Hades (saga Cosas del Destino 1)

6

Capítulo 6

Las personas que habían tenido la oportunidad de cruzarse en el camino Del Angel contaban que la Kapoor era intocable, muchos decían que era por si fiereza y otros que de debía al nombre de su padre sin embargo aquellos que habían intentado hacerle daño y por obra divina habían logrado sobrevivir contaban otra cosa. Decían que el Ángel tenía su propio ángel guardián, Irene Argent o "la fiera" se había ganado su sobrenombre a pulso, con sus trenzas africanas y su mirada gélida lograba aterrorizar a cualquiera. 

Aquellas desdichadas almas que intentaron matar al Ángel sufrieron a manos de ella fiera, se decía que no utilizaban armas que su manos siempre iban acompañadas de unos nudillos de acero con cuchillas en cada una a forma de garras, se decía que el Ángel era intocable por qué la Fiera siempre la protegía. 

Damián había escuchado esa leyenda y ahora tenía la.oportunidad de confirmar, Irene andaba de un las a otro nerviosa por la información que acaba de recibir; la mujer camina de un lado a otro como una Fiera enjaulada, Ayham por su aporte desconocía a la mujer frente a el, verla tan histérica y protectora con Kenna no era normal para el. 

Irene le había comentado su inquietud a Kenna, le había dicho sobre el nuevo trato y está rápidamente los cepto sin ver el peligro detrás.

 

— No lo ves ¡ Es él, es ese maldito bastardo intentando regresar a nuestras vidas! — gritaba Irene

— No creo que el …. Puede nacer otra persona y que lo haya enviado — 

— ¿Qué fue lo que dijo? — cuestionó Irene a Damián — ¿Por qué la quiere? — 

— Dijo que su jefe tenía gustos exóticos — respondió

— ahí lo tienes, el bastardo ha regresado Kenna — Bramó — no puedo creerlo — 

— Irene cálmate por favor — contestó Irene 

— ¿que me calme? Kenna es bastardo destrozó nuestras vidas, ¡no solo la tuya, la mía también!— gritó

 

Kenna tenía la mente llena de dudas y los gritos de Irene no ayudaban a disiparlas, para Irene el silencio de Kenna significó otra cosa. Con una velocidad inhumana empotró a Kenna contra la pared colocando su cuchilla en el cuello de ella. 

 

— No te atreviste — habló con incredulidad 

— ¡Iréne para ya! — Ayham intentó alejarla pero no ciguio nada 

— ¡Qué te ocurre Irene! — reclamaba Kenna 

— Lo llamaste ¿lo hiciste o no?  — demandó 

 

 Damián apuntaba la cabeza de Irene esperando cualquier movimiento de la rubia para volarle la cabeza, Ayham por su lado estaba seguro que en cualquier momento una de las dos se mataría en ese momento

 

 — la respuesta es simple cariño, si o no  — gruño —si o no, si o no — insistia

 

La rabia en el cuerpo de Kenna era más grande que su incredulidad, su mejor amiga dudaba de su juicio, haciendo uso de toda su fuerz al empujó lejos de ella mientras estrellaba su puño contra la mejilla de Irene; una vez la tuvo en le piso la tomó por su dreads y obligándola a mirarla

 

— Que sea la última vez que me amenazas Irene — se acercó a su oído  — puedes ser mi amiga pero nunca olvides quien es tu jefa ¿Entendiste? —

— No puedes culparme por dudar — respondió con dientes apretados 

— ¿No? — Kenna tomó su arma y la colocó bajo el mentón de Irene — Yo recuerdo muy bien Irene, cada golpe, insulto y maltrato lo tengo grabado aquí — llevó el cañon hasta la sien de Irene — y esos recuerdos me sacan de quicio, así que no me pongas a prueba — la soltó bruscamente para acercarse a Damián y bajar su arma.

 

Irene se levantó con el orgullo herido tuvo que admitir que hizo mal en dudar de Kenna, conocía su historia y aun así la había atacado. mordiéndose los labios para evitar decir algo más se acercó a .la mesa de la habitación y se sentó en una de las sillas. 

 

— Necesitamos un plan — Damián fue el primero en hablar —si es cierto lo que dicen ese bastardo no se detendrá hasta tenerte —

— ¿ Qué fue lo que te pidió? — preguntó Kenna mientras se sentaba a la izquierda de Irene 

— Puso dos cartas sobre la mesa, o le entregaba la mercadería o a ti — damian se sentó frente a ella —y no pienso entregarte a ellos — 

 

Kenna alzó la mirada, los ojos azules de Damian la quemaban, sus palabras eran una promesa grabada en sangre, lo sabía pero se negaba a aceptarlo; si era cierto que aquel bastardo acechaba de nuevo sobre su cuello no quería a Damian metido en una guerra llena de sangre y dolor. Tal vez fueran segundos o minutos en los que se perdieron en los ojos del otro pero fue Ayham quien rompió el silenció con un plan que podría funcionar.

 

— Los perros quieren la mercadería y el jefe te quiere a ti — comenzó — Por lo que sabemos ese bastardo no esta aquí asi que entreguemos les la mercadería y se calmaran —

— ¿ Y si piden por Kenna que harás? — habló Irene 

— les daremos un señuelo, una chica parecida a ella — Ayham miro a Damián en busca de aprobación 

— Cuatro de ellos me vieron, entre ellos el que se llevó a mi hijo ¿Lo olvidas? — 

 

Damián se levantó de su silla y caminó hasta el pequeño minibar sirviéndose un vaso de vodka, luego, con una sonrisa ladina miró a Kenna 

 

— Te aseguro Diosa que ninguno de ellos podrá dar testimonio sobre ti — dijo con voz gélida y varonil — solo yo hablo y controlar a los muertos —

 

Irene pasaba su mirada de Damián a Kenna, los ojos de su amiga brillaban con una picardía que no veía hace años recordando quién era realmente su amiga, poco a poco la dulce Kenna, o Samaira come se hizo llamar, iba desapareciendo y dando paso a una bestia llena de pasión y fiereza; la rubia era consciente de lo peligrosa que podía llegar a ser su amiga y temía que arrastrará a ambos hombre dentro de su locura. 

 

— Haremos el intercambio en unos días, hablaré con ellos —prosiguió Damian — Ayham se encargará de escoger a la chica —

— ¿ Y nosotras ? — saltó Kenna 



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En el texto hay: mafia, romance, romance drama accion

Editado: 13.04.2020

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