Hada de hielo

Amigo

Llegamos a nuestro destino final luego de 2 horas, el bus fue en su mayor parte del camino rápido, ahora solo nos tocaba buscar la fábrica, que a la final no fue muy difícil, ya que era una fábrica muy conocida, su única particularidad era que solo podían entrar trabajadores seleccionados por la familia del director.

Decidimos escondernos por los alrededores de la fábrica para poder estudiar un poco el terreno y las entradas por donde entran los camiones, nos separamos para poder cubrir más terreno con el objetivo de recopilar la información lo más rápido posible. Luego de 1 hora y media nos volvimos a reunir, conseguimos hacer un diseño de toda la estructura superficial de la fábrica, fue un diseño muy simple, pero nos sirvió para poder identificar las entradas y las salidas, para nuestra sorpresa solo había una entrada que sirve al mismo tiempo de salida ubicada en la parte frontal de la fábrica.

–Bien, ahora tenemos que planear como entrar a la fábrica– Dijo Tala.

–Si, ¿Pero vamos a ir juntos o nos separaremos en grupos de dos como antes? – Preguntó Melisa.

–No se impacienten, no creo que podamos entrar hoy– Dijo Celia.

–¿Por qué? – Fue lo que pregunté.

–Líder, sé que tienes prisa por salvar a tu hada, pero nos falta información, no conocemos la estructura interna de la fábrica, no sabemos que hay ahí dentro, sería entrar a lo suicida.

–Lo sé, pero no es como si podremos conseguir más información aquí afuera, con suerte veremos a algunos trabajadores nada más.

–Eso es obvio, pero mi objetivo es saber en qué horario hay menos actividad, entrar en un punto del día donde entran y salen todo el tiempo como ahora, sería como lanzarte al mar sin saber cuánto serás capaz de nadar, ten en cuenta que nosotros aceptamos ayudarte, pero valora nuestras vidas, no creo que ninguno de los que estén aquí quiera morir como el tipo del almacén, ¿No lo crees? – Lanza una mirada seria –Tener estos poderes no nos hacen inmortales, nuestras vidas se pueden apagar si no tenemos cuidado.

–¿El Tipo del almacén? – Preguntó Melisa mirando a Even.

–Lo siento, tienes toda la razón Celia, lo mejor ahora es planear bien una entrada y recopilar hasta la última gota de información que podamos– Respondí mirando al suelo.

–¿Qué ocurre aquí?… ¿Even que pasó en ese almacén? – Preguntó Melisa alterada.

–No es nada, quisiera que no me lo vuelvas a preguntar por favor, si me disculpas iré a seguir observando los alrededores.

Me fui del lugar por un tiempo, odié que me lo recalcara, sobre todo porque tiene razón, no me estaba preocupando por los demás, solo estaba pendiente de como salvaremos a Lyna, esto no es un juego, nos estamos enfrentando a asesinos que sin remordimiento secuestran y torturan a personas para encontrar un beneficio, que en este caso sería la respuesta a la pregunta que buscan, “¿Cómo liberar el poder de las hadas?”.

–Ahora que lo que pienso, se supone que Lyna está en este lugar, pero esta fábrica no debe tener más de un kilómetro cuadrado, según Lyna si nos separamos más de esa distancia me debilitaría y así fue, ahora, si se supone que estoy dentro de ese kilómetro, ¿Por qué no siento que mi fuerza vuelve?

Le di varias vueltas a la misma pregunta, hasta que conseguí recordar aquella noche que salí con Lyna a buscar respuestas de los secuestrados.

–¡¡Lo recuerdo!!, ¡Lyna me había preguntado si los humanos teníamos una tecnología capaz de cortar la comunicación de las hadas, quizás sea esa misma tecnología que impide la conexión que tenemos Lyna y yo, también creo que mencionó algo sobre una bóveda!, ¡¡Eso es!!, ¡El sitio que buscamos no está dentro de esta fábrica, debe tener una entrada subterránea!

Regresé a donde se encontraban los demás, me sentí un poco incómodo al principio debido a lo anterior, pero les comenté todo lo que recordé de esa noche, lo pensaron y llegamos a que, si el lugar está bajo tierra y suponiendo que los camiones que entran tienen a las personas secuestradas, tendría sentido decir que los camiones son los únicos que nos podrían llevar a ese lugar, por lo que nos apartamos del sitio para ponernos a investigar.

Después de una observación de horas, llegamos a la conclusión de que vienen de lugares aleatorios, pero que absolutamente todos llegan al mismo punto que es el semáforo que se encuentra a unos metros antes de la entrada de la fábrica, elaboramos un plan, con la habilidad del mundo oscuro de Celia nos colaríamos dentro del camión de turno a la media noche, una vez dentro nos dejaremos llevar hasta que abran la compuerta, y como a partir de ahí es imposible conocer la estructura del lugar, nos tocaría ir a ciegas derrotando a todo enemigo que se nos cruce hasta encontrar a Lyna e irnos.

Llegó la media noche, debido a que si no nos sujetábamos podríamos morir dentro del mundo oscuro de Celia, procedimos a agarrarnos de la mano, ya dentro Melisa se asustó demasiado, no paró de gritar hasta después de unos minutos.

–¿Cuánto tiempo más tendremos que esperar? – Preguntó Melisa.

–Hasta que llegue un camión– Respondió Celia.

–¿Y no podemos meternos aquí cuando llegue el camión?

–El lugar es demasiado abierto, y mover el mundo oscuro largas distancias es agotador, así que mejor desde ahora para no tener que moverlo demasiado, aparte que dependemos del tiempo que dura el semáforo en rojo.

Nos mantuvimos así un tiempo más hasta que por fin apareció el camión, Celia procedió a mover el mundo oscuro hasta que se aseguró que nos encontrábamos dentro, abrió un poco el suelo para tener visión de lo que había dentro, pero no se veía nada, estaba completamente oscuro, lo mantuvo así un tiempo más para asegurarse de que era seguro salir.

Una vez seguros salimos y para nuestra sorpresa, cuando nuestros ojos se adaptaron a la oscuridad, pudimos observar como mínimo a unas 20 personas con bolsas en la cabeza y amarradas por completo tanto pies como muñecas. Una vez más esto me llenó de ira, pero procuramos no hacer ningún tipo de ruido, la expresión de Tala era de shock absoluto, mientras que Melisa con la mano tapándose la boca no podía creer lo que estaba observando, pensar que este es el mundo en el que vivimos, quizás escucharlo por terceros no sería para tanto, pero verlo en persona, hace cuestionarse si de verdad el infierno no es el mundo en el que vivimos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.