante, feliz por su boda organizada. Siempre fui consciente de los sentimientos de Ranish por Shagen. Desde muy niña supo que se casaría con él, y sobre todo ella se aferró a eso. Y al pasar el tiempo, su amistad se volvió mucho más. Se enamoró de él, y eso fue muy duro para mí no poder contarle mi amor por su prometido.

Cuando éramos niñas solíamos ser bastante unidas, pero al pasar los años, nuestro lazo de desunió. Ranish es una mujer soñadora, siempre soñó con la familia feliz. Ella siempre ha querido sobresaltar en todo, incluso en su manera de vestir, de caminar, de bailar. Es buena cocinando manteniendo el hogar, siempre tubo presente que su vida se basaría en ser ama de casa, y una digna mujer de hogar.

-Pronto será tu boda Amira, de seguro será mucho más esplendida. Ya que pronto serás la esposa de un rey- habla una entusiasmada Sajary- me encojo de hombros.

-No soy amante a los lujos, si por mi fuera me casaría en pijama- la mujer me mira horrorizada.

-Eso por supuesto el Emir Selim no lo permitiría. Que mal que no pudo asistir a esta celebración- "si, si gracias a Alá". Lo que faltaría es que también tuviese que soportar la presencia de mi futuro prometido.

Ver como el amor de mi vida se casa con mi hermana, eso en verdad es lo peor, me siento fatal. Es como si una parte de mí se hubiese muerto. Ahora mi hermana es de Shagen, en cuerpo y en alma. Ahora ya no podremos hacer nada, yo sería incapaz de hacer que Shagen engañe a la mujer que en parte es mi mitad.

***

El tiempo transcurre como la pólvora. Estoy en la biblioteca leyendo uno de mis libros románticos cuando tocan el timbre, Frunzo el ceño, "quien podría haber llegado" me levanto del suelo y me encamino descalza a la puerta de entrada, ya una de las sirvientas abre, cuando lo veo, me sorprendo un poco por su llegada.

-Shagen...

-Amira...- lo miro inquisitiva.

-Y mi hermana- pregunto al no verla con ella.

-Está en casa- asiento- está tu padre- arqueo una ceja. Para que querría hablar con mi padre.

-Si esta, acaso pasa algo ¿Ranish está?- la preocupación me embarga, no podría vivir nunca si a mi hermana le pasase algo.

-No... ella está bien, no te preocupes Jamali- me tenso al escuchar de nuevo ese apelativo por sus labios.

-Padre se encuentra en su despacho- respondo con rapidez, incapaz de estar un segundo más cerca de él. Voy a darme media vuelta para marcharme pero su mano en mi codo me detiene.

-No soporto saber que tengo a tu hermana en vez del amor de mi vida- susurra tan cerca de mis labios. Lo miro horrorizada y me separo con rapidez colocando una enorme separación entre nosotros.

-Ahora eres el esposo de mi hermana- respondo- no permitiré tu falta de respeto Shagen- su ceño se frunce por mi esquivo, y así sin más me marcho.

Vuelvo a la biblioteca, a pesar de mi curiosidad por saber que querría hablar mi amor platónico con mi padre.

***

Voy en la página 34 de la novela orgullo y prejuicio, cuando unos paso hace que levante la vista. Veo entrar a padre con su rostro serio, y es ahí cuando el nerviosismo me abarca.

-Amira, necesito hablar contigo.

-¿Pasa algo?- pregunto.

-Sígueme a mi despacho ¡ahora!- me levanto apresurada, dejo marcada la página para no perderme. Cuando llegamos al despacho, me hace sentarme, el hace lo mismo detrás del escritorio- Ahora cuéntame, ¿Por qué nunca me dijiste sobre tu romance con Shagen Addel?