"No puedo evitarte el dolor, no puedo evitar que te rompas; aunque quiero, no puedo protegerte de todo lo que podría lastimarte.
Solo puedo ser tu lugar seguro para que lo te rompas cuanto quieras, donde al terminar podrás reconstruirte, recoger los pedazos sin que se pierda uno y sonreír; te haré sonreír luego de llorar.
Solo di que me dejas serlo."
De camino a la secundaria Seek, New York, lunes 05 de octubre, 2015
Ganas… ganas tengo no llegar nunca a ningún destino y quedarme siempre en el camino con él. Pero que no puedo perdirle eso.
La última vez que intentamos eso de saltarnos la escuela, terminé llorando como niña pequeña.
Mis padres no llegarán hasta mañana, así que tendré tiempo que podré pasar con él. Quizás hasta una cita; sonrío al pensar en esa posibilidad.
Siempre que me quedo con Cecile en casa me siento vacía, pero al menos esta vez agradezco haberme quedado con ella.
Hablamos sobre tantas cosas en su casa y a la salida, sin embargo, ahora mismo estámos en silencio, en uno muy cómodo, mientras yo tengo mi mano sobre la suya cuando él la pone sobre la palanca del cambio.
Thomas se está volviendo mi felicidad.
Escuchámos música de Ed Sheeran y él tararea. No puedo apartar la mirada de sus labios, labios que he besado tres veces.
¿Me dejará besarlo otra vez?
—¿Pianito? —le miro —¿Qué pensabas?
—¿No es ya obvio, Thomas?
—Aún no me mandan la actualización de leer tus pensamientos, nos falta mucho para que unamos la psiquis. Pero… podría jurar que tiene algo que ver con besarme.
—¿Por qué estas tan seguro?
—Es eso o que tengo comida en la boca y no me he dado cuenta.
No puedo aguantar algunas risas.
—No sé cómo agradecerte —respondo sin que él diga la pregunta—, por los panqueques, por la charla, por irme a buscar, por escucharme, por la rosa a las 11:11, por lo besos —él me dice que es un placer —. Gracias, Thomas, por encenderme cuando pensé que me quedaría apagada.
—Un día me gustaría saber a qué te refieres con eso…
—Ya lo sabrás.
—Entonces, solo me queda decirte gracias a ti, pianito.
—¿Qué he hecho yo por ti?
—Por las pasiones, Petra, por ellas.
—No entendí.
Niega —Cuando dejes tus códigos, yo dejaré los míos.
—¿Por qué ahora no?
—No seas desesperada —aprieta mi mano con ligereza—, cuando sea el momento te lo explicaré.
—¿Florecita? —me mira y me deja ver cierta diversión en sus ojos marrones —¿Puedo hacerte una pregunta?
—Actualmente ya me hiciste una —se burla—, pero sí, hazla.
—¿A dónde íbamos aquella vez?
—Iba llevarte a mi casa de la infancia. Está llena de flores y eso, es un lugar muy hermoso.
—¿Sí?
—Sí —¿Ya no quiere ir conmigo? —No me mires así, pianito, te llevaré cuando sea el momento.
+
Ser llamada por apodos no me agrada, a menos que el apodo salga de sus labios, entonces, pues… se acepta.
Con buen humor camino por el sendero que me lleva a la entrada de la escuela, y el curso de todo sigue igual. Milo y Jules en su auto, Hayes y sus amigos caminan hasta atrás del basurero y… nada, el mundo siguió dando vueltas. Así parece.
El mundo no implosionó conmigo, sigue normaL, al parecer si yo me detengo o no, no afecta la manera en que todo continuaba a mi alrededor.
Y sí, el concurso viene ahí, casi no he ensayado… Que pesada situación. Como sea, suspiro aliviada cuando camino y nadie me mira. Ubico a Sophie y a Clover. Y las saludo, pero Sophie me ve y alerta a mi amiga la peliverde.
Ellas me hacen señas de que me aleje. ¿Qué ha pasado? Sigo acercándome y ellas lo hacen más violentamente, casi diciéndome que me de la vuelta, ¿Están enojadas? Camino más rápido hacia ellas.
—Hola, chicas —las saludo un poco confundida—. ¿Qué pasa? Clover...
Alguien maldijo tras de mi —Hasta que te dejas ver, ¿Se puede saber dónde demonios estabas, Petra? Y ni te atrevas a mentirme.
Cruise. ¿Esa es la voz de…?
¿Qué hace aquí? Mi papá me mira enojado, casi queriéndome desatar el infierno encima. Su pelo rojo está alborotado y mamá está atrás sin hablar, solo mira todo desde lejos, no sé qué pasa... Espera, ¿no se supone que vendrían en mañana?
Siento la sangre congelárseme cuando se acerca…
—Este es el momento donde empiezas a explicar —sus ojos se ven casi al salirse y su voz estridente.
Trago saliva al ver a la directora tras de ellos, y solo suspiro, estoy en problemas. La he cagado, joder... ¿Habran visto el auto de Thomas? Espero que no, no quiero meterlo en problemas.
—Papá...
—¿Papá? ¡Es lo último que deberías decir! Estás en serios problemas. Niñata, no sé qué has hecho, pero estás castigada —papá me grita y me toma de la muñeca, varias personas alrededor se acercaron a ver el espectáculo, siento la cara encendérseme, odio ser el centro de la atención—, ¿Dónde estabas?
—Yo...
Veo a Cecile mirar la escena, detrás de mamá, con un poco de temor. En sus ojos lo noto, tiene miedo de que se repitiera lo del abuelo.
—Y ahora me entero de que faltaste hace unos días, ¿Dónde se supone que estabas? —no puedo hablar, la mano de papá me están arañando y las lágrimas me van a hacer perder la compostura. Me duele y me averguenza.
—Amor, estaba en casa de Sophie, Salomé me dijo que se había desmayado y eso —intercede Louan.
—Creo que lo mejor es que vayan a casa a terminar esta conversación —dice la directora al ver el gran alboroto que se puede armar—, me encargaré de tu asistencia, Petra.
Mamá agradece sumisamente y papá me arrastra por el brazo hasta el auto. Siento que me lastima, se lo hice saber y solo me responde con un "cállate". Las miradas se posan sobre mí y mis amigas intentan hablar con mis padres, ellos las ignoran. Los árboles a mi alrededor se ven más opacos que de costumbre, ¿Será mi imaginación?
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Editado: 26.09.2023