Hacía la otra vida

Cuándo el violento recuerdo del pasado sale al presente.

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Mailyn.

No se cuando ni en que momento comenzó pero desde que volví a casa me impuse a mi misma a olvidarlo y ahora que pasó esto me di cuenta que ese momento no se cerró en mi vida y pude vivir tranquila cinco años.

Hasta que sentí el golpe al lado de mi cara y ya no podía ver la cara de Quan Sy.

Flashback

Cinco años atrás.

Después de casi un año de salir del alta del hospital es raro ver que te encuentras en casa.

Primero.. ¿Cuál es el significado de estar en casa cuando no hay nadie ahí? ¿Estás en casa realmente? 

No me sentía en casa aunque si se veía como mi casa pero era más oscura como si no tuviera vida. O por algún motivo se encontrara triste y eso de alguna manera se sentía consolador, ya que al menos no era la única.

Estaba sola..mi hermano no estaba.

Lo espere casi un año en el hospital cada día y jamás vino y una alegría se me cruzó cuando pude salir y volver a casa pero una decepción se me cruzó cuando no había nadie.

Aunque le mande mensajes pero sin respuesta alguna.

Después del alta a penas podía caminar a duros pasos. Esperaba que mi hermano llegara al final del día para ayudarme a subir a mi habitación pero mientras solo podía estar en la sala y por mi estaba bien, ya que podía caber en el sillón perfectamente.

Solo eran yo, el sillón y una manta alrededor de la oscuridad de la casa en que me encontraba.

Hasta que oí los fuerte golpes de la puerta.

No era mi hermano, lo sabía.

El tiene la llave de la casa y nunca la pierde.

Tampoco era Mila, ella tiene sus formas de entrar a la casa sin llamar, más si estoy en este estado.

Retire la manta de encima sentándome con delicadeza y con fuerza de voluntad me puse de pie. Cada paso dolía y no podía ir rápido a la puerta que cada vez que intentaba acercarme los golpes iban aumentando su volumen hasta que al fin llegue a la puerta.

Al abrir la puerta había una persona que no veía desde hace más de un año que terminé con él y había escuchado los rumores a través de Mila.

Mila y Diego los conozco desde que tengo memoria, crecimos juntos y no hay nada que no sepamos del otro.

Me sentía cómoda con Diego y cuando me propuso ser su novia yo acepté sin saber que era el amor.

Mila tenía un novio y lo tenía como si fuera el último bolso de la nueva colección GUCCI. Lo tenía para verse más popular. Y eso estaba bien porque yo conocía a la verdadera Mila y se como es y nadie la conoce.

Pero no tenía a nadie a que compararme con respecto al amor pero con Diego me sentía cómoda así que le di el si.

Y fue divertido.

Hacíamos las mismas cosas y con suerte ponía su brazo alrededor de mis hombros.

Nunca me besó y nunca se lo permití.

Si alguna vez me enamoro de alguien y sienta en mi corazón que es amor lo que siento, en ese momento quisiera darle mi primer beso.

Pero no amaba a Diego, y mi corazón no se agitaba por él, pero esa no fue la razón por la que terminamos.

Terminamos porque de la nada se transformó en el tipo de persona que no soportaba tener cerca.

Era egocéntrico, siempre creía que tenía razón cuando no lo era y se transformó en un narcisista.

No quedaba nada del Diego que creía conocer y ni siquiera Mila y yo podíamos controlarlo.

Así que continuo siendo de esa manera y fue cuando terminé con él.

Pero no se detuvo allí, se volvió violento y según los rumores no hacía falta que le hables para ser golpeado por el, bastaba con una mirada y estabas muerto.

No quería creer en los rumores.

No lo hacía.

Pero debí haberlo hecho.

Debí creer en Mila.

Porque de haber creído, al haberlo visto en el marco de mi puerta la hubiera cerrado al segundo y nada hubiera pasado.

Pero no la cerré y le se veía alterado.

—¿Diego? ¿Supiste que volví a casa?—Desde hace muchos años aprendí con ayuda de mi hermano hablar español, aunque si se me salía una palabra o frase en chino mis amigos me entendían.

—Los rumores corren rápido, creo que ya lo sabes.—Dejó de apoyarse en el marco de mi puerta y entro sin que yo se lo permitiera con solo dejarme solo una opción. Cerrar la puerta y girarme hacia él.

—¿Vienes a verme ahora que ya no me veo tan demacrada como lo que pasó hace un año?—Digo caminando con cuidado cruzada de brazos— Pudiste haberme ido a ver en el hospital.

—Tuve algunas cosas que hacer.

—¿Todo un año? Me imagino, al menos Mila si fue a verme.

—¿Soportabas verla? Es insoportable hasta escucharla, me da dolor de cabeza.

—No hables así, no soportaba verla por la expresión en su cara. Ver su cara de pena al verme hizo que la echara del lugar pero no se fue.

—Por eso es molesta, hace lo que quiere.

—¿No te estás describiendo a ti mismo?

En ese momento se volteo enseguida viéndome con una ceja levantada como si no esperaba que fuera tan atrevida.

—¿Qué has dicho?

—Mírate, eres un narcisista, egocéntrico que se cree el centro del universo como si fuera el dios que le da de comer a los pobres y todos deben alabarlo. No queda nada del Diego que conocía de hace años.

—Tal vez ese no era yo. Este es quien soy y créeme soy la versión mejorada de lo que fui antes.

—Lo que eres ahora, es lo que no soporto. Por eso me aparte.

—No me soportas, ¿Y como soportas a Mila?



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En el texto hay: drama, amor, jardin de meteoros

Editado: 31.08.2020

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