Hada de hielo 2

El primer monstruo

Eran las 7 AM, me encontraba con una pereza inimaginable dando vueltas en mi cama, había acabado de tener un hermoso sueño, pero por culpa de que mi celular no paraba de sonar me desperté, y como era de esperase Melisa no se alteró en lo más mínimo, ella resultó ser de las personas que cuando duermen no importa que hagas o cuanto ruido le generes, si su sueño es profundo no va a despertar hasta que ella lo decida.

–Me pregunto quién será a estas horas de la mañana– Dije contestando en el proceso –Hola, ¿Con quién hablo y que desea?

–Hola soy Mite, tu compañero de trabajo.

–Oh, eres tú…– Volví a recostarme en la cama –¿Ocurrió algo? 

–Nada que no podamos lidiar, solo te llamaba para hacerte saber que tienes el día libre.

–¿Qué?, ¿Y eso?

–Fue lo que dijo el jefe, es como un agradecimiento por evitar el atraco de ayer, a nosotros también nos ofreció lo mismo, pero nos negamos.

–Si ustedes se niegan yo no puedo ser menos.

–No, quiero que aceptes su petición, mereces más que cualquiera de nosotros el descanso, por nuestro lado nos negamos debido a que preferimos pasar el tiempo en la gasolinera entre nosotros, estar todo el día en casa solo nos aburrirá, sin embargo, tú tienes pareja y últimamente te he notado más estresado de lo normal, no sé en qué piensas todo el tiempo, tu mirada hace que me preocupe, por eso pienso que te debe venir bien un descanso para que pongas en orden tus pensamientos.

–Pensar que mi compañero de la gasolinera se preocupa por mi como si fuese un niño… nunca imaginé eso.

–Es normal, eres el más joven de todos, ayer cumpliste 20 ¿No es así?, te dejé un mensaje, espero lo hayas visto.

–Si… gracias– Dije aparentando el hecho de que no vi el mensaje.

–Nosotros rondamos los 26 y 28 años, como tus mayores, es nuestro deber preocuparnos por ti, podrás ser el hombre más fuerte del mundo, pero no dejas de ser un muchacho que tiene un largo camino por recorrer.

–Hmm… un largo camino eh…

–Bueno, eso es todo, no vengas al trabajo o de aquí te echamos a patadas– Dijo mientras que al mismo tiempo cuelga el celular.

Luego de un largo suspiro, no me quedó de otra más que aceptar su petición y tomarme el día libre, que ahora que caigo en cuenta, me preguntaba qué mismo iré a hacer en todo el día, mi única opción es quedarme en casa hasta que Melisa salga al medio día a trabajar, pero ¿Y luego de eso?, ¿Qué mismo haré hasta que ella llegue?

Miré hacia un costado y ahí estaba, aún seguía durmiendo como un bebé que no quiere despertar, verla así de cerca me hacía dar cuenta de lo hermosa que es, su piel estaba bien cuidada y su pelo, aunque despeinado, me seguía pareciendo bellísimo, a veces me suelo preguntar, “¿Como alguien como ella se pudo enamorar de un tipo bastante ordinario como yo?”, si no fuera por Lyna nunca hubiera destacado, seguiría frustrado con mi vida y muy posiblemente no la hubiera llegado a conocer.

–Dime… si en una vida paralela no hubiese llegado Lyna aquel día en que el cielo se llenó con luces de colores… ¿Te hubieras enamorado de mí? – Susurré observando su rostro –Obviamente no…– Me respondí a mi mismo con una ligera risa –Porque ese día sin ella… seguramente todo hubiera sido de un color negro para mi– Sonreí –Pero… gracias al cielo… no fue así.  

Le di un beso en la frente y me dirigí al baño para lavarme los dientes, acto seguido hice un desayuno sencillo, mis habilidades en la cocina comenzaron a dar frutos gracias a que en los últimos meses me ha dado por ayudarla en todas las cosas del hogar, algunas cosas son pesadas y otras son demasiado fáciles de hacer, es divertido en general. Servi los platos de comida y continué poniendo en orden la casa todo lo posible para así, aligerar un poco la carga de mi novia, no quería que ella tenga que hacerlo todo cuando se despierte, y hablando de despertarse, ya se había levantado por el olor de la comida.

–Buenos días, ¿Como amaneciste amor? –Pregunté sonrientemente.

–Oh, si… estoy bastante bien– Se acerca a la mesa mientras bosteza –No pensé que te levantarías a preparar el desayuno– Dice mientras agarra un panqueque.

–Me levanté porque me llamó un compañero del trabajo, me informó que tengo el día libre como agradecimiento por lo del asalto de anoche, y como no quería que salieras tarde de la casa para tu trabajo pues me adelanté haciendo las cosas.

Melisa casi se atraganta cuando me escuchó decir lo del día libre, fui a por un vaso de agua y se lo di para que se calmara.

–¡¡¿Cómo que tienes el día libre?!!, ¡Es decir que te quedaras en casa todo el día y yo no estaré aquí!, ¡¡Que injusto!!– Agarra su celular –¡También exigiré un descanso por mi excelente labor en el restaurante!

–¡No seas idiota! – Me reí mientras le quito el celular –Debes ir a trabajar, no tienes que preocuparte por mí, estaré bien.

–No es eso… solo que…. quiero estar contigo– Observa con las mejillas rojas.

Me acerqué y le di un beso.

–Un no es no, ya podrás estar conmigo los fines de semana, de por mientras esfuérzate mucho– Le di otro beso –Te estaré esperando– Sonreí.

No pudo ganarme, así que dejó de hacer escándalo y procedió a lavarse para luego desayunar como se debe. El tiempo de la mañana pasó volando, ya no quedaba mucho tiempo para que comience su jornada, se arregló, y con una sonrisa la despedí deseándole la mejor de las suertes.

–Me voy, espérame con ansias o si no te arrepentirás eh– Dijo Melisa despidiéndose alegremente junto con Lune en su hombro.

–Lo haré, tu esfuérzate mucho, te amo.

Se había ido y yo me había quedado en casa completamente solo, me puse a ordenar todo para dejarlo limpio, lo terminé bastante rápido, comencé a ver junto con Lyna cosas que hacer para pasar el rato, pero nada me llamaba la atención, se me ocurrió entrenar para probar nuevas técnicas, a lo que ella con una pereza muy grande me dijo que mejor intente pensar en otras cosas ya que no todo es entrenar. En parte la comprendo, ni siquiera yo me sentía tan motivado, estos últimos tres años estuve esforzándome para mejorar mis habilidades sin demasiados descansos, y hoy por primera vez después de tanto tiempo no tenía ganas de entrenar.




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